Carboneros frena su repoblaci¨®n

Es s¨®lo una familia, pero ha sido suficiente para revitalizar la vida de una peque?a aldea de apenas un centenar de habitantes, de las que m¨¢s de la mitad tienen m¨¢s de 70 a?os. Juan Bautista Lupercio, su mujer Mar¨ªa Florencia Quinde y sus cinco hijos menores de edad cumplen el pr¨®ximo d¨ªa 13 de mayo un a?o de estancia en La Mesa, un anejo del municipio jiennense de Carboneros, adonde llegaron rodeados de focos y c¨¢maras de televisi¨®n. Y no era para menos. Fue la primera familia ecuatoriana, seleccionada entre otras 300 aspirantes, que estren¨® la innovadora experiencia repobladora que imita otra similar a la que en el siglo XVIII llev¨® a cabo Carlos III con criterios reformistas para crear las Nuevas Poblaciones con colonos de los pa¨ªses del centro de Europa.

Pero el proyecto Colons, que as¨ª se llama la iniciativa de repoblar con inmigrantes ecuatorianos las envejecidas aldeas de Carboneros, no est¨¢ cumpliendo el ritmo previsto por el alcalde, el socialista Domingo Bonillo. De momento, la vivienda que ocupa la familia de Juan Bautista -s¨®lo pagan unos 150 euros al a?o de forma simb¨®lica- es la ¨²nica adquirida por el Ayuntamiento, con ayuda de la Junta de Andaluc¨ªa. Las otras cinco o seis todav¨ªa est¨¢n a la espera de financiaci¨®n municipal y que se inaugure el pol¨ªgono industrial. "Repoblar por repoblar no tiene sentido, hay que llevar de forma paralela el tema de la vivienda con el del empleo", asegura el primer edil de Carboneros, que no ve peligrar el proyecto pese a que no repetir¨¢ como candidato socialista. "Hay mucha gente implicada, e incluso alguna ONG nos ha planteado la posibilidad de seguir con la iniciativa", dice Bonillo, requerido a menudo por alcaldes de Asturias, Catalu?a o Arag¨®n para reproducir la experiencia.

Un a?o despu¨¦s de su llegada a Carboneros, la familia de Juan Bautista se encuentra plenamente integrada: "Nos sentimos como en familia y los vecinos se portan con nosotros maravillosamente". Juan lamenta, no obstante, no tener derecho al voto "y poder apoyar a los candidatos m¨¢s solidarios y que m¨¢s se vuelcan con su pueblo". La opini¨®n la comparte el alcalde, para quien "la igualdad de derechos entre inmigrantes y espa?oles no es real si no se puede ejercer el derecho al voto". Tanto Bautista como Bonillo comparten la idea de que el derecho al voto implicar¨ªa a los inmigrantes en el desarrollo del municipio: "Lo sentir¨ªan como propio".