Inzaghi remata la faena italiana

Con la lengua fuera y en el ¨²ltimo suspiro, como sus vecinos del Inter y el Juventus, el Milan cerr¨® el cupo italiano en las semifinales de la Liga de Campeones.

Una gesta del viejo calcio, al que los resultados europeos de este curso le llevar¨¢n de nuevo a cargarse de razones. A divulgar su rancio mensaje de que lo ¨²nico que debe brillar en este deporte es el marcador. Un discurso que parec¨ªa periclitado por este Milan, que arranc¨® la temporada con aires brasile?os, pero que finalmente se ha dejado arrastrar por la marea local. Y, sin duda, con ¨¦xito. Eso s¨ª, ahora tendr¨¢ que probar su propia medicina ante el Inter, con lo que la semifinal no saldr¨¢ del viejo San Siro, de la ¨²nica ciudad con dos campeones de Europa.

Sin disimulo alguno pese la n¨®mina de futbolistas que maneja, Ancelotti, el t¨¦cnico milanista, volvi¨® a empapelar a su equipo con papel de lija. Tanto talonario para jugarse las lentejas con los sudorosos Brochi y Ambrosini en la sala de m¨¢quinas, acompa?ados de un central-lateral reciclado a interior como Kaladze. Cosas del calcio. Aunque la pura realidad es que a ¨²ltima hora, Ancelotti tuvo que echar el lazo a Redondo, Rivaldo y Tomasson, carne de banquillo hasta el final. Y, principalmente, se enganch¨® a Inzaghi, uno de esos depredadores que cuando tienen chispa resultan mort¨ªferos. Sobre todo ante rivales tan livianos como el Ajax, al que no le alcanz¨® su juego sincopado.

Ronald Koeman y Ruud Krol han armado un mecano con tunecinos, rumanos, estadounidenses,surafricanos, suecos, australianos, checos y otras cuantas nacionalidades cuyo resultado es un equipo atractivo, que adora el f¨²tbol en su versi¨®n m¨¢s pulcra, pero al que le falta plomo en las zonas calientes del juego: las ¨¢reas. Esta nueva generaci¨®n ajacied est¨¢ repleta de buenos jugadores, muchos de los cuales tendr¨¢n carrera, caso de Van der Meyde, Chivu, Pienaar o Ibrahimovic. Todos est¨¢n licenciados en la fabulosa escuela holandesa, aunque ninguno es cum laude. Y cuando la cosa se pone seria, como en unos cuartos de final de la Liga de Campeones frente a un equipo tan curtido e indigesto como el Milan, el Ajax resulta demasiado blando. S¨®lo as¨ª se explica que regalara el ag¨®nico tanto de Tomasson en la prolongaci¨®n. Tras un pelotazo a la hoguera de un defensor milanista, Chivu resbal¨®, Lobont sali¨® mal e Inzaghi, con la ca?a, puso la pelota camino de la red, aunque el ¨²ltimo empuj¨®n se lo diera su compa?ero dan¨¦s.

Antes del toque de corneta final, el Milan pas¨® un trago horroroso por su empecinamiento en correr, saltar y chocar antes que dedicarse a cualquier otra cosa. Hasta que apareci¨® Inzaghi por primera vez y desatasc¨® a su equipo cuando el Ajax mejor manejaba el asalto. Con los milanistas bien tapados, m¨¢s dispuestos a sudar que a otra cosa, un centro rebotado de Shevchenko fue cazado por Inzaghi. Su d¨¦cimo gol en once partidos de Liga de Campeones apuntal¨® la apuesta de Ancelotti. Ya se sabe que con un gol en la mochila los italianos se sienten faraones. As¨ª, el Milan dio otro pasito atr¨¢s y se limit¨® a buscar las cosquillas a su enemigo. Tambi¨¦n el Ajax sigui¨® a lo suyo, es decir, con los extremos bien abiertos, la pelota en el pasto y toda la tropa abanic¨¢ndola con la mayor delicadeza posible. Con tanto mimo como trataron sus defensas a Inzaghi y Shevchenko, que se ganaron muy bien la vida, pese a jugar aislados en el ataque.

En busca de mayor pegada, Koeman envid¨® con Litmanen de salida en el segundo periodo. Con el finland¨¦s en el campo, el Ajax atrap¨® definitivamente la pelota y gan¨® en llegada. Pero al gol del ex azulgrana reaccion¨® de inmediato Inzaghi con un jugad¨®n que sell¨® Shevchenko. Otra vez al Milan le dio por especular, hasta que Pienaar le puso al borde del precipicio. Del remedio final tambi¨¦n se encarg¨® Inzaghi. Y, c¨®mo no, por la v¨ªa italiana, por las bravas y con el reloj a punto de pararse. As¨ª es el calcio, de nuevo hegem¨®nico pese a resultar empachoso.