Carlos ?lvarez y Manuel Lanza, los dos bar¨ªtonos favoritos
Ambos participan en 'La favorita', la ¨®pera de Donizetti que se estrena hoy en el Real
Son bien plantados y morenos. Gastan esa voz que deja epatado por el tono. Presumen de ser padrazos y viven pendientes de sus familias -ambos casados y con dos hijos- cuando los compromisos en Viena, Londres, Italia o Alemania, donde se les rifan, les dejan libres. Ahora, Carlos ?lvarez y Manuel Lanza, los dos bar¨ªtonos espa?oles del momento, recalan en el Teatro Real de Madrid para interpretar La favorita, de Donizetti, en la que se alternan en dos repartos.
La d¨¦cada de los sesenta debi¨® ser buena para los caldos, como tambi¨¦n lo fueron para los bar¨ªtonos en dos extremos de Espa?a. En 1965 nac¨ªa Manuel Lanza en Santander y all¨ª se cuaj¨® en esa tesitura cantando zarzuelas con la Compa?¨ªa L¨ªrica Municipal. Mientras, por el sur, en M¨¢laga, Carlos ?lvarez ven¨ªa al mundo en 1966. Hoy, abril de 2003, estos dos cantantes curtidos en el repertorio franc¨¦s, italiano, con preferencia por Verdi y el belcanto de Rossini, Bellini y Donizetti, son los bar¨ªtonos espa?oles del momento y se alternan el papel de Alfonso XI en La favorita, que se estrena hoy en el Teatro Real de Madrid, con direcci¨®n musical de Roberto Rizzi y esc¨¦nica de Ariel Garc¨ªa Vald¨¦s.
Es un papel de esos que se debate entre el sacrificio de su porte real y la humanidad que le pide el cuerpo. "Don Alfonso es muy abierto, pero sabe imponer su autoridad", dice ?lvarez. "Es un rey con conflicto interno, mayest¨¢tico, pero con grandes emociones dentro", agrega Lanza, que ve en el enfoque del personaje que ofrece Garc¨ªa Vald¨¦s un toque guerragal¨¢ctico "a lo Skywalker". En todo caso, un personaje central en esta ¨®pera en cuatro actos, que se desarrolla en el a?o 1340 en plena Iberia medieval y en la que tambi¨¦n figuran en el reparto las mezzosopranos Dolora Zajick y Sonia Ganassi, como Leonor de Guzm¨¢n, y los tenores Ra¨²l Gim¨¦nez y Jos¨¦ Bros altern¨¢ndose en el papel de Fernando.
En muchas cosas, sus carreras han discurrido paralelas. Aman la zarzuela, fue en el teatro que lleva el nombre de este g¨¦nero en Madrid donde, de la mano de Emilio Sagi, empezaron a despuntar a mediados de los noventa. Desde entonces han pisado los templos de Mil¨¢n, Viena, Londres, Par¨ªs, y siguen reivindicando la zarzuela, "un g¨¦nero para el que es dif¨ªcil encontrar buenos cantantes", dicen, adem¨¢s de bramar ahora contra la guerra. "?Que c¨®mo llevamos lo que est¨¢ pasando? Pues muy mal", dice ?lvarez, que ya ha lucido alg¨²n letrero de protesta en sus actuaciones. "Yo, lo mismo", a?ade Lanza, que lo que m¨¢s odia es que le tomen el pelo en pol¨ªtica.
Pero la m¨²sica les salva. "Para nosotros es una suerte poder cantar. Cuando yo iba para m¨¦dico, en M¨¢laga quer¨ªa servir a los dem¨¢s. Ahora, veo que la m¨²sica puede ayudar a llamar la atenci¨®n sobre esas cosas", asegura ?lvarez. Y tambi¨¦n a hacer entender los entresijos, las calamidades y los servilismos del poder y las almas, algo que les encanta poner de manifiesto en sus personajes verdianos, por ejemplo, de los que ?lvarez ha triunfado ya con Rigoletto, el Yago, de Otello, o el marqu¨¦s de Posa, de Don Carlo y con Falstaff, en el caso de Lanza. "Verdi es el genio de las voces y el que mejor ha escrito para los bar¨ªtonos", afirma ?lvarez.
El caso es que pueden hacer de todo y ¨¦sa es su tarjeta de visita por el mundo: "Creo que lo que m¨¢s aprecian de los bar¨ªtonos espa?oles fuera es su flexibilidad", afirma el malague?o, cosa que repite tambi¨¦n el c¨¢ntabro. "Somos adaptables, camale¨®nicos y especiales, por nuestras cualidades latinas, en el repertorio italiano", dice Lanza.
Tambi¨¦n atletas. "Nos cuidamos mucho, s¨ª. Descansamos lo debido, no hacemos excesos", afirma Lanza. ?lvarez le apoya: "La nuestra es carrera de fondo, no somos sprinters. Lo malo no es triunfar, sino durar. Lo que cuesta es repetir, mantenerse". Y lo dicen conscientes de que les queda trecho. "Todav¨ªa somos j¨®venes para esto", deja claro ?lvarez. "La plenitud la alcanzaremos a los 50, es una cuesti¨®n f¨ªsica", asegura Lanza. Pero es algo que tambi¨¦n se une a la madurez y a las ganas de crecer, por lo menos en ellos dos, que cada a?o dan un paso m¨¢s, firme, pero seguro. "Notas que la voz te cambia y tambi¨¦n pides cosas m¨¢s emocionantes, otros retos para adecuarla a sus nuevas posibilidades", asegura Lanza.
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