El museo de Fukuyama
Fukuyama, el profeta neoliberal que vaticin¨® el fin de la historia humana sin caer en la cuenta de que incluso las amebas tienen historia, estar¨ªa encantado con este nuevo museo que ha abierto sus puertas en Zaragoza con el nombre de Centro de Historia.
Se me escapa la relaci¨®n entre el nombre del museo y su contenido. Conociendo algo de la historia de Zaragoza me ha sido dif¨ªcil encontrarla en ¨¦l, as¨ª que supongo que el visitante que la desconozca saldr¨¢ con la impresi¨®n de que esta ciudad acaba de ser construida segundos antes de que ¨¦l llegara.
Por otro lado, el edificio es magn¨ªfico: la cafeter¨ªa, uno de los establecimientos m¨¢s agradables de la ciudad, y el muro de alabastro, un goce para la vista y el tacto.
Ahora bien, en cuanto al proyecto y al contenido (es decir, lo que constituye un museo), se limitan a un capitel, un fragmento de mosaico y algunas maquetas de la ciudad romana (¨¦stas casi invisibles porque no estaban iluminadas).
El resto es una especie de No-Do en tres dimensiones sobre soportes car¨ªsimos: una sala con cajas de pl¨¢stico transparente colgando del techo con roscones tambi¨¦n de pl¨¢stico, con pelotas de diversos deportes y con diferentes instrumentos; otra con un desplegable en TV del AVE que nos pondr¨¢ a 50 kil¨®metros de distancia de Madrid cuando alg¨²n ingeniero llegado del emp¨ªreo espa?ol consiga que no se hunda la v¨ªa; otra con soportes pl¨¢sticos ondulados sobre los que unos proyectores (que cualquier centro docente estar¨ªa encantado en poder utilizar) vomitan im¨¢genes de personas andando por la calle y que, afortunado el visitante, cuenta con un panel explicativo que ni siquiera un redactor de libro de texto escolar (de cualquier ¨¦poca) se hubiera atrevido a escribir; etc¨¦tera, etc¨¦tera, etc¨¦tera.
Contamos, eso s¨ª, con una nueva biblioteca p¨²blica en Zaragoza. S¨®lo espero que pueda abrir en un horario accesible para el com¨²n y que no le pase como a la del T¨ªo Jorge, que debe cerrar los s¨¢bados por falta de personal. Si esto fuera as¨ª, quiz¨¢s alguno m¨¢s leer¨ªa algo y dejar¨ªa de ver lo que suelen echar por la tele. Porque de pico todos estamos por la labor de fomentar la lectura, ?no?
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