Listas vascas

Las elecciones municipales del pr¨®ximo 25 de mayo se presentan en el Pa¨ªs Vasco con obvios rasgos diferenciadores respecto de las celebradas cuatro a?os atr¨¢s. En ese lapso de tiempo nueve concejales del Partido Popular y del PSOE fueron asesinados por ETA y varios cientos tuvieron que reforzar sus medidas personales de seguridad para proteger su vida y poder ejercer sus funciones p¨²blicas. De otro lado, Batasuna, heredera de Euskal Herritarrok, que a su vez sucedi¨® como marca electoral a Herri Batasuna, ha sido ilegalizada por el Tribunal Supremo tras un proceso en el que se ha sentenciado su "complementaridad pol¨ªtica" respecto de ETA.

Se trata de hechos de significado muy distinto, pero que marcan el desarrollo del proceso electoral del 25 de mayo en el Pa¨ªs Vasco. El PP y el PSOE se enfrentan en estas elecciones al desaf¨ªo de recuperar el espacio de libertad que ETA ha intentado arrebatarles mediante el asesinato y todo tipo de amenazas y coacciones, y de ejercer sus derechos constitucionales de participaci¨®n pol¨ªtica y de acceso en condiciones de igualdad a las funciones y cargos p¨²blicos. En estos comicios est¨¢ en juego la igualdad de oportunidades y la participaci¨®n electoral no discriminatoria de fuerzas pol¨ªticas no nacionalistas que en la cita electoral de 1999 obtuvieron 435.000 votos, es decir, el 40% de los votantes.

Por lo que se refiere a la reci¨¦n ilegalizada Batasuna, est¨¢ en juego el respeto a la legalidad, de modo que reproducciones electorales suyas no puedan presentar, en fraude de ley o con abuso de personalidad jur¨ªdica, candidaturas tuteladas en ¨²ltima instancia por ETA.

La Ley de Partidos proh¨ªbe expresamente la presentaci¨®n de candidaturas a las agrupaciones de electores que vengan a continuar la actividad de un partido pol¨ªtico judicialmente declarado ilegal y disuelto, o suspendido. Corresponder¨¢, pues, a las Juntas Electorales decidir en primer t¨¦rmino si la Plataforma por la Autodeterminaci¨®n (AuB) y las variadas agrupaciones de electores que representan la nueva opci¨®n indepentista radical, en las que se integran ex dirigentes de Batasuna, constituyen una continuaci¨®n de este partido ilegal y rechazar su listas en ese supuesto. Y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, ser¨¢ la Sala Especial del Tribunal Supremo que declar¨® la ilegalidad de Batasuna quien deber¨¢ asumir esa tarea si, como parece, la Fiscal¨ªa General y la Abogac¨ªa del Estado no est¨¢n dispuestas a que estas agrupaciones con nombres y apellidos de ex dirigentes del partido ilegalizado puedan concurrir a los comicios del 25 de mayo. Si fuera as¨ª, el trabajo que le espera a esa sala del Supremo es ingente: tendr¨¢ que hacer frente a numerosos recursos, tantos como sean las plataformas de electores sospechosas de ser una continuaci¨®n org¨¢nica de Batasuna, y resolverlos en un corto espacio de tiempo.

Si la estrategia general de intimidaci¨®n desplegada por ETA contras las fuerzas pol¨ªticas no nacionalistas en el Pa¨ªs Vasco ten¨ªa por objetivo hacerlas desistir de concurrir a las elecciones parece evidente que esa estrategia ha fracasado. El PP ha logrado presentar listas electorales en 246 de los 250 municipios vascos y el PSOE lo ha hecho en 193, lo que supone un aumento de 57 y de 47 candidaturas, respectivamente, en relaci¨®n a los comicios de 1999. No ha hecho falta recurrir a la soluci¨®n extrema de listas conjuntas, barajadas en los momentos m¨¢s negros de la ofensiva criminal de ETA contra los concejales y las sedes del PP y PSOE. Ambos partidos han conseguido presentar la mayor oferta de su historia a unas elecciones municipales en el Pa¨ªs Vasco, lo que se debe, sin duda, a la movilizaci¨®n y entrega personal de sus militantes y simpatizantes en circunstancias en que el acoso de ETA a los cargos p¨²blicos no nacionalistas sigue estando presente.