Otra contrarreforma
SI EL HOMBRE ES EL ?NICO ANIMAL que tropieza dos veces en la misma piedra, los Gobiernos son capaces de darse de bruces con un n¨²mero todav¨ªa mayor de obst¨¢culos. As¨ª le est¨¢ ocurriendo al Ejecutivo de Aznar con la regulaci¨®n jur¨ªdica de la extranjer¨ªa; aprobadas el a?o 2000 dos leyes -separadas por 11 meses- sobre la materia y en curso de tramitaci¨®n una tercera norma relacionada tambi¨¦n con ese ¨¢mbito, la anulaci¨®n por el Supremo de varios art¨ªculos del Reglamento de 20 de julio de 2001 promover¨¢ seguramente un cuarto intento de reforma. Los extranjeros que quitan el sue?o al Gobierno no son los jubilados de la UE ni los empresarios y rentistas de otros pa¨ªses avecindados en Espa?a, sino mano de obra barata procedente de ?frica, Asia, Latinoam¨¦rica y Europa Oriental, expulsada de su tierra por el hambre y atra¨ªda por las perspectivas demasiadas veces ilusorias de las zonas desarrolladas del planeta. El progresivo endurecimiento del tratamiento aplicado por el Gobierno del PP a los inmigrantes viene a ser el palo que se alterna con la zanahoria tendida por redes mafiosas y empresarios sin escr¨²pulos a esos hombres y mujeres en busca de empleo y fortuna.
Una sentencia del Supremo anula parcialmente el Reglamento de la Ley de Extranjer¨ªa por hacer interpretaciones extensivas de la norma aplicada o invadir competencias reservadas al Parlamento
La primera estaci¨®n de ese largo calvario fue la Ley de Extranjer¨ªa de 11 de enero de 2000; aunque su texto hab¨ªa sido consensuado en el Congreso por todos los grupos parlamentarios (incluido el PP), fue aprobada finalmente sin los votos del partido del Gobierno, que hab¨ªa tratado infructuosamente de modificar su articulado en el Senado. La mayor¨ªa absoluta lograda por los populares en la siguiente legislatura permiti¨® al Gobierno sacarse la espina y promulgar a matacaballo -el 22 de diciembre de 2000- un texto refundido dr¨¢sticamente modificado, recurrido luego ante el Tribunal Constitucional. Pero el Ejecutivo no qued¨® totalmente satisfecho con esa contrarreforma tridentina; el amplio programa de odio al delito -y tambi¨¦n al delincuente, pese a Concepci¨®n Arenal- perge?ado por la fervorosa pareja ministerial de Justicia e Interior con el fin de calentar las pr¨®ximas elecciones municipales del 25 de mayo da otra vuelta de tuerca al r¨¦gimen administrativo y penal sobre inmigraci¨®n. Si el proyecto de ley sobre seguridad ciudadana en tramitaci¨®n no sufre modificaciones, los extranjeros en situaci¨®n irregular que resulten condenados a penas inferiores a seis a?os de prisi¨®n podr¨¢n ser expulsados de Espa?a.
Entremedias, el Ministerio del Interior hab¨ªa aprobado el 20 de julio de 2001 el Reglamento de la Ley de Extranjer¨ªa, recurrido ante el Supremo por las organizaciones de apoyo a los inmigrantes Andaluc¨ªa Acoge y Red Acoge. La sentencia dictada el pasado 20 de marzo por la Sala de lo Contencioso-Administrativo anula parcialmente 11 art¨ªculos que desbordaban su funci¨®n puramente ejecutiva e invad¨ªan ¨¢mbitos reservados a disposiciones con rango de ley. Entre otros abusos, el reglamento dificultaba la reagrupaci¨®n familiar de los inmigrantes, consent¨ªa que los permisos de trabajo fuesen rechazados por trabas formales o de procedimiento, autorizaba el internamiento de las personas entradas ilegalmente en Espa?a a bordo de las pateras y ampliaba el r¨¦gimen de repatriaci¨®n autom¨¢tica de los inmigrantes detenidos en la frontera a los extranjeros en tr¨¢nsito o en ruta dentro del territorio nacional.
Con esas trapacer¨ªas, el Ministerio del Interior no hizo sino aplicar las instrucciones que el conde de Romanones impart¨ªa -seg¨²n parece- a sus seguidores: no importa que otros hagan las leyes, siempre que vosotros redact¨¦is los reglamentos. El Gobierno, sin embargo, pretende orillar la sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo para conseguir por otros medios los resultados antes logrados mediante la frustrada utilizaci¨®n de la torticera v¨ªa del decreto; todo hace suponer que el ministro Acebes se dispone a emprender la cuarta reforma del r¨¦gimen de extranjer¨ªa, esta vez para otorgar rango de ley org¨¢nica a los preceptos reglamentarios anulados por el Supremo.
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