"Admiro a los m¨²sicos de oficio, que no aspiran a ser llamados artistas"
Los Fabulosos Cadillacs fueron la gran, gran banda del rock latino de finales del siglo XX. Y urge reiterarlo, ya que aqu¨ª no tuvieron el impacto merecido, por desidia de Sony y, no menos crucial, por (falta de) voluntad del propio grupo. Se justifica su cantante, Vicentico: "Cuando nos llamaban desde Espa?a, ya ¨¦ramos 30 personas, sumando t¨¦cnicos y familias. Uno pon¨ªa pegas, 'mi mujer est¨¢ pariendo', y los dem¨¢s, 'perfecto, no vamos'. Ten¨ªamos plata y conquistar otro pa¨ªs no era motivaci¨®n suficiente.
Vicentico ha ca¨ªdo ahora por Madrid, en compa?¨ªa de su mujer e hijo, para promocionar Vicentico (RCA), su caleidosc¨®pico debut como solista. Que contiene una seductora lectura del bolero Algo contigo junto con retratos de la descomposici¨®n social argentina como Se despierta la ciudad: "Es real, se ha creado una psicosis donde se tiene pavor a los ni?os que piden limosna". Y Todo est¨¢ inundado, que considera "aplicable al mundo entero". Tambi¨¦n hay duras recriminaciones a determinadas mujeres, algo habitual en su cancionero: "Supongo que tengo sentimientos no resueltos con mi madre. En Culpable me quito la ropa de 'soy un tipo liberal' para conectar con la visceralidad del hombre rechazado".
Dice que, ya como solista, no siente el miedo del portero ante el penalti. "Yo disfruto enormemente: viajo, toco, vivo aventuras como grabar con los flamencos, Ni?o Josele y Chonchi Heredia. Todo me lo tomo con m¨¢s calma. Los Cadillacs buscaban la reacci¨®n del p¨²blico, gustaban de arengar a las masas. Yo era su cantante, aunque mis canciones no iban a lo testimonial, lo pol¨ªtico. Ojo, yo me comprometo en mi vida diaria, vengo de militar en la izquierda, pero en la banda era McCartney frente a Flavio Cianciarulo, que iba de Lennon".
En Espa?a, corre la idea de que los Cadillacs eran una banda de clase media-alta que se radicaliz¨® con los sucesivos desastres nacionales. Vicentico matiza: "Yo era hijo de artistas y hab¨ªa compa?eros que s¨ª ven¨ªan de barrios ricos. A mediados de los ochenta, nos consideraban raros ?y extranjerizantes! Nos atacaban y respond¨ªamos con provocaciones. A partir de El ritmo mundial (1988) nos distanciamos del ska y el reggae, fascinados por cosas muy aut¨¦nticas, las m¨²sicas del pueblo, incluyendo los tambores de las canchas de f¨²tbol y las manifestaciones. Yo admiraba a los m¨²sicos de oficio, esos que tocan en las cantinas, en los hoteles. Aunque est¨¦n mal vistos: no aspiran a ser llamados artistas: no sufren por su arte pero pueden llegar al coraz¨®n. Como modelo lo prefiero al del rockero que siempre tiene en la rec¨¢mara una soluci¨®n simplona para cualquier problema social". Los Cadillacs llegaron a las calles con piezas como Mal bicho (1995), interpretada como una descripci¨®n de Carlos Menem: "No, habla de los pol¨ªticos en general. Nunca conocimos a Menem. Y hubo oportunidad: tras un concierto en Miami, a las 3 de la madrugada lleg¨® su secretario para invitarnos a su mansi¨®n. Nos pareci¨® mal s¨ªntoma que un pol¨ªtico fuera m¨¢s trasnochador que los rockeros".
Tras Fabulosos, en Argentina
brot¨® una oleada de bandas con metales y sonido tropical: Los Pericos, Los Aut¨¦nticos Decadentes y, ay, La Mosca: "Es terrible pensar que nuestro concepto fue degenerando, hasta que los hermanos tontos se empe?aron en imitarnos". Lo que distingu¨ªa a Cadillacs era su ebullici¨®n musical e ideol¨®gica: "Hab¨ªa personalidades muy fuertes que impon¨ªan cambios de direcci¨®n. De repente, Flavio se empapaba de Thelonius Monk y ?nos pon¨ªa a tocar jazz! Hicimos unos shows en Buenos Aires que se llamaron Calavera Experimental Concerto, para que el p¨²blico supiera que ¨ªbamos a ponerle a prueba". Muchos descubrimos la grandeza de Cadillacs con Vasos vac¨ªos (1988), un d¨²o con Celia Cruz: "?Qu¨¦ experiencia! Est¨¢bamos boquiabiertos: nos encontramos con una se?ora de energ¨ªa imparable a sus setenta a?os, mientras su marido, Pedro Knight, que era diab¨¦tico, se inyectaba insulina. Vino Calamaro a tocar la lap steel y termin¨® como productor. ?La letra? El tema eterno del amor perdido: alguien escribe a su ex mujer sugiriendo que queda algo entre los dos, ll¨¢malo la ra¨ªz del cari?o".
Los Fabulosos se han tomado un a?o sab¨¢tico que se va a prolongar: "Nos despedimos en M¨¦xico, un concierto en el Foro Sol, ante 50.000 personas. Pero no est¨¢ todo dicho. Cuando sintamos la necesidad, volveremos a grabar y actuar". El problema es que parte del grupo ya no reside en Argentina: "Flavio se hart¨®, al lado de su casa se mataban a tiros y no aguant¨®, se ha instalado en Monterrey. ?Yo? Me gusta el despelote, mirar al abismo desde el borde. Hubo un momento hermoso, cuando el pueblo se rebel¨® con las caceroladas, pero parece que los peores pol¨ªticos han vuelto a tomar las riendas".
Vicentico. Madrid, 22 de abril (Caracol). Barcelona, 23 (Razzmatazz).
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