Alm¨ªbar del Bronx
El cuento de Cenicienta, con cuyo hilo de az¨²car teji¨® Hollywood buenas comedias sentimentales, como Sabrina y Pretty woman, renace en el ama?o de Sucedi¨® en Manhattan y, tejido por las manos del chino neoyorquino Wayne Wang, el cuento se hace trola y su az¨²car da lugar a un empalagoso y estomagante chute de alm¨ªbar de sacarina. Y puesto que Wang hizo cine eminente en Smoke, este espectador, que no tiene respeto por quienes le mienten en la pantalla, no escatima severidad y llama por su nombre a esta eminente imbecilidad.
Wang derrocha mala astucia. Adosa a la finura de su oficio artes de mala ralea, propios de embaucador. Encubre con un barniz de alta comedia una baja argucia de venta fraudulenta de imagen, pues alquila su talento y lo pone al servicio de un spot publicitario de la estrategia de encumbramiento de la actriz puertorrique?a del Bronx Jennifer Lopez.
SUCEDI? EN MANHATTAN
Direcci¨®n: Wayne Wang: John Hughes y Kevin Wade, sobre su comedia. Int¨¦rpretes: Jennifer Lopez, Ralph Fiennes, Nastasha Richardson, Bob Hoskins, Stanley Tucci. Estados Unidos, 2003. G¨¦nero: comedia. Duraci¨®n: 105 minutos.
Su gato por liebre es rebuscadamente simple, y tal vez por eso hay peligro de que funcione. Vertebra Wang el filme con una variante del mito de Cenicienta en el que una camarera hispana de un gran hotel neoyorquino, guapa madre soltera adornada por un desali?o que la hace doblemente guapa, se ve atrapada en un equ¨ªvoco vestida con un traje de alta costura completamente hortera de una cliente pija del hotel. El truco salta de la ladina evidencia de que el desali?o embellece a la camarera, lo que genera un flujo de identificaci¨®n de la gente com¨²n, que Wang multiplica al usar como espejo de la chica obrera a dos peleles de aristocracia de escaparate brit¨¢nico: Ralph Fiennes, que es el pr¨ªncipe disfrazado de senador; y Natasha Richardson, que es la hermana mala del cuento. La argucia consiste en que, en el pugilato de encantos entre ambas atildadas perchas brit¨¢nicas -se dir¨ªa que mal interpretadas aposta- y la chica con uniforme de obrera del Bronx -que Wang se esmera en que goce del impagable im¨¢n de un toque de autenticidad biogr¨¢fica-, la victoria est¨¢ cantada de antemano para quien mire sesgadamente y vea que all¨ª hay tongo.
Y Lopez noquea a Lord Brummel en un enjuague de mal encumbramiento de una actriz rentable que, con tretas que ofenden a la inteligencia del espectador, quiere serlo m¨¢s y vende alm¨ªbar barato en frascos de ambros¨ªa diluida en esencias adulteradas de la tradici¨®n de la comedia neoyorquina. Sucedi¨® en Manhattan manipula, con habilidad pero con tosquedad, las situaciones y los tipos de vieja y noble comedia que degrada. No convence, embauca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.