Catal¨¢n para integrarse

Son las nueve de la ma?ana de un jueves y los m¨¢s puntuales ya est¨¢n en su sitio. Es su segunda clase de catal¨¢n desde que llegaron a Barcelona. "Bon dia", dice, apresur¨¢ndose, Ronald, un joven ecuatoriano de 21 a?os que lleg¨® hace tres meses a la ciudad en busca de trabajo. De momento no ha encontrado nada.

?l es una de las 800 personas que desde el pasado noviembre han pasado por la escuela de adultos Francesc Layret de Barcelona para aprender catal¨¢n. El Consorcio para la Normalizaci¨®n Ling¨¹¨ªstica y el Ayuntamiento de Barcelona firmaron un convenio en octubre pasado para proporcionar cursos gratuitos del idioma a los reci¨¦n llegados a la ciudad. Las clases se inscriben en el Programa de Acogida Ling¨¹¨ªstica, que est¨¢ dirigido a las personas atendidas por el Servicio de Atenci¨®n a Inmigrantes, Extranjeros y Refugiados (SAIER), cuyo objetivo es facilitar la inserci¨®n social, cultural y laboral de estas personas en la sociedad catalana. Los cursos duran un mes y se imparten seis horas de clase a la semana.

Los compa?eros de Ronald son todos de Latinoam¨¦rica. Hablan espa?ol y tienen m¨¢s facilidad para aprender catal¨¢n. En su grupo son 15, aunque se hayan matriculado m¨¢s -el absentismo es bastante alto- y la media de edad ronda los 25 a?os. La mayor¨ªa ha venido a estudiar y cree que saber catal¨¢n puede ayudarles a integrarse.

Con el otro grupo la cosa se complica. La mayor¨ªa de estudiantes no hablan espa?ol y proceden de pa¨ªses tan diversos como India, Jap¨®n, Camer¨²n, Costa de Marfil y Tailandia. El profesor se las tiene que apa?ar como sea para hacerse entender. "?Cleopatra?", pregunta extra?ada Nadia, una marroqu¨ª de 31 a?os. "No, quil¨°metre!", responde Gemma, la profesora. La clase estalla en carcajadas. Nadia s¨®lo lleva cuatro meses en Barcelona y tiene otras dificultades a?adidas para aprender el idioma: cuando lleg¨® al curso no le¨ªa el alfabeto latino y en su pa¨ªs s¨®lo hab¨ªa recibido dos a?os de escolarizaci¨®n. En su clase son cinco y esto facilita la tarea del profesor. Uno de ellos se llama Gabriel y es de Camer¨²n. Tiene 24 a?os y es su cuarto d¨ªa en la capital catalana. Vino desde Melilla y cuenta que pas¨® por M¨¢laga y Valencia antes de llegar a Barcelona. Se perdi¨® la primera clase, pero aprende r¨¢pidamente y no tiene ning¨²n problema en recitar el abecedario y los d¨ªas de la semana.

Cuando el curso termina los organizadores animan a los alumnos a seguir estudiando catal¨¢n. Tienen la posibilidad de hacer otro curso b¨¢sico gratis en cualquier centro del consorcio y se est¨¢ intentando que a partir de septiembre los dos niveles siguientes tambi¨¦n sean gratuitos.