Puigner¨® intenta salvar la reducci¨®n de ingresos con menos d¨ªas de producci¨®n y salarios variables
La crisis y la competencia china complican a la empresa la salida de 'n¨²meros rojos'
El levantamiento de la suspensi¨®n de pagos de la textil Puigner¨®, dictado por el juez y que se materializar¨¢ si no hay impugnaciones en los pr¨®ximos d¨ªas, no cierra el v¨ªa crucis de la que fuera una de las mayores textiles de Espa?a. La competencia china y la aton¨ªa del mercado han rebajado en unos 10 millones de euros la proyecci¨®n de ingresos de la empresa, cantidad suficiente para desbaratar su objetivo de equilibrar las cuentas este a?o. Exigencias de Bruselas aparte, los costes se han convertido en la primera obsesi¨®n de Puigner¨®, que ha reducido de cinco a cuatro los d¨ªas de producci¨®n en Sant Bartomeu del Grau (Osona) y que prev¨¦ convertir en variable una parte de las n¨®minas de los empleados.
Las exigencias de la Comisi¨®n Europea pasan por que las autoridades espa?olas recuperen, con intereses, las ayudas p¨²blicas que la empresa de Osona recibi¨® durante la d¨¦cada de 1990. La deuda de la firma textil -que suspendi¨® pagos a finales de 2000- con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social asciende a 104 millones de euros, mientras que el Instituto Catal¨¢n de Finanzas (ICF) le ofreci¨® 21,6 millones de euros en pr¨¦stamos y avales.
La Generalitat recibi¨® hace unos d¨ªas la notificaci¨®n del Gobierno central de la orden de Bruselas de ejecutar estas deudas, contra la cual se dispone a recurrir. La ejecuci¨®n inmediata abocar¨ªa a la quiebra a la empresa, que reconoce que "no podr¨ªa hacer frente a este requerimiento" y que las cosas se le han "complicado" desde Bruselas.
Pero incluso si se obviara este nuevo frente, el camino hacia la rentabilidad de Puigner¨®, que ha pasado por cerrar dos de las tres plantas de la firma textil y que ha reducido dr¨¢sticamente la plantilla de 1.800 a 500 personas, exige nuevos esfuerzos.
La empresa quer¨ªa atajar las p¨¦rdidas a finales de este mismo a?o, y para lograrlo contaba con una previsi¨®n de ingresos de 42 millones de euros.
La incertidumbre por la situaci¨®n econ¨®mica y la fuerte competencia desde pa¨ªses con mano de obra m¨¢s barata como China han dejado en papel mojado esta estimaci¨®n. Puigner¨®, que como todas las empresas apalancadas con gastos fijos cuantiosos sufre particularmente la evoluci¨®n de los mercados, ha rebajado sus proyecciones para este a?o a 30 millones de euros. La imposibilidad de equilibrar las cuentas con este escenario, pese a que este mes de abril la tendencia de pedidos no est¨¢ siendo tan mala como la de los meses anteriores, ha centrado los esfuerzos del equipo gestor en la reducci¨®n de costes.
El consumo energ¨¦tico y el coste de la n¨®mina, que la empresa considera demasiado elevado, est¨¢n en el punto de mira. As¨ª, en un intento por buscar complicidades y salir del atolladero, la direcci¨®n ha decidido cerrar la planta de Sant Bartomeu durante seis lunes. De este modo, la producci¨®n se concentra en cuatro d¨ªas y se consigue mayor eficiencia en los consumos. Por otra parte, el equilibrio de las cuentas est¨¢ pensado con unos gastos operativos de personal que se limiten a 450 empleados, menos de los que tiene la sociedad. Al margen del goteo de empleos que se produzcan, Puigner¨® prev¨¦ que una parte de las n¨®minas sea variable.
Por otra parte, el retrasado levantamiento de la suspensi¨®n de pagos abre perspectivas positivas para la empresa. De entrada, posibilita el acuerdo entre la compa?¨ªa textil y su socio chino Shandong Bhinzou, que en una primera fase controlar¨ªa el 15% del capital de Puigner¨® y le suministrar¨ªa tejidos a bajo precio. Puigner¨® no descarta acuerdos con otras firmas.
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