Una sola oreja
Se concedieron tres orejas, una por coleta, pero, de verdad, de verdad, s¨®lo hubo una de peso, la que consigui¨® un torero en saz¨®n, en plena madurez y henchido de ilusi¨®n, que se sobrepuso con aut¨¦ntica maestr¨ªa a un toro de peligroso comportamiento, y lo domin¨® de cabo a rabo. Y ese torero se llama Enrique Ponce.
Las otras dos las pidi¨® el p¨²blico, quiz¨¢ mayoritariamente, -como no hay recuento de votos, no se sabe-, pero fueron trofeos de saldo auspiciados por espectadores triunfalistas decididos a amortizar el alto precio pagado en taquilla. Pero ni Joselito estuvo a la altura de su noble cuarto, ni Morante se rompi¨® como merec¨ªa el sexto. ?Acaso no torearon bien? S¨ª, que para eso presumen de figuras, pero a ratos, como simples destellos, pero anduvieron lejos de protagonizar faenas macizas y ligadas, como es exigible. Pero el p¨²blico manda, que no la afici¨®n, que asiste afligida a los nuevos tiempos que pretenden convertir en arte lo que no es m¨¢s que una labor desordenada.
Gonz¨¢lez / Joselito, Ponce, Morante
Toros de Manolo Gonz¨¢lez (siete fueron rechazados en el reconocimiento), el 6? como sobrero, desiguales de presentaci¨®n, sosos y flojos; deslucido el 2?, noble el 4?, e impresentable y noble el ¨²ltimo. Joselito: estocada ca¨ªda y un descabello (silencio); estocada (oreja protestada). Enrique Ponce: estocada (oreja); casi entera (silencio). Morante de la Puebla: media atravesada, tres pinchazos y dos descabellos (silencio); estocada (oreja). Plaza de la Maestranza, 24 de abril. 5? corrida de feria. Lleno.
El que estuvo bien de verdad fue Ponce. Tanto es as¨ª, que, en comparaci¨®n con sus compa?eros, le tendr¨ªan que haber concedido el rabo, si se permite la exageraci¨®n.
Ponce est¨¢ en plena madurez art¨ªstica, con un dominio absoluto de la t¨¦cnica y una cabeza bien, pero que muy amueblada. Cogi¨® a un toro que no val¨ªa un duro, muy deslucido, y le ense?¨® lo que es el toreo. Carg¨® la suerte en la distancia justa, y lo meti¨® en la muleta en una labor impecable por el lado derecho de dominio y conocimiento. Se jug¨® el tipo y emocion¨® a Sevilla con una faena ligada y de bella factura. El quinto era un inv¨¢lido, lo mantuvo en pie y lo mat¨® con rapidez.
Joselito es maduro, pero la ilusi¨®n se le desconoce. Naufrag¨® ante su noblote primero en una labor insulsa, propia de un torero de vuelta de todo. Hizo el esfuerzo en el otro, pero fr¨ªo,sin convicci¨®n, sin entrega, sin mando... El toro fue largo por la izquierda y ¨¦l lo acompa?¨®.Pero nada m¨¢s. Le protestaron la oreja y el torero tuvo el mal gesto de tirarla durante la vuelta al ruedo. Sin comentarios.
Un ver¨®nica y media de bella factura en su primero, y unos naturales largos en el sexto es todo el bagaje de un torero fr¨¢gil, temeroso, encorsetado e indeciso llamado Morante de la Puebla. Mal sin paliativos en su primero, y acelerado en el otro, el sevillano quiso al final sacarse la espina, pero no lo consigui¨® por su evidente falta de confianza. Pero el p¨²blico manda, aunque pueda desconocer que el ¨²nico triunfador de la tarde se llama Ponce.
Babelia
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