Desde el burdel
Javier Rioyo se ha encargado de documentar y escribir una amen¨ªsima "historia de las casas de lenocinio, holganza y mal vivir" en la que se encadenan an¨¦cdotas con expl¨ªcitos fragmentos de viejos archivos y nombres de personajes hist¨®ricos con episodios de su vida ¨ªntima.
No, esta "historia de las casas de lenocinio, holganza y mal vivir" no dice mucho de las trabajadoras del sexo. ?Qui¨¦n va a escribir la historia de las mujeres an¨®nimas que se encerraron en estos palacios de la lujuria, muchas veces perdidas para s¨ª mismas y casi siempre para el rigor moral de los dem¨¢s? Hay pocos nombres propios de estas damas que hayan pasado a los archivos y demasiadas peque?as historias ¨ªntimas y escabrosas que muchos prefirieron que se enterraran con ellas. Tampoco me parece que sea una historia del erotismo en Espa?a, como se indica en la contraportada. No hay mucha sensualidad en estas p¨¢ginas. Eso requerir¨ªa entrar en detalles lentos y minuciosos, la historia no vale para eso.
LA VIDA GOLFA
Javier Rioyo
Aguilar. Madrid, 2003
385 p¨¢ginas. 19,80 euros
Lo que s¨ª es este libro es un entretenido y muy bien documentado trabajo sobre estos lugares de libertad para unos y esclavitud para muchas. Y, sobre todo, es un riqu¨ªsimo anecdotario sobre los clientes regios y nobles, famosos e infames que frecuentaron los burdeles cuando ¨¦stos eran el ¨²nico reducto para vivir el sexo abiertamente.
Rioyo se remonta al origen de estas pr¨¢cticas con su habitual rigor documental e inteligente humor. ?l nos dice que los fenicios trajeron a la pen¨ªnsula Ib¨¦rica los prost¨ªbulos; con los griegos, las empresas del sexo se organizaron, y con los romanos, estas costumbres "se refinaron". A lo largo de los siglos y por encima de las restricciones que impon¨ªa la religi¨®n, los burdeles siguieron existiendo, tolerados por inquisidores y gobernantes. Paradojas hist¨®ricas como que los Reyes Cat¨®licos entregaron "manceb¨ªas y casas p¨²blicas" como prebendas reales a ex combatientes retirados y en pago a otros servicios. O Fernando VII, que persigui¨® con insistencia la prostituci¨®n, a pesar de que ¨¦l frecuentaba mucho los burdeles. Los reyes tienen un papel relevante en esta cr¨®nica, porque pr¨¢cticamente todos, Austrias y Borbones, a excepci¨®n de Carlos III, fueron grandes golfos.
Madrid fue la capital burde-
lesca en el Siglo de Oro. El libro de Rioyo ofrece datos no s¨®lo de la localizaci¨®n de las manceb¨ªas y casas de lenocinio en las viejas calles de la capital, sino tambi¨¦n de algunos de sus ilustres visitantes, entre los que se encontraban los escritores Quevedo, G¨®ngora, Lope de Vega, Morat¨ªn o Espronceda. Pero la historia que cuenta este libro llega hasta la d¨¦cada de los cincuenta en Espa?a y no escatima en nombres y observaciones curiosas sobre los usos y costumbres, en muchas ocasiones apoyadas en documentos de la ¨¦poca.
Una larga corte de personajes del lado oscuro de la sociedad entre los que no faltan los cl¨¦rigos calientes y sus barraganas, las tapadas, los gobernantes impotentes y los superdotados, las celestinas, los rufianes, los chulos, los porn¨®grafos y todo tipo de noct¨¢mbulos. Rioyo no pretende con este libro condenar o aplaudir a sus personajes, simplemente relatar aquellos episodios silenciados muchas veces en las historias consideradas m¨¢s serias. Aunque ¨¦sta, a pesar del humor, no deja de serlo.
Una primera versi¨®n de La vida golfa fue publicada por Espasa Calpe en 1992 con el t¨ªtulo de Madrid, casas de lenocinio, holganza y mal vivir. La presente edici¨®n, revisada y ampliada, cuenta adem¨¢s con un pr¨®logo de Eduardo Haro Tecglen.
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