Unos p¨¢jaros reconocen a los polluelos invasores de cuco y abandonan el nido
Durante milenios, muchas especies de p¨¢jaros han padecido la explotaci¨®n de los cucos, que les hacen ocuparse de los huevos que estos invasores deslizan subrepticiamente en nidos ajenos, de forma que sus polluelos se cr¨ªan como si fueran uno m¨¢s de la familia. La respuesta a tantos siglos de invasi¨®n ha llevado a algunos p¨¢jaros a desarrollar la habilidad de reconocer los huevos de los cucos y emplearse en eliminarlos de su nido, incluidos los que imitan en su aspecto a los propios.
Sin embargo, los investigadores llevan muchos a?os tratando de descubrir por qu¨¦ los p¨¢jaros se muestran incapaces de distinguir al polluelo intruso una vez incubado y lo tratan como a uno m¨¢s del grupo, incluso cuando los polluelos del impostor muestran claros signos de ser unos extra?os, tales como torpeza manifiesta, colores y formas diferentes a los de los aut¨¦nticos inquilinos o talla hasta seis veces superior a la de sus padres adoptivos, lo que les permite elevarse sobre ellos cuando reclaman el alimento.
La revista Nature ha publicado un informe de un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Australia que ha descubierto c¨®mo al menos un tipo de p¨¢jaro, una especie de choch¨ªn, ha desarrollado la habilidad de reconocer la identidad del polluelo del cuco.
Estos peque?os p¨¢jaros multicolores, cuando regresan al nido y se encuentran con que s¨®lo queda una cr¨ªa de cuco, porque ¨¦sta ha tirado del nido a las cr¨ªas propias del choch¨ªn, abandonan el nido, dej¨¢ndola morir. "Esto significa un verdadero avance. Representa una clara evidencia de que los p¨¢jaros pueden discriminar al cuco", se?ala Stephen Rothstein, bi¨®logo de la evoluci¨®n de la Universidad de California (EE UU), experto que no ha participado en la investigaci¨®n.
El estudio ha sido realizado en una zona pr¨®xima a Camberra (Australia), en un bosque de eucaliptos donde esta especie de choch¨ªn (machos azules y hembras marrones) aparece dando saltitos por el suelo, picote¨¢ndose los unos a los otros y atrapando insectos, explica Naomi Langmore, ec¨®loga de la universidad citada y directora del proyecto.
No reconocen los huevos
Este tipo de choch¨ªn construye sus nidos pegados los unos a los otros en medio de matas de hierba, d¨¢ndoles forma de pelota y sujet¨¢ndolos con telara?as pegajosas. Un peque?o agujero da acceso a un interior oscuro cuyo suelo est¨¢ cubierto de plumas y de pelos de canguro.
Los investigadores observaron que estos pajarillos no logran nunca reconocer los huevos del cuco. A simple vista, parecen no distinguir el color y la forma de cualquiera de los huevos en la oscuridad de los nidos. Sin embargo, cuando se enfrentan al polluelo asesino reaccionan de distinta forma seg¨²n la especie de ¨¦ste. Cuando se trata de un cuco de Horsfield, abandonan el nido aproximadamente s¨®lo la mitad de las veces mientras que lo hacen siempre cuando se trata de otra especie. Se sabe que esta especie de choch¨ªn no abandona nunca su prole. Los cient¨ªficos han notado que el cuco de Horsfield imita convincentemente el canto del polluelo del choch¨ªn, lo que no hace el otro, que emite un sonido ¨¢spero que se parece m¨¢s al canto de su especie preferida para practicar el parasitismo.
En general, "los cucos y sus anfitriones participan en una carrera de armamento", afirma Langmore. "Los anfitriones desarrollan defensas contra los cucos y los cucos toman represalias desarrollando a¨²n m¨¢s las formas de enga?ar a sus padres adoptivos, simulando sus sonidos". Aunque el estudio revela la capacidad de distinci¨®n de esta especie, una parte del misterio permanece: ?Por qu¨¦ otros p¨¢jaros no han descubierto un mecanismo de autodefensa similar?
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