Tres feudos para tres caudillos peronistas
N¨¦stor Kirchner, Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢ y Carlos Menem tienen los resortes del poder de la Argentina profunda
Los tres candidatos peronistas que pugnan por llegar a la presidencia de Argentina provienen de tres provincias del interior, en las que ejercen el control de todos los resortes de poder. N¨¦stor Kirchner, en Santa Cruz (Patagonia); Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢, en San Lu¨ªs, y Carlos Menem, en La Rioja, han gobernado durante muchos a?os estos reductos con un estilo basado en la hegemon¨ªa, la reelecci¨®n ilimitada y la fabricaci¨®n de la ciudadan¨ªa a trav¨¦s del empleo p¨²blico. Los distritos forman parte del coraz¨®n del Partido Justicialista (PJ, peronista) en la Argentina profunda, donde, a diferencia de la provincia de Buenos Aires, los peronistas est¨¢n unidos detr¨¢s de los respectivos caudillos.
San Luis es un feudo de la familia Rodr¨ªguez Sa¨¢, cuyo abuelo ya gobernaba la provincia a principios del siglo XX. El Adolfo, como es conocido entre sus seguidores el candidato, fue gobernador durante cinco mandatos consecutivos (18 a?os) y actualmente mantiene el poder a trav¨¦s de la sucesora, Alicia Leme. Como gestor, Rodr¨ªguez Sa¨¢ combin¨® el populismo con un desarrollo econ¨®mico de las infraestructuras, lo que ha permitido un atisbo de sociedad civil, que no existe en Santa Cruz ni en La Rioja. En las tres provincias se impone la regla de la hegemon¨ªa con elecciones. Y la hegemon¨ªa es claramente justicialista. En San Luis, los cinco diputados nacionales son del PJ, al igual que dos de los tres senadores.
En Santa Cruz, N¨¦stor Kirchner lleva 11 a?os y medio como gobernador, despu¨¦s de haber sido cuatro a?os intendente de la capital provincial, R¨ªo Gallegos. La provincia tiene 200.000 habitantes, de los que 33.000 son empleados p¨²blicos, que con sus familias alcanzan las 100.000 personas que viven del Estado. Sin duda, Santa Cruz es una de las provincias de mayores recursos gracias a las regal¨ªas del petr¨®leo y el gas, y a una serie de beneficios que recibe por ser considerada zona desfavorable, en raz¨®n del rigor clim¨¢tico de las provincias patag¨®nicas. En la pr¨¢ctica, significa que los santacruce?os tienen una econom¨ªa fuertemente subsidiada. Los argentinos pagan en la factura del gas 31 centavos por el gas de Santa Cruz, mientras que el precio del litro de la gasolina s¨²per que paga un ciudadano de R¨ªo Gallegos es de 1,7 pesos el litro, frente a los 1,97 pesos que le cuesta al habitante de Buenos Aires.
Condiciones de jubilaci¨®n
Asimismo, los habitantes de esta provincia han gozado de las mejores condiciones de jubilaci¨®n de los empleados p¨²blicos de toda Argentina. La edad requerida para cobrar la pensi¨®n de retiro es de 28 a?os de servicio para las mujeres y de 30 a?os para los hombres, muy por debajo del resto del pa¨ªs. Kirchner ha aceptado adherirse a la ley nacional de jubilaci¨®n, que establece 60 a?os de edad para la mujer y 65 para el hombre, y equiparar su provincia a las condiciones generales de los argentinos. Una medida que no es ajena a la coyuntura electoral.
Seg¨²n datos oficiales, el 70% de los empleados en la Administraci¨®n p¨²blica est¨¢n por debajo de la l¨ªnea de pobreza (menos de 722 pesos -240 euros-, al mes), y el 35% son indigentes (menos de 322 pesos -107 euros-). Unos datos que contrastan con la imagen de gesti¨®n impecable que propaga el candidato-gobernador a lo largo y ancho del pa¨ªs. En el a?o 2002, el presupuesto de Santa Cruz fue de 1.000 millones de pesos, de los que el 35% se destin¨® al pago de sueldos. A modo de comparaci¨®n, el distrito de La Matanza, el m¨¢s grande y populoso de la provincia de Buenos Aires (1,5 millones de habitantes), tiene un presupuesto de 120 millones de pesos.
De los tres senadores nacionales de Santa Cruz, dos son peronistas, al igual que tres de los cinco diputados nacionales. La sobrerrepresentaci¨®n de las provincias en el Congreso argentino es una anomal¨ªa del sistema federal, consecuencia de la ley electoral en vigor, que data de la ¨²ltima dictadura militar, aprobada en 1982 por el Gobierno del general Reynaldo Bignone, y desde entonces no ha sido reformada. El electorado de Santa Cruz (90.000 personas), que env¨ªa a Buenos Aires cinco diputados y tres senadores, cabr¨ªa en un partido Real-Bar?a en el Camp Nou, sin llenar completamente el estadio.
Al elegir s¨®lo al presidente y vicepresidente de la naci¨®n, el r¨¦gimen electoral provincial queda separado del nacional, lo que constituye otra anomal¨ªa. La primera consecuencia es que despu¨¦s del 27 de abril, de junio a noviembre, los argentinos tendr¨¢n que acudir a las urnas en 20 elecciones provinciales. En estos comicios no s¨®lo se elegir¨¢n las autoridades provinciales, sino tambi¨¦n los diputados nacionales y los senadores nacionales cuando corresponde. Eso nunca hab¨ªa sucedido. La l¨®gica dice que hay un momento para la elecci¨®n nacional y un momento para la elecci¨®n provincial. Ese desenganche otorga un gran poder a las provincias, porque no s¨®lo definen sus a autoridades propias, sino que tambi¨¦n definen a sus legisladores nacionales, que ya no caen, como ocurre en Estados Unidos, en el efecto de arrastre de la elecci¨®n presidencial.
Educaci¨®n
En el terreno de la educaci¨®n, el sistema vigente ofrece el contraste de una buena educaci¨®n p¨²blica en la ciudad de Buenos Aires con la realidad de las provincias perif¨¦ricas dominadas por los caudillos feudales, donde no hay literalmente educaci¨®n b¨¢sica, como ocurre en la provincia de Formosa, Tucum¨¢n o incluso en una provincia que tuvo buenos sistemas de educaci¨®n como Entre R¨ªos.
El escritor H¨¦ctor Tiz¨®n puede hablar de lo poco que tiene que ver el mundo de la provincia con el de la ciudad de Buenos Aires. "En la provincia padecemos las consecuencias, pero tambi¨¦n gozamos de las ventajas. Por ejemplo, en Jujuy ha mermado la desocupaci¨®n. Hay pobreza, siempre fuimos pobres, pero tampoco fuimos muy ricos; en la provincia no hay esa diferencia irritante y obscena entre los muy ricos y los muy pobres. Los ¨ªndices de delincuencia jam¨¢s llegaron a ser una leve sombra de lo que pasa en los grandes centros poblados. Lo cual demuestra que delincuencia y pobreza no son sin¨®nimas, son pretextos de represores en potencia".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.