El F¨°rum y el sistema internacional
Parece haber ca¨ªdo sobre nosotros esa sentencia china que dice que ojal¨¢ no te toque vivir ¨¦pocas interesantes: vivimos ¨¦pocas de cambio y cambio de ¨¦pocas. Abandonada la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn como acta de defunci¨®n del sistema bipolar de la guerra fr¨ªa, el derrumbamiento de las Torres Gemelas parece configurarse como simb¨®lico referente del inicio de una nueva era, una fase de redefinici¨®n y transformaci¨®n del sistema internacional tanto en sus actores como en su estructura y din¨¢micas.
Transformaci¨®n, por un lado, en el qu¨¦, de la agenda y los ejes estructuradores del sistema, caracterizada por la emergencia, debate e intento de consenso durante los a?os noventa en torno a las grandes cuestiones definidoras del futuro de la humanidad y de la viabilidad del planeta a trav¨¦s de grandes cumbres mundiales organizadas por Naciones Unidas (sobre desarrollo sostenible, en R¨ªo de Janeiro, en 1992; derechos humanos, en Viena, en 1993; poblaci¨®n, en El Cairo, en 1994; mujer, en Pek¨ªn, en 1995; desarrollo econ¨®mico y social, en Cophenague, en 1996), origen de planteamientos compartidos, objetivos comunes y planes para su consecuci¨®n. Pero tambi¨¦n por la globalizaci¨®n en todos los ¨¢mbitos, fruto de la revoluci¨®n tecnol¨®gica que implica la sociedad de la informaci¨®n, y de la conformaci¨®n de grandes bloques de integraci¨®n econ¨®mica, as¨ª como por la emergencia de las relaciones entre culturas, civilizaciones y religiones, lo identitario en definitiva, como ejes estructuradores y par¨¢metros explicativos del funcionamiento del sistema. Y tras el 11-S, la lucha contra el terrorismo.
Transformaci¨®n, por otro lado, en el qui¨¦nes, pues la globalizaci¨®n y la sociedad de la informaci¨®n comportan la multiplicaci¨®n y diversificaci¨®n de los actores internacionales y la capacidad de proyecci¨®n y relaci¨®n internacional de cualquier actor, as¨ª como el acceso a la informaci¨®n y la mayor capacidad de conformaci¨®n de las opiniones p¨²blicas nacionales e internacionales. Nuevos actores que carecen de mecanismos de presencia, representaci¨®n y participaci¨®n en los organismos del sistema internacional, cuya emergencia coincide con la transformaci¨®n y acumulaci¨®n de poder sin precedentes por Estados Unidos como potencia hegem¨®nica,
Es en este contexto en el que cabe preguntarse por el papel que podr¨ªa desempe?ar el F¨°rum Universal de les Cultures Barcelona 2004 y la aportaci¨®n que podr¨ªa realizar a una evoluci¨®n positiva y un mejor funcionamiento del sistema internacional. Los grandes ejes tem¨¢ticos del F¨°rum -condiciones para la paz, desarrollo sostenible y diversidad y di¨¢logo entre culturas- constituyen sin duda las grandes ideas fuerza que deben impulsar la evoluci¨®n del sistema internacional, los leitmotiv inspiradores de la idealpolitik del largo plazo y la viabilidad global que convive necesaria e inevitablemente con la realpolitik de los intereses nacionales y las relaciones de poder. As¨ª, el F¨°rum, al tiempo que definido en el qu¨¦ por dichas ideas fuerza, podr¨ªa ser concebido en el qui¨¦nes como lugar de encuentro y de di¨¢logo entre actores formales e informales del sistema internacional, entre quienes est¨¢n presentes en los foros y organismos de negociaci¨®n y decisi¨®n del sistema internacional y quienes, siendo actores del mismo o simplemente ciudadanos preocupados por las cuestiones globales, tienen vocaci¨®n y capacidad de incidencia real pero no formal. En definitiva, como su propio nombre indicaba en su origen romano, el foro debe ser lugar de encuentro, de debate, de interacci¨®n colectiva, de emergencia de ideas y propuestas. Pero no de negociaci¨®n ni de toma de decisiones. De alguna manera, antesala informal, facilitador de entendimientos y di¨¢logo, origen de ideas y propuestas para los organismos y mecanismos formales. Punto de encuentro y oportunidad de expresi¨®n y propuesta para organizaciones, personalidades y actores informales al tiempo que de di¨¢logo, comprensi¨®n, explicaci¨®n e intercambio, a t¨ªtulo personal y sin comprometer a los organismos o instituciones a los que pertenecen, para quienes desempe?an funciones en ¨¦stos. No se trata de que el Informe de Barcelona o documento que recoja el legado del F¨°rum sea el del pensamiento de fuera del sistema internacional formal frente al de dentro, de la sociedad civil internacional frente la Sociedad de Naciones, sino el del encuentro ydi¨¢logo entre ambos. Se trata de que el F¨°rum constituya una oportunidad de participaci¨®n, propuesta y aportaci¨®n constructiva para la sociedad civil internacional en el sistema internacional en transformaci¨®n. Sin pretender en modo alguno ser el Parlamento mundial del siglo XXI, el F¨°rum puede constituir una nueva f¨®rmula de participaci¨®n y encuentro para un mundo nuevo, de toma de conciencia y apropiaci¨®n de la agenda internacional global por parte de los ciudadanos, en definitiva, una democratizaci¨®n del sistema.
Llevar ese concepto, esa intuici¨®n, ese invento -con el simbolismo transformador que ello implica en una Espa?a que empez¨® el siglo pasado al grito de "que inventen ellos"- que es el F¨°rum de la caverna de las ideas de Plat¨®n a Barcelona 2004 y desarrollarlo en toda su potencialidad como instrumento de relaciones internacionales implica, a mi juicio, pensarlo a la luz del triple paradigma de concebir el antes y el durante desde el despu¨¦s -su proyecci¨®n hacia el sistema internacional con relaci¨®n a sus ejes tem¨¢ticos-, el fortalecimiento de Barcelona como centro de relaciones internacionales y la imagen internacional de Barcelona, Catalu?a y Espa?a. Pensarlo, y hacerlo, en sus m¨²ltiples dimensiones, entre otras frente a los actores que determinan, fuera del F¨°rum, las din¨¢micas de la construcci¨®n de la paz, el desarrollo sostenible y la diversidad cultural. Y para ello debemos recurrir entre otras cosas a la construcci¨®n de alianzas, de complicidades, de apoyos y percepciones de los actores internacionales, a la diplomacia en definitiva. Pues la originalidad y potencialidad del F¨°rum no vienen s¨®lo de su qu¨¦, sino tambi¨¦n de su c¨®mo, de esa doble potencialidad y vocaci¨®n de proyecci¨®n hacia la ciudadan¨ªa y la opini¨®n p¨²blica y hacia el sistema internacional formal, de lugar de encuentro y di¨¢logo entre ambos, entre las culturas, en torno a la paz, el desarrollo sostenible y la diversidad cultural.
Manuel Montobbio es embajador en misi¨®n especial para el F¨°rum 2004.
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