J.A.Valverde
Qu¨¦ apellido m¨¢s hermoso para la persona que salv¨® Do?ana. Y qu¨¦ triste que se nos haya ido antes de tiempo.
Tropec¨¦ con su nombre por vez primera hace exactamente 45 a?os. Fue en 1958 y acababa de editarse en Londres un libro que, ya hispanista en ciernes, adquir¨ª en el acto. Se titulaba Portrait of a Wilderness (aproximadamente, Retrato de un lugar agreste) y describ¨ªa la vida pululante de las marismas, los lucios y las dunas de Do?ana. Su autor era el ornit¨®logo brit¨¢nico Guy Mountfort, y el texto iba acompa?ado de magn¨ªficas fotograf¨ªas de p¨¢jaros, paisajes y gentes del entorno realizadas por el c¨¦lebre Eric Hosking. El libro, que tengo a la vista, daba cuenta de tres viajes de exploraci¨®n emprendidos al Coto por Mountfort y sus compa?eros en 1952, 1956 y 1957. Llevaba dedicatoria a Mauricio Gonz¨¢lez D¨ªaz -que tambi¨¦n merece el profundo agradecimiento de los que amamos Do?ana- y entre sus p¨¢ginas hab¨ªa varias referencias elogiosas a un joven y brillante naturalista llamado Jos¨¦ Antonio Valverde.
Vallisoletano de 1926, de simpat¨ªa arrolladora y dado a bromas pesadas muy del gusto de sus coexcursionistas ingleses (quiz¨¢s un s¨ª es no es exc¨¦ntricos), Tono Valverde era ya para 1952 un f¨¦rvido enamorado del "lugar agreste" al cual iba a dedicar casi toda su vida profesional, y Mountfort y sus amigos quedaron impresionados ante su conocimiento de cada aspecto del territorio, as¨ª como por su pasi¨®n investigadora. Su muerte no ha pasado inadvertida en la prensa seria brit¨¢nica, y The Independent le ha llamado "Salvador del humedal m¨¢s importante de Europa" y ha recogido la famosa an¨¦cdota seg¨²n la cual Valverde, autor de facto de unas cartas escritas a Franco por el pr¨ªncipe Bernardo de Holanda, en las cuales ¨¦ste le imploraba su protecci¨®n para Do?ana, recibi¨® luego del Caudillo el encargo de redactar las contestaciones. Parece ser que ni el pr¨ªncipe ni el General¨ªsimo se enteraron de que se las hab¨ªan tenido que ver con el primer agente doble medioambiental de la historia.
Miguel Delibes de Castro ha recordado en este diario con qu¨¦ tes¨®n luch¨® Valverde para salirse con la suya y convencer no s¨®lo a Franco, sino a la comunidad internacional, de la necesidad de actuar r¨¢pidamente para proteger Do?ana. Su buen hacer durante las tres excursiones de los a?os cincuenta con los ingleses fue sin duda vital para que el empe?o resultara fruct¨ªfero, empezando en 1963 cuando se compraron, con participaci¨®n anglosajona, 7.000 hect¨¢reas de las marismas, y culminando con la declaraci¨®n del enclave como Parque Nacional.
No logr¨¦ coincidir nunca con Tono Valverde, pese a mis esfuerzos, pero s¨ª hablamos varias veces por tel¨¦fono. Un d¨ªa me coment¨® que el abuelo de Antonio Machado -Antonio Machado N¨²?ez- hab¨ªa escrito a mediados del siglo XIX una monograf¨ªa sobre los p¨¢jaros de Andaluc¨ªa, con referencias -las primeras en una publicaci¨®n cient¨ªfica- a la avifauna de Do?ana, y me sugiri¨® que estudiara la influencia de aquella entra?able figura sobre su nieto, como ¨¦l tan amante de la Naturaleza. No olvido el consejo.
Hag¨¢mosle al maestro un duelo de labores y esperanzas.
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