Campa?a de la fresa

En esta Semana Santa he tenido la ocasi¨®n de comprobar como cada a?o acuden a nuestras tierras gente con el ¨²nico fin de ganarse honrada y humildemente la vida y como cada a?o se repiten las tropel¨ªas con esta gente. A pesar de lo que nos transmiten algunos empresarios, algunos pol¨ªticos y algunos sindicalistas, muchos de estos trabajadores son humillados, conculc¨¢ndoseles sus m¨¢s elementales derechos, tales como vivienda digna, educaci¨®n, salario, etc.

En este caso he tenido ocasi¨®n de conocer de cerca los alojamientos del paraje conocido como La Ca?ada de Rociana. Alguien en su sano juicio no puede creer, sin verlo, que aquello es cierto: barracones sin luz, sin agua, sin ventilaci¨®n, sin muebles, sin ventanas, sin calefacci¨®n, rodeados de barro, sin habitaciones, sin camas, sin ba?os... Alrededor de 30 ni?os sin escolarizar.

Como cada a?o escuchamos que estas personas est¨¢n bien atendidas, que se acabaron los antiguos problemas de alojamiento. Otra vez nos enga?an. Pero lo vergonzoso es que existen unas leyes y unos organismos que tienen la obligaci¨®n de vigilar y garantizar los derechos de todos los trabajadores. ?Por qu¨¦ estos organismos no controlan?

Si todos los a?os se repiten situaciones de este tipo, ?por qu¨¦ no act¨²a la Inspecci¨®n de Trabajo?, ?Y el Ayuntamiento de Rociana? La respuesta, posiblemente, sea que no se conoce el tema y esa es la m¨¢s penosa de las respuestas.