Saatchi sacude Londres con Damien Hirst
La nueva galer¨ªa-museo acoge una retrospectiva del artista provocador y una exposici¨®n con creadores de su generaci¨®n
Charles Saatchi culmina dos d¨¦cadas de coleccionismo con la apertura de una galer¨ªa-museo en la antigua sede del Ayuntamiento de Londres, en la orilla sur del T¨¢mesis. Lo hace con una retrospectiva del pol¨¦mico Damien Hirst, uno de sus artistas de bandera, con quien inaugura un nuevo espacio que rompe con la t¨®nica vigente de lugares industriales, a base de paredes blancas, e instala su colecci¨®n de arte contempor¨¢neo brit¨¢nico en un espacio de columnas cl¨¢sicas y paneles de madera. La nueva galer¨ªa, que inicia su andadura el 17 de abril, amenaza con robar protagonismo a la Tate porque Charles Saatchi no sigue modas; crea tendencias, algo que pasa desde que en 1985 abriera su primer espacio en un abandonado almac¨¦n de pinturas al norte de Londres.
Saatchi se ha negado a colaborar en dos proyectos que la Tate quer¨ªa dedicar a Hirst
No faltan, por supuesto, el tibur¨®n y la vaca descuartizada del famoso artista
Su extensa superficie de paredes blancas fue referente arquitect¨®nico y estil¨ªstico del sinf¨ªn de locales dedicados al arte contempor¨¢neo que desde entonces se han inaugurado en la capital brit¨¢nica. Incluso la Tate Modern, austera factor¨ªa de las ¨²ltimas expresiones art¨ªsticas, se levanta sobre un solar industrial donde anta?o se generaba electricidad.
Mayor eco internacional han tenido los artistas que forman el grueso de la colecci¨®n Saatchi. Creadores como Damien Hirst, Jenny Saville, Tracey Emin, Marc Quinn o Sarah Lucas, entre otros, que acababan de graduarse en las escuelas de arte cuando Saatchi adquiri¨® sus primeras obras, a partir de 1989.
De origen iraqu¨ª, y famoso por sus agudos carteles de la campa?a electoral que dio el poder a Margaret Thatcher, reconoci¨® la ambici¨®n y esp¨ªritu rompedor de estos emergentes artistas. Recondujo entonces su inter¨¦s por los minimalistas norteamericanos para comprar, a menudo en bloque y antes de que la obra se exhibiera en p¨²blico, la producci¨®n de un colectivo que pondr¨ªa Londres de moda como centro de un arte provocador. Es una generaci¨®n tendente al sensacionalismo y autoprotagonismo, que ha cruzado fronteras bajo la etiqueta de Young British Artists (YBA).
Los YBA disponen ahora de una morada permanente. A ellos se destina la nueva Galer¨ªa Saatchi, ubicada en County Hall, el antiguo Ayuntamiento de Londres, que se eleva majestuosamente junto al T¨¢mesis. Huele a historia en sus 24 habitaciones, incluidos el gran sal¨®n de plenos y las solemnes salas de los comit¨¦s municipales, con sus paredes cubiertas en caoba, chimeneas de m¨¢rmol, columnas cl¨¢sicas y techos abovedados. Las manecillas de los relojes de pared se han detenido para dar tiempo a que su nuevo propietario reinterprete este entorno se?orial con las joyas de su colecci¨®n.
All¨ª est¨¢n el gigantesco mu?eco anat¨®mico de Hirst, la cama desecha de Emin, la cabeza moldeada con litros de sangre de Quinn, los cuerpos mutilados que los hermanos Jake y Dinos Chapman construyeron en memoria de Goya, el cad¨¢ver a peque?a escala del padre de Ron Mueck...
En un pasillo, el visitante se ve asaltado por un pistolero que Gavin Turk ha encerrado entre cristaleras y siente n¨¢useas ante la monta?a de ratas disecadas de Dave Falconer. El Mini de motas coloridas de Hirst reposa en la elegante escalera de la puerta trasera del edificio, y un coraz¨®n luminoso, de Tim Noble y Sue Webster, da la bienvenida en la entrada principal, en el paseo del T¨¢mesis, a pocos pasos de la gran noria del milenio.
"Es una ventana a la colecci¨®n personal de Charles Saatchi", se?ala el portavoz de la galer¨ªa. "?l compra las obras que le llaman la atenci¨®n y en esta primera muestra exhibe las que m¨¢s le gustan. La colecci¨®n es su pasi¨®n, su hobby. La siente y la vive todos los d¨ªas", a?ade.
Saatchi se ha encargado personalmente de la selecci¨®n y distribuci¨®n del casi centenar de obras expuestas en County Hall -una m¨ªnima parte de las estimadas 2.500 piezas que forman su colecci¨®n-, y en v¨ªsperas de la inauguraci¨®n estaba colocando libros y carteles en los mostradores de la recepci¨®n.
L¨®gico en un experto que traza la evoluci¨®n de los ¨²ltimos grandes artistas como un salto de Jackson Pollock a Andy Warhol y Damien Hirst, Saatchi inaugura su galer¨ªa con una retrospectiva de este ¨²ltimo, el pol¨¦mico constructor de peceras de formol y vitrinas de medicinas. Su famosa oveja pace solitaria en una habitaci¨®n, recuperando la expresi¨®n original de soledad que sugiere el t¨ªtulo de la obra, Away from the flock (Alejada del reba?o). No faltan, por supuesto, el tibur¨®n y la vaca descuartizada, ni sus cuadros de motas y lienzos de pintura rociada al azar como en los juegos infantiles.
La retrospectiva de Hirst se complementa con una rica revisi¨®n de sus colegas de generaci¨®n y un par de obras de creadores emergentes, que se ubican en la ¨²nica sala dise?ada al estilo industrial. Para evitar convertir la galer¨ªa en museo de los YBA, Saatchi ha colgado tambi¨¦n obra de veteranos como Paula Rego o John Bratby.
Con su ubicaci¨®n dentro del nuevo circuito tur¨ªstico londinense, entre ambas sedes de la Tate, y con su impresionante representaci¨®n de la ¨²ltima generaci¨®n relevante de artistas brit¨¢nicos, la prensa ve en la Galer¨ªa Saatchi un reto al dominio de la instituci¨®n p¨²blica que dirige Nicholas Serota.
De hecho, Saatchi se neg¨® a colaborar en dos proyectos retrospectivos que la Tate quer¨ªa dedicar a Hirst y los hermanos Chapman. "Siempre hay rivalidad entre los comisarios de exposiciones, pero Saatchi y Serota se respetan mutuamente. Nuestra galer¨ªa no compite, sino que complementa a la Tate. Ellos no tienen estas piezas porque tampoco disponen de la libertad de Saatchi, que puede abrir su cartera en el estudio de un artista sin rendir cuentas a nadie", se?ala el portavoz.
Saatchi no quiere desvelar las estimaciones de p¨²blico que espera recibir los pr¨®ximos meses, a raz¨®n de 13 euros por visitante. Aporta en su lugar dos cifras: las 120.000 personas que visitaron la galer¨ªa original del norte de Londres el a?o de su clausura, en 2001, y los 12 millones, mayoritariamente turistas, que pasean anualmente por la secci¨®n del paseo del T¨¢mesis donde acaba de instalar parte de su colecci¨®n.
Babelia
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