Inversi¨®n monumental

En 1969, el pintor neoexpresionista alem¨¢n Georg Baselitz (Deutchbaselitz, 1938) decidi¨® que desde entonces las figuras de sus cuadros ser¨ªan pintadas por ¨¦l y contempladas por el p¨²blico en posici¨®n invertida. Con esta medida, lo que intentaba era que el inter¨¦s no recayera en el poder de atracci¨®n de las im¨¢genes, que adem¨¢s son torpe y violentamente trazadas por el pintor, sino en las cualidades de lo propiamente pict¨®rico, es decir, en la gestualidad del trazo, en la materialidad de la pasta pict¨®rica y en el color.

Como muchos otros pintores expresionistas, Baselitz ha desarrollado tambi¨¦n una intensa actividad como grabador, trasvasando estas cualidades pl¨¢sticas a los aguafuertes y lin¨®leos.

Tanto en sus cuadros como en sus grabados se hacen evidentes unas ansias de monumentalidad, lo que se hace particularmente expl¨ªcito en los enormes linograbados que ahora se muestran, muchos de los cuales superan los dos metros de altura.

Pero no es ni el tama?o ni la enorme superficie lo que hace monumentales a estas obras, sino la manera en que los gestos, violentos y contundentes, conforman unas figuras que al ser colocadas en posici¨®n invertida impiden al espectador ajustar cabalmente los t¨¦rminos de proporci¨®n, agigant¨¢ndose as¨ª en su contemplaci¨®n.