Laureles literariamente incorrectos
Cara a cara entre Ferran Torrent y Vicente Gallego, que han sido distinguidos con el Premio de la Cr¨ªtica
Es la primera vez que dos escritores valencianos resultan agraciados en la misma edici¨®n del Premio Nacional de la Cr¨ªtica. El acontecimiento resulta tan extraordinario que el novelista Ferran Torrent desempolva la cristaler¨ªa de su abuela y dispara una salva de cava para brindar con el poeta Vicente Gallego en su casa de Sedav¨ª. No se conoc¨ªan, aunque Gallego s¨ª hab¨ªa le¨ªdo en la facultad alg¨²n libro de Torrent. El novelista, en cambio, nunca se hab¨ªa asomado a los versos del poeta. Ambos deciden regalarse sus libros y levantan sus copas por el premio. "No s¨¦ si es un buen s¨ªntoma o si se trata de una casualidad", sacude el autor de Societat limitada, libro considerado por la Asociaci¨®n de Cr¨ªticos Espa?oles como el mejor que se ha publicado en catal¨¢n en 2002. Torrent viaja enganchado a la cola del cometa. En una semana, su libro ha sido distinguido con tres galardones: el de la Cr¨ªtica, el Serra d'Or y el Joan Crexells.
Ferran Torrent: "Tengo la sensaci¨®n de estar enfermo terminal por los premios que recibo"
Vicente Gallego: "Es una bendici¨®n que los valencianos tengamos dos idiomas"
Vicente Gallego, en cambio, se mueve a ras de suelo. El autor de Santa deriva parece reci¨¦n salido del gimnasio. Tiene los m¨²sculos tensos, pero s¨®lo para exprimir mejor el licor del idioma. "La literatura valenciana vive un momento importante. Hay poetas fant¨¢sticos en ambas lenguas", reparte como Salom¨®n. "Es un s¨ªntoma", atornilla Torrent, "pero yo no hago demasiada reflexi¨®n sobre la literatura catalana y castellana en el Pa¨ªs Valenciano, aunque es evidente que hay buenos narradores". Ambos reconocen que pese a que ha habido ¨¦pocas tensas entre los escritores en una y otra lengua, ya no es el caso, aunque Torrent apostilla que para llegar ah¨ª no es necesario escribir en lenguas distintas. "Es una bendici¨®n que tengamos dos idiomas", valora el poeta.
Gallego l¨ªa un cigarrillo hippie y quita hierro al hecho de que el reconocimiento para ambos venga de Madrid, puesto que no es la primera vez que los poetas valencianos en castellano han merecido alguna distinci¨®n en premios importantes, pero Torrent se apresura a justificar que a ¨¦l lo ha elegido un jurado catal¨¢n: "En el caso de Vicente s¨ª que es un reconocimiento, pero en el m¨ªo no". El autor de Societat limitada aprovecha para remarcar su asombro sobre c¨®mo digiere Madrid a los escritores del ¨¢mbito cultural catal¨¢n. "Me parece extra?o que nunca un narrador catal¨¢n traducido al castellano haya tenido ¨¦xito, cuando los vascos o gallegos traducidos, como Bernardo Atxaga o Manuel Rivas, s¨ª que han sido bien acogidos en Madrid", expone sin ¨¢nimo de queja.
El creador de Santa deriva, poemario que mereci¨® el premio Loewe en 2001, es el primer sorprendido con el galard¨®n. Torrent, por el contrario, confiesa que hac¨ªa d¨ªas que lo sab¨ªa. "Cualquier escritor que est¨¦ esperando que le den un premio, tiene todos los n¨²meros para ser infeliz en su vida", previene Gallego, quien considera una suerte recibir el Premio de la Cr¨ªtica. "Sabes que est¨¢s metido en el bombo, pero aparte de que tu libro pueda ser bueno hay una serie de azares que tienen que ponerse de acuerdo. ?Hay tantos grandes poetas que no han sido reconocidos...! Por ejemplo, C¨¦sar Sim¨®n", se duele. La mayor satisfacci¨®n es la cantidad de amigos que le han llamado para felicitarle.
-Ahora ligar¨¢s m¨¢s -le augura Torrent.
-Eso no funciona -rebate Gallego como si hiciera tiempo que lo hubiese constatado.
Torrent matiza: "Cuando me dieron el primer premio, en el casino de Sedav¨ª me dieron la mejor mesa para que jugara. Despu¨¦s te joden la pasta, si pueden". El novelista tiene la sensaci¨®n de estar "enfermo terminal" por la cantidad de premios que est¨¢ recibiendo. Sab¨ªa que exist¨ªan, pero nunca pensaba en ellos. "Me hubiese gustado que llegase m¨¢s repartido, pero no voya quejarme porque vengan de golpe", se sincera.
Los dos libros han sido hemisf¨¦ricos para sus autores. Con ellos ha habido un antes y un despu¨¦s. Gallego considera que le redescubre la escritura de la poes¨ªa. "Es un libro que se aparta bastante de lo que hab¨ªa hecho antes y en el que me encuentro con un tono que no hab¨ªa practicado: una poes¨ªa m¨¢s l¨ªrica, m¨¢s despojada, m¨¢s abstracta, menos narrativa...", razona. Y sospecha que ¨¦sta va a ser la poes¨ªa que le va a interesar m¨¢s a partir de este momento. Torrent admite en ¨¦l una primera etapa que va de de No emprenyeu el comissari a Cavall i rei; una segunda de Gr¨¤cies per la propina a L'illa de l'holand¨¦s, y una tercera que empieza en Societat limitada, continuar¨¢ con Esp¨¨cies protegides (su pr¨®ximo libro) y que acaso culmine otra novela.
Pese a su ya dilatada carrera como poeta, con trabajos tan considerados como La plata de los d¨ªas o La luz, de otra manera, Gallego jam¨¢s ha cobrado derechos de autor. "En la poes¨ªa uno no se plantea cobrar porque la tradici¨®n es, salvo excepciones, no pagar a los autores", deplora. "Vendemos poco, pero lo que vendemos se nos deber¨ªa retribuir con la exactitud con que se retribuye a los grandes narradores que venden much¨ªsimo. Es una actividad que te cuesta tu esfuerzo, lo l¨®gico es que despu¨¦s de que se vendan los libros parte de ese dinero revierta en ti", denuncia. Por el contrario, Torrent es tratado como novelista de ¨¦xito. Vende m¨¢s en Catalu?a que en la Comunidad Valenciana, aunque ha triplicado ventas entre el p¨²blico valenciano con la ¨²ltima novela.
Mientras que Gallego trabaja para poder escribir, para Torrent escribir es su trabajo. Sin embargo, el poeta considera justo y necesario trabajar en la planta de tratamiento de residuos de Dos Aguas ("en ese trabajo y no en otro") y tener la obligaci¨®n de levantarse a las seis de la ma?ana como hace el novelista por devoci¨®n para luego escribir cuatro horas seguidas,seg¨²n d¨ªas. "?Pero d¨®nde est¨¢ el trabajo?", se interroga Torrent para responder con solemnidad: "El trabajo es que no desconectas nunca". "Siempre estoy pensando en la novela, aunque est¨¦ comiendo con un amigo. El trabajo es enfermizo, se crea desde la enfermedad mental. Necesitas apasionarte, crisparte... No s¨¦ el grado de obsesi¨®n que se necesita para hacer poes¨ªa", requiere a Gallego. "El mismo", asesta el poeta.
Gallego y Torrent escapan al prototipo. Ambos se dedican a escribir lo mejor que pueden y a procurar que eso llegue al p¨²blico. "Todo lo dem¨¢s es accesorio", diagnostica el poeta. Para Gallego, un escritor debe de hacer su obra, no una carrera literaria. "Yo siempre he ido de francotirador", arrea Torrent como si rompiese una copa de su abuela. Desde que inici¨® Gr¨¤cies per la propina decidi¨® que quer¨ªa hacer s¨®lo novela. "Ni radio, ni televisi¨®n, ni nada: s¨®lo novela. Este tipo de planificaci¨®n es incompatible con hacer el idiota. No puedes hacer vida social ni distraerte con los que te envidian por este premio", certifica. Aunque metidos en celos, Gallego echa en falta la envidia de Salieri a Mozart, en la que hay una comprensi¨®n por la genialidad que le lleva hasta matar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.