El Papa
Est¨¢ contento el cardenal Rouco Varela porque despu¨¦s del 11 de septiembre, es decir, despu¨¦s de la voladura de las torres de Nueva York, hay como una nueva ola de espiritualidad en el mundo, como un nuevo deseo de trascendencia. Se plantea la complementariedad entre trascendencia y cruzada que tantas veces ha movido la historia a cristazo limpio, como ahora, porque las guerras de anexi¨®n de Afganist¨¢n e Irak se hicieron a cristazo limpio y tambi¨¦n fueron presentadas como el empe?o trascendente de conseguir la libertad duradera y la justicia infinita.
El Papa va a volver a Espa?a, donde la mies es mucha pero quiz¨¢ no tanta como antes, y recibir¨¢ al jefe de Gobierno, un cat¨®lico belicista, y en cambio la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica espa?ola se ha negado a que Su Santidad reciba a los l¨ªderes del PNV y de CiU, constatados cat¨®licos pacifistas, al menos en esta ocasi¨®n. Quiz¨¢ el diferente trato se deba a que habr¨¢ siempre m¨¢s alegr¨ªa en el cielo por un pecador arrepentido que por cien justos y todav¨ªa se cobija en el alma o en el coraz¨®n del Papa el salvar el alma de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, presuntamente precipitada hacia los infiernos, y en cambio la de Ibarretxe o Jordi Pujol ya est¨¢n en la lista de espera del Para¨ªso. Uno de los motivos del viaje de Juan Pablo II es la beatificaci¨®n de un m¨¢rtir de la cruzada espa?ola, es decir, de aquella guerra civil en la que se enfrentaron la ciudad de Dios y la ciudad del Diablo, y vencedora la ciudad de Dios es l¨®gico que se beatifique con una cierta usura para evitar confusiones.
?A qui¨¦n beatificar¨ªa la Iglesia cat¨®lica en Irak? Capciosa pregunta, porque all¨ª los m¨¢rtires han sido chiitas, o sunitas, o mormones, o ateos a la iraquiana, y no es tarea de la Iglesia cat¨®lica urdir santidades en territorio doctrinal ajeno.
M¨¢s interesante ser¨ªa que la Iglesia dispusiera de una cierta capacidad designatoria de presuntos condenados a las penas del infierno, adonde deber¨ªan ir todos los cat¨®licos que han matado iraqu¨ªes de pensamiento, palabra, obra u omisi¨®n. De conservarse esta capacidad punitiva o disuasoria, el encuentro entre Aznar y el Papa tendr¨ªa cierto morbo. Pero como no es as¨ª, hablar¨¢n del tiempo o del centenario del Atl¨¦tico de Madrid.
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