El v¨ªa crucis de Alberto Fern¨¢ndez
Las protestas contra la posici¨®n del PP respecto a Irak se han hecho persistentes en Catalu?a
En los ¨²ltimos 15 d¨ªas, a Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz, el alcaldable del Partido Popular (PP) para Barcelona, le han llovido huevos, tomates, golpes, patadas y, sobre todo, pitos, muchos pitos. En Reus (Tarragona) fue agredido tras un acto pol¨ªtico, y sus conferencias en la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y en la Universidad de Barcelona (UB) duraron s¨®lo 5 y 12 minutos, respectivamente, y fueron ahogadas por el griter¨ªo de estudiantes coreando "no a la guerra".
Los incidentes no le han hecho bajar la guardia: "Voy a continuar con todos los actos previstos con toda normalidad y estoy seguro de que conseguiremos un gran resultado electoral", afirma, con una moral de hierro.
La guerra ha dejado en una situaci¨®n dif¨ªcil a los candidatos del PP de toda Espa?a, pero en pocas comunidades se sienten tan aislados como en Catalu?a. Y con razones, porque aqu¨ª se juntan dos fen¨®menos distintos, la end¨¦mica debilidad del partido -en ning¨²n otro lugar el PP exhibe tan exigua implantaci¨®n- y el extraordinario arraigo del movimiento contra la guerra.
"La situaci¨®n no es comparable a la de Euskadi", admiten los l¨ªderes regionales
"Ellos ya se expresan en los medios que controla el PP", alegan los estudiantes
En las ¨²ltimas semanas no hay dirigente conocido del partido que pueda permitirse lo que para ellos ha pasado a ser un lujo, pasear o ir al cine sin que le increpen. "?C¨®mo puedes estar comiendo aqu¨ª tranquilamente cuando por culpa del PP se est¨¢n matando ni?os en Irak?", le espet¨® recientemente una airada comensal de un reputado restaurante barcelon¨¦s a una destacada diputada del PP.
Es s¨®lo un caso entre decenas de casos similares, acogidos la mayor parte de las veces con deportividad. "A los pol¨ªticos nos va en el sueldo recibir insultos o exabruptos", afirma Daniel Sirera, vicesecretario general del PP catal¨¢n y coordinador de la campa?a electoral para las municipales, quien pone, no obstante, ciertos l¨ªmites: "Siempre y cuando no se intimide, se coarte la libertad o se impute un delito", afirma.
El PP catal¨¢n ha elaborado un informe en el que cifra en 76 los "actos vand¨¢licos" sufridos por las sedes del partido desde el pasado 10 de febrero. El d¨ªa m¨¢s intenso fue el 26 de marzo, con 14 acciones: pintadas en Terrassa, T¨¤rrega, Cornell¨¤, Barcelona, el Prat de Llobregat, Sant Lloren? Savall y Cambrils. Lluvia de huevos, escombros, piedras y v¨ªsceras de animales en Lleida, Reus, El Vendrell y en varios locales de Barcelona. En alg¨²n caso aislado se ha ido mucho m¨¢s all¨¢. La sede del partido en El Vendrell (Tarragona), por ejemplo, fue incendiada el pasado 6 de abril.
Pese a la intensidad de las protestas contra el PP, la situaci¨®n de Catalu?a no tiene ning¨²n punto de comparaci¨®n con la del Pa¨ªs Vasco. Lo dicen con rotundidad todos los partidos catalanes, incluido el PP. "La situaci¨®n en Catalu?a no es comparable a la de Euskadi", afirma Sirera, a pesar de que algunos altos dirigentes del PP han advertido del peligro de batasunizaci¨®n en Catalu?a.
El propio Alberto Fern¨¢ndez, probablemente el dirigente catal¨¢n al que se le han reventado m¨¢s actos en las ¨²ltimas semanas, lo afirma sin ambages: "Nunca compartir¨¦ los an¨¢lisis que desde fuera de Catalu?a distorsionan la realidad comparando la situaci¨®n catalana con la vasca", afirma. Y a?ade: "La realidad de Catalu?a es de integraci¨®n y de convivencia y no hay niguna complicidad con los actos de violencia".
La tensi¨®n provocada por la guerra no ha alterado las costumbres de Fern¨¢ndez. Evita siempre que puede los coches oficiales y prefiere ir andando o en motocicleta. Al pasear con ¨¦l por las calles de la ciudad se comprueban las pasiones que despierta. La gente de los bares le sigue con la mirada -a menudo de reprobaci¨®n-, alguien le increpa, pero tambi¨¦n se le acercan muchos para expresarle solidaridad. El pasado viernes, tres personas le hicieron llegar su apoyo en menos de un minuto cuando paseaba por la calle de Muntaner. "No soy del PP, nunca os he votado y estoy contra la guerra, pero no me gusta nada lo que os est¨¢ pasando", le dijo una de ellas, antes de despedirse con un "?¨¢nimo!".
Fern¨¢ndez se muestra especialmente respetuoso con los estudiantes y los pacifistas que le han increpado: "No es agradable, pero es leg¨ªtimo que me silben", asegura. Incluso quita hierro a las protestas por su presencia en la universidad.
En la UPF, donde tuvo una presencia virtual a trav¨¦s de videoconferencia, los estudiantes le concedieron ¨²nicamente 5 minutos y 42 segundos para explicarse, el 9% de la duraci¨®n prevista. Lo justificaron porque era el equivalente al porcentaje de espa?oles que, seg¨²n el CIS, respalda la postura del Gobierno ante la crisis de Irak. "Sus opiniones ya se expresan sobradamente a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n que controla el PP", le espetaron los estudiantes. En la UB intervino 12 minutos, pero sus palabras fueron inaudibles porque el griter¨ªo no ces¨®. Aun as¨ª, Fern¨¢ndez D¨ªaz admite que su derecho a expresarse qued¨® en cierto modo garantizado.
Entre los estudiantes que protestaban en la UB hab¨ªa, no obstante, un grupo compacto y separado del resto, con esl¨®ganes lemas independentistas y vivas a Batasuna. Alberto Fern¨¢ndez considera que este segmento es "muy minoritario" y que "se aprovecha de todas las causas respetables en busca de un paraguas que les d¨¦ cobertura", pero se muestra indignado con los que niegan que existe.
Algunos de estos grupos tienen actitudes ambiguas ante la violencia, cuando no la defienden. Varios informes policiales calculan que en los ¨²ltimos siete a?os han estallado en Catalu?a 372 artefactos explosivos -rudimentarios y de poca potencia-, mayoritariamente en cajeros autom¨¢ticos, empresas de trabajo temporal, edificios p¨²blicos y sedes de partidos.
La situaci¨®n derivada de la guerra ha dificultado que el PP catal¨¢n aprovechara las pr¨®ximas municipales para tratar de ensanchar su base de apoyo con la incorporaci¨®n de independientes. Los dirigentes confiaban en beneficiarse del tir¨®n del nuevo l¨ªder regional, Josep Piqu¨¦. Pero la realidad ha sido otra. Muy pocos han llamado a la puerta del partido.
No obstante, los problemas vienen de atr¨¢s. Desde su nacimiento, el PP catal¨¢n se ha situado al margen de los consensos en Catalu?a. Ya en las primeras elecciones auton¨®micas, de 1980, AP qued¨® como extraparlamentaria. Hoy est¨¢ a m¨¢s de 40 diputados de los socialistas en el Parlamento de Catalu?a y s¨®lo 12.000 catalanes tienen alcalde popular. La soledad de sus militantes empez¨® mucho antes de la guerra.
Apoyo del Parlamento
El Parlamento de Catalu?a ha aprobado varias resoluciones condenando los actos vand¨¢licos contra el PP y ha repudiado la agresi¨®n sufrida por Alberto Fern¨¢ndez en Reus. El PP considera que las condenas llegaron tarde, que deb¨ªan ser a¨²n m¨¢s contundentes, y pide una mayor implicaci¨®n del Gobierno catal¨¢n. Por esta raz¨®n ha presentado una moci¨®n, que se debatir¨¢ en el pr¨®ximo pleno, en la que pide "apoyo a todos los dirigentes, candidatos, militantes y sedes de partidos agredidos por grupos radicales".
Los populares han acusado a la izquierda de tener un discurso que, en la pr¨¢ctica, pone al PP en el punto de mira de los pacifistas, pero las relaciones entre los partidos son mucho mejores que en Madrid. Entre los 39 incidentes que la direcci¨®n nacional ha llevado a los tribunales para tratar de responsabilizar al PSOE e IU, s¨®lo hay un caso catal¨¢n -en L'Hospitalet- y con pocas posibilidades de prosperar. El informe de la Guardia Urbana se?ala que la concentraci¨®n ante la sede del PP concluy¨® "sin incidentes".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Incidentes elecciones
- VI Legislatura Catalu?a
- Elecciones Municipales 2003
- Operaci¨®n Libertad Iraqu¨ª
- Plenos parlamentarios auton¨®micos
- Debates parlamentarios auton¨®micos
- Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz
- Vandalismo
- Guerra Golfo
- Elecciones municipales
- Generalitat Catalu?a
- Des¨®rdenes p¨²blicos
- Parlamentos auton¨®micos
- Delitos orden p¨²blico
- Acci¨®n militar
- Catalu?a
- Gobierno auton¨®mico
- PP
- Parlamento
- Partidos pol¨ªticos
- Elecciones
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Violencia
- Comunidades aut¨®nomas
- Administraci¨®n auton¨®mica