El ladr¨®n de bicicletas

Terrible pa¨ªs: el ministro de Justicia dice que el fiscal jefe de Madrid "est¨¢ en rebeld¨ªa": en situaci¨®n jur¨ªdica de rebelde. Un presunto delincuente. Un director general de ese ministro dice en la radio que "menos mal que s¨®lo le quedan dos meses" a ese rebelde. Habla como tertuliano habitual, no como gobernante. ?Es eso posible? Estas escisiones morales de los individuos creen que uno pueda tener diversas acepciones: de un Aznar de expresi¨®n brutal se dice que hablaba como presidente del PP y no como jefe del Gobierno. Pero ?no es una cosa por ser otra? ?Hay un misterio de uno y d¨²o? Cuando Franco iba a un acto lo que interesaba era c¨®mo iba vestido: paisano o militar, con o sin boina roja. Cualquiera de esas cosas revelaba algo de la situaci¨®n pol¨ªtica interna. Pero ?el fiscal es fiscal o es socialista? ?Por qu¨¦ raz¨®n se le ataca as¨ª? Es simple: est¨¢ en contra de los juicios r¨¢pidos, como muchos juristas, porque cree que no hay jueces, espacio, polic¨ªa judicial, funcionarios ni dinero como para dar garant¨ªa a los fallos. Esta opini¨®n unifica al fiscal con su doble socialista: es la izquierda la que pretende que al presunto delincuente se le den toda clase de garant¨ªas. No lo digo sin ejemplos: Aznar viene aumentando las penas, mientras la izquierda busca las garant¨ªas. Aznar: Espa?a es una burgues¨ªa notable que se preocupa mucho de la peque?a delincuencia -el tir¨®n, claro; el ladr¨®n de bicicletas cuyo enunciado recuerda mucho un alegato grande de la izquierda: la pel¨ªcula de Vittorio de Sica- y da votos al que la persigue aunque sea a manotazos y sin fijarse mucho. En la misma emisora del director general-tertuliano uno dice que la justicia en Espa?a es "demasiado garantista"; o sea, que ofrece demasiadas garant¨ªas al encartado. Me parecen pocas. Considerar que cuatro faltas constituyen un delito es una barbarie contra lo humano. Son cuatro faltas; o cinco, o doce. Y las faltas no son suficientes para expulsar a un inmigrante, que es la peor penalidad que se le puede aplicar.

Una cosa es que la justicia sea excesivamente lenta en Espa?a y otra es el atropello al que no tiene forma de defenderse. Y prefiero que cuatro acusados de tr¨¢fico de drogas salgan a la calle por defectos procesales a que un inocente sea condenado; aunque mis interlocutores deslizaban en la charla que esta facilidad se repite mucho con los multimillonarios delincuentes. No s¨¦: ser¨¢ verdad.