La ca¨ªda del muro... del Partido Popular
Aznar, en un acto fallido, ha dicho que espera una "crisis mejor", quiz¨¢ en referencia al 25-M
El lunes 8 de abril, el periodista Julio A. Parrado, del diario El Mundo, muri¨® como resultado de un ataque iraqu¨ª en las afueras de Bagdad. Un d¨ªa m¨¢s tarde, el martes 9, los c¨¢maras Jos¨¦ Couso, de Tele 5, y Taras Protsyuk, de la agencia Reuters, resultaron muertos. Un tanque de la Tercera Divisi¨®n de Infanter¨ªa de EE UU dispar¨® contra el hotel Palestina, junto al r¨ªo Tigris. All¨ª se alojaban desde hace meses la mayor parte de los periodistas que cubren la guerra.
El mi¨¦rcoles 9 de abril, las cadenas de televisi¨®n norteamericanas difundieron las im¨¢genes de la plaza Firdos de Bagdad. Varias docenas de iraqu¨ªes, ayudados por la gr¨²a de un tanque de los marines, derribaban la estatua de bronce de Sadam Husein.
Los principales dirigentes del PP admiten en privado que lo que dicen las encuestas va a misa
En Washington, el secretario de defensa, Donald Rumsfeld, lanz¨® enseguida el mensaje. Es la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn. El eco lleg¨® al palacio de la Moncloa. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, declar¨®:
-Igual que cay¨® el muro de Berl¨ªn ha ca¨ªdo el muro de Bagdad. Quiero expresar mi enhorabuena al pueblo de Bagdad, que ha sabido liberarse de esa tiran¨ªa.
Aznar manifest¨® tambi¨¦n "su pesar, especialmente con los dos periodistas espa?oles que han perdido la vida cumpliendo con su deber, un deber que ellos mismos se hab¨ªan impuesto, estando all¨ª, asumiendo esos riesgos". Un periodista pregunt¨®:
-La guerra pr¨¢cticamente ha acabado. Supongo que vio las im¨¢genes del c¨¢mara de Tele 5 y me gustar¨ªa saber si le queda alg¨²n cargo de conciencia despu¨¦s de lo ocurrido, tras una guerra que, seg¨²n muchos, se pod¨ªa haber evitado.
Aznar:
-Yo estoy absolutamente convencido de que Sadam Husein y el r¨¦gimen iraqu¨ª son los ¨²nicos responsables de esta situaci¨®n. Comprendo tambi¨¦n que usted me haga esa pregunta y estoy seguro de que usted va a comprender la terrible dureza, y tal vez, injusticia de esa pregunta.
La terrible dureza era equidistante al presunto coraje y liderazgo que demostr¨® Aznar, para tomar dos expresiones que suelen usar tanto George Bush como Tony Blair al referirse a la decisi¨®n del presidente del Gobierno espa?ol de patrocinar -junto con Estados Unidos y Reino Unido- el uso de la fuerza en Irak a trav¨¦s del ultim¨¢tum de las islas Azores, el pasado 16 de marzo.
Esto de cuestionar las preguntas de la prensa est¨¢ de moda. Rumsfeld, al pregunt¨¢rsele por la dram¨¢tica situaci¨®n de la poblaci¨®n en Irak, casi pierde los estribos. Cabreado, respondi¨® al periodista: "Su pregunta asume un peligro que no existe. Dram¨¢tica era la situaci¨®n bajo el r¨¦gimen de Sadam Husein, no ahora". Los miles de cad¨¢veres que se amontonan en las ciudades, los campos y los hospitales; la ausencia de m¨¦dicos y medicinas para atender a miles de heridos, el corte del agua y la electricidad, la falta de alimentos, el pillaje... todo esto, a lo que parece, es s¨®lo el precio de la "liberaci¨®n".
El enviado especial de Tele 5, Jon Sistiaga, explicaba el mi¨¦rcoles 9 desde la terraza del hotel Palestina, a un paso de dos marines que tomaban el fresco y se echaban al coleto varias cervezas, que los grupos de iraqu¨ªes que se congregaron en la plaza Firdos para derribar la estatua del dictador eran, en muchos casos, delincuentes comunes. Tipos, vino a decir, con pinta de lumpen.
Sistiaga dijo todo lo que ten¨ªa que decir. La manipulaci¨®n de este tipo de acontecimientos no es nueva. Ya ocurri¨® de manera flagrante con la famosa masacre de Timisoara durante la ca¨ªda del dictador rumano Nicolae Ceaucescu.
En su sitio de Internet, Information Clearing House ha difundido varias fotograf¨ªas de la plaza Firdos tomadas el 9 de abril. Una de ellas capta la plaza de forma panor¨¢mica. Hay, como inform¨® la BBC, docenas de iraqu¨ªes, pero no es una manifestaci¨®n multitudinaria. La plaza, por otra parte, est¨¢ cortada por un c¨ªrculo de tanques norteamericanos Abrams. Entre las docenas de iraqu¨ªes congregados en la plaza hay periodistas y soldados estadounidenses. Otra fotograf¨ªa muestra a un iraqu¨ª que celebra la "liberaci¨®n" en la plaza Firdos. Y otra, al dirigente iraqu¨ª exiliado Ahmed Chalabi -el hombre de Estados Unidos- junto con sus colaboradores, hablando a la gente en la ciudad de Nasariya, tres d¨ªas antes. El hombre de la plaza Firdos es un colaborador que aparec¨ªa con Chalabi en Nasariya.
Los principales dirigentes del Partido Popular admiten, en privado, que lo que dicen las encuestas va a misa. Que la posici¨®n del Gobierno en la guerra contra Irak -su papel de patrocinador- ha tenido un efecto devastador para las expectativas electorales del 25 de mayo. Algunos recuerdan que, en efecto, la guerra ha monopolizado todo el debate, pero subrayan que ha llovido sobre mojado, tras la huelga del 20 de junio de 2002 y la gesti¨®n de la crisis del Prestige. La guerra ha extendido el malestar.
El Gobierno, seg¨²n fuentes solventes, estima, contra lo que se piensa, que la muerte de los dos periodistas espa?oles no echar¨¢ mucha le?a al fuego. Quiz¨¢ se equivoque. Es su conducta frente a los hechos lo que aumenta el estado de crispaci¨®n.
Un ejemplo. Seg¨²n la Convenci¨®n de Ginebra de 1949 todas las partes en un conflicto armado deben respetar la protecci¨®n de los corresponsales de guerra consagrada por el derecho internacional, en particular su situaci¨®n de civiles. Tambi¨¦n el Protocolo I de Ginebra establece la obligaci¨®n de tener en cuenta los llamados objetivos de uso dual, es decir, que sirven a los civiles y que al mismo tiempo pueden tener inter¨¦s militar. Ser¨ªa, por ejemplo, el caso de Jos¨¦ Couso. Pero, atenci¨®n, el protocolo tambi¨¦n exige transparencia en la investigaci¨®n de los cr¨ªmenes de guerra a trav¨¦s de la creaci¨®n de comisiones especiales y de una Comisi¨®n Internacional de Esclarecimiento de Hechos.
En este contexto, la actitud de Aznar de lamentar lo sucedido y negarse a condenarlo es, cuanto menos, inexplicable. Esto tambi¨¦n vale para los candidatos a sucederle. Esa condena est¨¢ dentro del esp¨ªritu de la Convenci¨®n de Ginebra. Pese a su aparente frialdad, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y los tres tenores ven la situaci¨®n pol¨ªtica, seg¨²n fuentes fidedignas, con verdadero temor.
-Hab¨ªa vida antes de la crisis de Irak y seguir¨¢ habi¨¦ndola despu¨¦s, dijo Aznar el pasado viernes al clausurar un seminario sobre la futura Constituci¨®n europea. Y espero una crisis peor, a?adi¨®, en un acto fallido. ?Es posible una vida mejor, con la que ha ca¨ªdo?
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