Madrid y provincias
No tengo la impresi¨®n de que sea el Ayuntamiento de Madrid el lugar donde m¨¢s nos estemos jugando en las pr¨®ximas elecciones municipales y auton¨®micas. Por supuesto que Madrid es Madrid y que no hay ning¨²n municipio individualmente considerado cuyos resultados electorales puedan compararse en su impacto pol¨ªtico con los de la capital de Espa?a. Pero no va a ser Madrid el indicador del debate que va a dominar la agenda del sistema pol¨ªtico espa?ol en el inmediato y en el no tan inmediato futuro.
Tengo la impresi¨®n de que m¨¢s expresivas pueden ser, por ejemplo, las elecciones en Galicia que en Madrid. Son las primeras elecciones tras el Prestige y tras la guerra y en ellas vamos a poder comprobar si empieza a resquebrajarse la hegemon¨ªa del PP o si, por el contrario, no es as¨ª. Y en el caso de que se resquebraje, si es el PSOE o el BNG el principal beneficiario de la misma. O las elecciones en el Pa¨ªs Vasco en general y en ?lava en particular. Se va a poner a prueba la mayor¨ªa del PP en ?lava, el apoyo al Plan Ibarretxe y hasta es posible que la convocatoria o no de elecciones auton¨®micas anticipadas. O en Catalu?a, donde se est¨¢ construyendo un consenso ampl¨ªsimo en torno a la reforma del Estatuto, como v¨ªa para redefinir la posici¨®n de Catalu?a en el Estado espa?ol, y donde hay elecciones auton¨®micas en oto?o.
Hay tambi¨¦n en otros territorios cosas pol¨ªticamente m¨¢s importantes que lo que se va a decidir en el Ayuntamiento de Madrid. La coalici¨®n que gobierna Mallorca, que ha sido uno de los experimentos pol¨ªticos m¨¢s interesantes que se ha producido en Espa?a, por la que casi nadie daba un duro cuando se constituy¨® y que, sin embargo, ha sabido llegar al final con mucha dignidad, va a ser puesta a prueba. O la incidencia del Plan Hidrol¨®gico en varias comunidades aut¨®nomas y las consecuencias que para el futuro de dicho plan puedan derivarse de los resultados del 25 de mayo. O la persistente debilidad del PP en Andaluc¨ªa, que es la comunidad aut¨®noma en la que se gest¨® la crisis que condujo a la desaparici¨®n de UCD y que conden¨® a la derecha espa?ola a una largu¨ªsima traves¨ªa del desierto. Todo parece indicar que la posici¨®n del PP tiende a ir a peor y hay elecciones auton¨®micas en menos de un a?o y hasta es posible que en oto?o. Podr¨ªa seguir, pero pienso que es suficiente con estos botones de muestra.
Tengo la impresi¨®n de que, tras este segundo mandato de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, se est¨¢n moviendo de sitio todas las piezas territoriales que conseguimos trabajos¨ªsimamente encajar en el Estado de las Autonom¨ªas en el proceso constituyente y en los primeros a?os de inicial puesta en marcha de la Constituci¨®n. Todas. No solamente algunas. El mandato que el presidente del Gobierno consider¨® que hab¨ªa recibido con la mayor¨ªa absoluta de marzo de 2000 para imponer su visi¨®n de Espa?a y hacer que el dise?o constitucional del Estado de las Autonom¨ªas se adaptara a ella, ha generado una reacci¨®n m¨²ltiple, que est¨¢ todav¨ªa en su primera fase de expresi¨®n, pero que va a ir a m¨¢s y que puede llegar a convertirse en una aut¨¦ntica rebeli¨®n.
Casi nada de esto va a traslucir en la campa?a electoral de Madrid. Y s¨ª va a estar muy presente en las provincias. Los resultados de estas elecciones van a tener que ser estudiados con lupa. Son las ¨²ltimas elecciones en todo el territorio del Estado con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar como presidente del Gobierno y van a ser una radiograf¨ªa muy interesante de c¨®mo queda Espa?a tras los casi ocho a?os de aznarismo. Me temo que van a ser muchos los platos rotos que, sea quien sea el que venga despu¨¦s, va a tener que empezar a recomponer. ?ste cre¨ª entender que era el mensaje que Mariano Rajoy quer¨ªa transmitir el pasado domingo en su larga entrevista en EL PA?S.
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