Jos¨¦ Antonio Valverde, el bi¨®logo que salv¨® Do?ana
La ventosa y desapacible ma?ana del Domingo de Ramos en Sevilla se ha llevado con ella a Jos¨¦ Antonio Valverde, "el vallisoletano que salv¨® Do?ana". Siempre estuvo mal de salud, pero siempre sorte¨® a la enfermedad. Por eso, a quienes lo quer¨ªamos nos gustaba imaginar, ingenuamente, que nunca iba a morir. Hoy lo ha hecho y nos ha dolido m¨¢s, porque no est¨¢bamos preparados para recibir la noticia.
Valverde conoci¨® Do?ana en los primeros a?os cincuenta del pasado siglo, cuando ¨¦l mismo no era sino un naturalista entusiasta que hab¨ªa pasado a?os en la cama, afectado por una tuberculosis, y se hab¨ªa dedicado a dibujar y a pensar mucho m¨¢s que a estudiar. Do?ana le fascin¨® y, sobre todo, le preocup¨®. Aquella maravilla pod¨ªa perderse si no se actuaba de inmediato, y decidi¨® actuar. Cuesta pensar hoy de qu¨¦ manera lo hizo, c¨®mo, en gran medida s¨®lo, revolvi¨® Roma con Santiago hasta lograr, con ayuda internacional, comprar para el Estado y la conservaci¨®n una finca del entonces coto de caza.
A ¨¦l le gustaba contar, divertido, que escrib¨ªa las cartas que el pr¨ªncipe Bernardo de Holanda remit¨ªa a Franco, y semanas despu¨¦s las contestaciones que Franco enviaba al pr¨ªncipe, naturalmente sin que supieran en La Haya ni en Madrid que trataban con un "agente doble". Consigui¨® de este modo poner en marcha la Reserva de Do?ana, embri¨®n del Parque Nacional del que fue primer conservador, y decidi¨® hacer de ella un lugar para investigar, pues estaba l¨²cidamente convencido que s¨®lo con buena ciencia podr¨ªan alcanzarse los objetivos conservacionistas. De hecho, ¨¦l prefer¨ªa que se le recordara como un buen investigador, antes que como un exitoso conservacionista.
Mientras pon¨ªa en marcha la Reserva de Do?ana se hizo doctor en Biolog¨ªa y muy pronto profesor de Investigaci¨®n del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). Tambi¨¦n por entonces escribi¨® un libro sobre las aves del S¨¢hara que es un aut¨¦ntico tratado de ecolog¨ªa del desierto, en muchas cosas adelantado a su tiempo. Propuso hip¨®tesis apasionantes sobre la evoluci¨®n humana y la ecolog¨ªa de comunidades que despu¨¦s han sido respaldadas por otros autores y gozan de renombre internacional.
Cre¨® asimismo la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana, el centro de investigaci¨®n del CSIC ubicado en Sevilla, en el que trabajamos hoy m¨¢s de 150 personas y uno de los institutos cient¨ªficos espa?oles m¨¢s conocidos en el mundo. Hijo predilecto de Andaluc¨ªa, reconocido con muchos premios nacionales e internacionales, acad¨¦mico de n¨²mero en varias academias, doctor honoris causa por numerosas universidades, Jos¨¦ Antonio Valverde era sobre todo alguien distinto, ¨²nico, especial, y tal vez lo m¨¢s parecido a una personalidad genial que uno haya conocido nunca. ?Hasta siempre y gracias por haber sido, Tono!
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