Consumidores de Bio-Bac reclaman su venta con un encierro en Granada
Ante el abismo de una enfermedad sin cura, Bio-Bac ha sido para ellos el mejor asidero durante a?os. Personas como Jos¨¦ Hitos y Mercedes Mar¨ªn han vuelto a sentir la desaz¨®n que causa la impotencia m¨¦dica ante sus males cuando, hace unos meses, el Gobierno ilegaliz¨® este f¨¢rmaco del que ellos s¨®lo cuentan bondades, por m¨¢s que las autoridades sanitarias nieguen su eficacia terap¨¦utica. Una treintena de personas, entre enfermos y familiares, mantiene desde el pasado 26 de abril un encierro en la parroquia del Carmen de Granada para pedir a la Administraci¨®n que les permita volver a consumir Bio-Bac, un producto que ellos consideran fundamental para su salud. Aunque se organizan turnos para dar descanso a algunos de los enfermos, que requieren cuidados especiales, estas personas tienen previsto mantener su protesta indefinidamente, hasta obtener una "respuesta positiva del Ministerio de Sanidad".
En octubre de 2002, la Guardia Civil desmantel¨® una red de personas que se dedicaban a vender y distribuir Bio-Bac, un supuesto medicamento que el Ministerio de Sanidad ha retirado y que durante a?os se fabric¨® en un centro veterinario de Madrid como remedio para enfermedades graves como el c¨¢ncer, el sida, la hepatitis o la artrosis.
El portavoz del grupo encerrado en Granada, Jos¨¦ Hitos, un hombre de 55 a?os, enfermo de c¨¢ncer, tras descubrir el f¨¢rmaco Bio-Bac renunci¨® por completo a tratamientos convencionales como la quimioterapia. "Estoy seguro de que este complejo prote¨ªnico es el que me ha permitido estabilizar la enfermedad durante los ¨²ltimos meses", comenta Jos¨¦.
?l asegura sin dudarlo que, si pudiera, volver¨ªa a tomar el f¨¢rmaco en estos momentos. No obstante, es tanta la confianza depositada en el producto, que Hitos preferir¨ªa ceder la oportunidad de tomar Bio-Bac a otras personas que se encuentran f¨ªsicamente peor en el caso de que s¨®lo se comercializara una cantidad limitada de frascos, los que ya est¨¢n fabricados, pero retenidos por el Gobierno despu¨¦s de la operaci¨®n policial.
La penosa artritis de Mercedes Mar¨ªn, una profesora de 58 a?os a la que los dolores le impiden realizar actividades habituales como escribir en la pizarra, fue para ella una enfermedad llevadera mientras tomaba Bio-Bac. Asegura que durante ese tiempo trabaj¨® sin necesidad de bajas laborales y renunci¨® a los analg¨¦sicos que ahora tiene que tomar en grandes dosis para poder moverse con normalidad.
Tanto los enfermos como los familiares que se encuentran encerrados en la parroquia granadina niegan el efecto placebo con el que se han justificado los beneficios para la salud que los consumidores de Bio-Bac aseguran haber experimentado. Francisco Mart¨ªnez participa en el encierro a pesar de que su padre, enfermo de leucemia, ya ha fallecido. Su muerte se produjo al poco tiempo de dejar el tratamiento de Bio-Bac, pero Francisco explica que la fe en el producto no pudo influir en la salud de su padre, ya que ¨¦l nunca supo la enfermedad que padec¨ªa y pensaba que el f¨¢rmaco que tomaba era un remedio contra la anemia.
Grupos pol¨ªticos como PSOE, Los Verdes o Izquierda Unida han pedido en los ¨²ltimos d¨ªas que este f¨¢rmaco, cuyas ventajas se conoc¨ªan por el boca a boca o por recomendaci¨®n de algunos m¨¦dicos o especialistas en productos naturales, vuelva a comercializarse como alimento diet¨¦tico o para "un uso compasivo" de los pacientes que lo han estado consumiendo.
Entrevista con Chamizo
Miembros del grupo encerrado en Granada mantuvieron ayer por la tarde en Sierra Nevada una reuni¨®n con el Defensor del Pueblo Andaluz, Jos¨¦ Chamizo. Los afectados por la prohibici¨®n del Bio-Bac por parte del Gobierno expusieron en el encuentro el deterioro que, seg¨²n relatan, est¨¢ sufriendo su salud y la de sus familiares. El paso de los d¨ªas est¨¢ provocando en ellos cierto cansancio y un gran temor a que su reivindicaci¨®n pierda repercusi¨®n.
Providencia Mart¨ªn, familiar de uno de los consumidores del f¨¢rmaco, sostiene que detr¨¢s de la medida adoptada por Sanidad est¨¢n los intereses de la potente industria farmac¨¦utica. "No entiendo el empe?o que hay en impedir que la gente tome este medicamento del que la propia ministra [Ana Pastor] ha asegurado que es inocuo".
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