Vaticinios
Era de esperar que, derrocado el r¨¦gimen de Sadam Husein en una operaci¨®n que finalmente sugiere la objetiva adjetivaci¨®n de rel¨¢mpago, y aprovechando el generoso impulso que la izquierda (y el resto de la oposici¨®n) ha dedicado a afear la actitud gubernamental en el conflicto, Aznar inaugurase la precampa?a electoral destacando que el desenlace del conflicto constitu¨ªa "una mala noticia para la coalici¨®n Llamazares-Zapatero" (as¨ª en ese orden), y que lo que ahora toca decidir es a qui¨¦n hay que dar las riendas de los Ayuntamientos y de las CC AA que celebran elecciones en funci¨®n de programas, balance de lo hecho por unos y por otros, y olvidarse de Irak.
En la entrevista televisiva que levant¨® las iras previas del PSOE -al entender ¨¦ste que, con la LOREG en la mano, se trata de una ventaja inaceptable que le daba al Presidente el ente p¨²blico-, Aznar argumentaba de manera simplista que no es hora de hacer pagar a las listas municipales algo que no est¨¢ en su responsabilidad; sin embargo, no lleg¨® a sugerir que si hay que castigar o premiar la posici¨®n del Gobierno en el derrocamiento del r¨¦gimen tir¨¢nico iraqu¨ª no es en la cabeza de las candidaturas populares que compiten el pr¨®ximo 25-M. Y no lo hizo porque, a mi entender, si no va a ser candidato en las pr¨®ximas elecciones legislativas, que sugiriera una moratoria en beneficio de los candidatos de ahora, para que luego la amortizase un candidato que no va a ser ¨¦l resultar¨ªa de un cinismo atroz.
Puesto que la dur¨ªsima batalla que la izquierda ha librado contra Aznar tuvo efectos de movilizaci¨®n muy especial y generalizada, y a juzgar por la huella que ha dejado en buena parte de la ciudadan¨ªa, si los n¨²meros electorales secretos, confidenciales y reservados que se est¨¢n fabricando en algunas trastiendas pol¨ªticas no van errados, lo que podemos llamar efecto resaca de la movilizaci¨®n dual (contra la guerra-contra el PP) obligar¨¢ al PP a algo m¨¢s que a repetir el argumento b¨¢sico de este primer bombardeo dial¨¦ctico si no quiere con ello alimentar m¨¢s, si cabe, el reduccionismo de la posici¨®n contra la guerra, decant¨¢ndola hacia un voto de castigo de una parte de sus votantes que podr¨ªa ser suficiente para privarle de la mayor¨ªa absoluta y llevarle a la oposici¨®n en algunos grandes ayuntamientos, en bastantes diputaciones provinciales y en varias CC AA.
Por su parte el PSOE, atenazado por la connivencia con la agenda pol¨ªtica tradicional del PCE y de EU, podr¨ªa perder o no consolidar la ventaja obtenida en estos meses a cuenta de los dos imprevistos con que el Gobierno del PP ha tenido que lidiar (Prestige e Irak), si no consigue recuperar con mucha diligencia lo que en ¨²ltima instancia invita a la victoria, es decir, el programa cre¨ªble, la actitud serena que se advierte en quien se siente ganador, y la confianza que inspira quien atrae la mirada de los indecisos cuando se radicalizan los gobernantes fracasados.
En lo que se refiere a la situaci¨®n valenciana, el PP no est¨¢ precisamente en bancarrota ni radicalizado, y el PSOE no tiene hechos los deberes que apuntaba en el anterior p¨¢rrafo. Al final, y de no mediar serias novedades en la campa?a, habr¨¢ m¨¢s polarizaci¨®n electoral, quiz¨¢s EU se habr¨ªa procurado un salvavidas; y, para los dem¨¢s, se auguran serias estrecheces.
Cuando los grandes elefantes marinos machos (PP y PSOE) compiten duramente por la playa (el poder) y las hembras (los votos), los peque?os cachorros (EU, BNV y UV) se convierten en las primeras v¨ªctimas.
Vicent.franch@eresmas.net
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