El juego del escondite en el puerto de Ceuta
Los extranjeros sin documentaci¨®n idean ins¨®litos m¨¦todos para embarcar en los 'ferrys' que enlazan con la Pen¨ªnsula
El a?o pasado, la Guardia Civil intercept¨® a 526 inmigrantes indocumentados cuando pretend¨ªan embarcar en los ferrys que unen Ceuta con la Pen¨ªnsula. Durante el mismo per¨ªodo, los agentes detuvieron a 122 traficantes de personas que, previo pago de una cantidad en met¨¢lico, les ayudaban a realizar la traves¨ªa. En lo que va de a?o, han sido interceptados cien inmigrantes y 16 pasadores. Estas cifras, en principio espectaculares, se convierten en anecd¨®ticas si las comparamos con el tr¨¢fico entre la ciudad aut¨®noma y Algeciras: cada a?o cruzan el Estrecho 5.900 ferrys, a bordo de los que viajan 750.000 veh¨ªculos y m¨¢s de cuatro millones de personas. Entre esa multitud, traficantes y sin papeles hacen alardes de imaginaci¨®n para burlar la vigilancia aduanera. Estos son algunos ejemplos de su inventiva.
Las mafias vac¨ªan del motor las piezas que no son imprescindibles para que el coche ruede
- El enfermo imaginario.Una ambulancia se detuvo en el control de embarque del puerto el viernes 25 de mayo de 2001. Al volante iba Antonio C. A su lado, Anissa D. Esta ¨²ltima era, en teor¨ªa, la acompa?ante del enfermo terminal que viajaba en la camilla instalada en la parte trasera del veh¨ªculo, con el rostro cubierto por una mascarilla de ox¨ªgeno. El polic¨ªa de turno exigi¨® la documentaci¨®n de Antonio y de Anissa. Todo correcto. El problema surgi¨® cuando solicit¨® la autorizaci¨®n sanitaria del moribundo. La pareja se excus¨®: la urgencia del caso s¨®lo les hab¨ªa permitido recoger su DNI. El agente orden¨® que abrieran la parte posterior del veh¨ªculo y, contra las indignadas protestas del conductor y de la acompa?ante, retir¨® la mascarilla del supuesto enfermo para cotejar su rostro con el que aparec¨ªa en el carn¨¦. Bajo la mascarilla se ocultaba un marroqu¨ª indocumentado que en nada se parec¨ªa el titular del documento. La polic¨ªa cree que antes de este descubrimiento varios inmigrantes sin papeles lograron entrar como pacientes terminales en la Pen¨ªnsula.
- El soldado regular. Dos detalles delataron a L. A., un alba?il del barrio marroqu¨ª de M'Diq, a 15 kil¨®metros de Ceuta, cuando, perfectamente uniformado, intentaba subir al ferry de las 9.00 junto a sus supuestos camaradas del Regimiento de Regulares n¨²mero 54 para participar en unas maniobras en la Pen¨ªnsula: no llevaba el fusil reglamentario y el apellido cosido a su guerrera era genuinamente espa?ol: Garc¨ªa. Cuando el teniente al mando le reconvino por no llevar su arma, L. A. no respondi¨®. Obviamente, no sab¨ªa hablar espa?ol. El oficial observ¨® entonces que su fisonom¨ªa no cuadraba con el nombre del uniforme. Sucedi¨® el 20 de febrero de este a?o, y los mandos militares a¨²n buscan a quien le proporcion¨® la vestimenta y le pas¨® la informaci¨®n confidencial del embarque del convoy.
- La familia numerosa. A las 7.30 del 27 de octubre del a?o pasado, el perro de la Guardia Civil de servicio en el puerto comenz¨® a ladrar furiosamente junto a una furgoneta en la que viajaban un matrimonio marroqu¨ª y sus seis hijos, uno de ellos deficiente mental. Al registrar el veh¨ªculo, el agente descubri¨® que la familia era m¨¢s numerosa de lo que parec¨ªa: bajo las maletas, en un doble fondo, hallaron a dos inmigrantes indocumentados. El grupo fue detenido y la furgoneta qued¨® inmovilizada. Cuando volvieron a moverla, a las 18.30, oyeron gritos procedentes del interior. Al abrir la maleta de la que proced¨ªan, y que estaba cerrada por fuera, apareci¨®, doblado en cuatro y casi asfixiado, un tercer inmigrante irregular.
- La prueba del algod¨®n. A principios de este mes, la polic¨ªa intercept¨® a dos empleadas de la empresa Limpiasol, que posee la contrata para adecentar los ferrys que cruzan desde Ceuta hasta Algeciras. Ambas mujeres iban pertrechadas con los monos y los utensilios de limpieza de rigor. Una de ellas era natural de Casablanca y carec¨ªa de documentaci¨®n. La otra era una empleada espa?ola de la empresa, que actuaba como acompa?ante y coartada de la sin papeles. La primera hab¨ªa pagado 800 euros por entrar en la Pen¨ªnsula. El plan consist¨ªa en que, una vez a bordo, se deshiciera del mono y viajara como una pasajera m¨¢s. Tras la operaci¨®n fue detenido el encargado de la firma, M. M. M. Las autoridades desconocen cu¨¢ntos inmigrantes irregulares pueden haber cruzado el Estrecho gracias a este m¨¦todo.
- El mec¨¢nico despistado. "Cuando huele droga, el perro la marca, pero cuando huele a una persona se pone a ladrar", afirman los agentes de la Guardia Civil. Eso fue lo que hizo el animal en septiembre del a?o pasado al inspeccionar una furgoneta aparentemente impecable. El traficante se hab¨ªa tomado su trabajo para habilitar un escondrijo al inmigrante: hab¨ªa desmontado el salpicadero, vaciado la guantera, el radio casete, la calefacci¨®n y el sistema de refrigeraci¨®n. El hombre se hallaba oculto en el exiguo espacio que quedaba. En otras ocasiones, los guardias han descubierto a sin papeles ocultos en el motor, del que han sido previamente desalojadas todas las piezas que no son imprescindibles para que el veh¨ªculo ruede.
- Las sardinas. "?Usted ha visto c¨®mo van colocadas las sardinas en conserva? Pues as¨ª iban los inmigrantes". Con estas palabras explica un miembro de las fuerzas de seguridad el hallazgo de seis indocumentados, hind¨²es y pakistan¨ªes, que viajaban en el doble fondo de una autocaravana el pasado mes de diciembre. Los dobles fondos en el suelo de veh¨ªculos de tama?o medio y en los maleteros de los utilitarios son lugares habitualmente utilizados para pasar sin papeles. Otro lugar que los agentes suelen revisar con especial atenci¨®n son los espacios tras los asientos traseros, que previamente vaciados pueden ocultar a una persona.
- La baca. Las abultadas bacas de los veh¨ªculos en los que los marroqu¨ªes se trasladan desde su pa¨ªs a Europa ofrecen infinitas posibilidades para esconder a inmigrantes irregulares. Por ejemplo, en el agujero previamente vaciado del interior de un colch¨®n al que han vuelto a colocar la funda (agosto de 2000). O encajados en siluetas perfectamente recortadas en la goma espuma del asiento de un sof¨¢ (verano de 2000). O en el interior de una bolsa llena de cebollas (oto?o del a?o pasado): "Hace poco encontramos en uno de esos sacos a una mujer de unos 50 a?os, extremadamente gorda. Tuvimos que sacarla a presi¨®n".
El punto de control de la Guardia Civil en el puerto de Ceuta dispone de un equipo de reconocimiento que oscila entre dos y tres guardias, m¨¢s uno o dos que trabajan con un perro entrenado para detectar drogas y personas ocultas.
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