La suerte de nacer en un ¨¢rbol

Todo empez¨® la noche del 28 de febrero de 2000 cuando Sophia Carolina Pedro, entonces con 23 a?os, busc¨® refugio en la copa del frondoso ¨¢rbol Mafouera en la casa de su vecino junto a sus hijos, Celina, de cuatro, y Bennet, de dos. El r¨ªo Limpopo sub¨ªa demasiado r¨¢pido e imped¨ªa alcanzar un lugar m¨¢s seguro. La mayor¨ªa de sus vecinos se encaram¨® a un ¨¢rbol m¨¢s grande, situado a unos 500 metros de distancia. Las chozas hab¨ªan sido destruidas por la fuerte corriente. Todos procuraban que las serpientes, que tambi¨¦n intentaban subir a los ¨¢rboles para salvarse, no llegaran hasta donde estaban.

"Esa noche sent¨ª que empezaban los dolores del parto y mi cu?ada, que estaba en el otro ¨¢rbol donde tambi¨¦n se encontraban algunas de las ancianas que nos ayudan a parir, nad¨® hasta donde yo estaba y me ayud¨® a llegar hasta el ¨¢rbol m¨¢s grande. All¨ª varias mujeres me ayudaron a parir y al amanecer Rosita ya hab¨ªa nacido", recuerda Sophia. Cuando el helic¨®ptero de la Fuerza A¨¦rea surafricana salv¨® al d¨ªa siguiente a Sophia y su beb¨¦, la foto dio la vuelta al mundo.

Cientos de personas, sobre todo brit¨¢nicas, se ofrecieron a adoptar al beb¨¦. Mucha de la ayuda entregada por particulares a Mozambique fue entregada especialmente para Rosita, que ahora tiene una cuenta con 2.000 euros que s¨®lo podr¨¢ tocar una vez alcance la mayor¨ªa de edad. Rosita fue el rostro de las peores inundaciones en los ¨²ltimos 50 a?os que dej¨® m¨¢s de 700 muertos y casi un mill¨®n de personas damnificadas en Mozambique.

Rosita Chibure Pedro tiene ahora tres a?os de edad y es la ni?a m¨¢s famosa de Mozambique. Gracias a ella, sus padres y sus hermanos viven en una casa de tres dormitorios en Chibuto, ciudad situada a 150 kil¨®metros al norte de Maputo, la capital. Tienen tambi¨¦n una pila de agua en el centro del patio y, sobre todo, trabajo. En Mozambique, uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del planeta, eso es suficiente para ser considerada rica.

Voluntad de sobrevivir

"Rosita se convirti¨® en el s¨ªmbolo de la voluntad de vivir del pueblo de Mozambique y de las mujeres que logran sobrevivir a pesar de tener todo en contra. Por eso ella es especial para nosotros", comenta Aurelio Macie, funcionario de la Gobernaci¨®n de Chibuto donde Sophia trabaja de empleada de la limpieza y de recadera por 50 euros al mes. "El trabajo para m¨ª es muy importante, pues con eso logro comprar todos los v¨ªveres que necesito en el mes", manifest¨® Sophia. En Mozambique, colonia portuguesa en el sureste de ?frica hasta 1975, el 70% de la poblaci¨®n vive en condiciones de gran pobreza y el pa¨ªs resulta afectado por sequ¨ªas o riadas. El 13% de la poblaci¨®n es seropositiva.

Los vecinos no envidian la casa de la familia Chibure porque es similar a las otras construidas en Chibuto por el Gobierno para las v¨ªctimas de la inundaci¨®n. Tampoco el hecho de que tengan una sala de ba?o completa con loza italiana y paneles de energ¨ªa solar, donados por una ONG. Pero envidian su pila de agua. El resto del pueblo tiene que ir a la pileta p¨²blica y acarrear sobre sus cabezas los barriles con agua. Sophia deja que sus vecinos y amigos usen su agua.

Pero el cambio no ha sido f¨¢cil. La familia no se acostumbra al lujo de tener un ba?o o de poder guisar en una cocina el¨¦ctrica. Todas las ma?anas Sophia camina con sus hijos hasta donde su marido volvi¨® a erigir una choza similar a la destruida por la inundaci¨®n. All¨ª pone su vieja olla y cocina como siempre doblada sobre el fog¨®n. Lava la ropa en una palangana. Conversa con sus amigos a la sombra de un ¨¢rbol. Da de comer a sus gallinas y patos y saca la maleza de la huerta donde plant¨® ma¨ªz y otras verduras que le permiten sobrevivir.

Entretanto, Rosita ha viajado por medio mundo junto a su madre y le gusta mostrar su oso de peluche a los periodistas.