El retorno de la judeofobia
El 29 de abril se conmemora todos los a?os la mayor tragedia humana de todos los tiempos, el Holocausto. El exterminio industrializado de seis millones de jud¨ªos por parte del r¨¦gimen nazi alem¨¢n es un punto de inflexi¨®n en la historia de la humanidad, para la percepci¨®n propia del ser humano como tal y para la comprensi¨®n del mundo, que cambi¨® irrevocablemente al reventar lo que el premio Nobel de Literatura Imre Kertesz llam¨® "la fruta oscura" del ser humano simbolizada por Auschwitz. En Israel, todo el pa¨ªs se paraliza durante dos minutos y las sirenas gimen en recuerdo de tantos hombres, mujeres y ni?os convertidos en humo o lodo por aquella perfecta cadena de producci¨®n de muerte. En Madrid, ese d¨ªa, el martes pasado, la min¨²scula comunidad jud¨ªa madrile?a convocaba a una ceremonia en recuerdo de las v¨ªctimas en la sede de la Asamblea de Madrid, que acoge el acto desde hace a?os. Asistieron un par de cientos de personas, en su mayor¨ªa jud¨ªos, as¨ª como representantes del PP y del PSOE. IU estaba ausente. Seg¨²n su dirigente Gaspar Llamazares, IU no acudir¨ªa a una ceremonia en la que supuestamente s¨®lo se recuerda a los jud¨ªos muertos y no a los dem¨¢s, entre ellos a los soldados sovi¨¦ticos ca¨ªdos en la II Guerra Mundial.
La Intifada y la pol¨ªtica de Sharon parecen haber conferido 'respetabilidad' a la percepci¨®n de los jud¨ªos como un elemento social indeseable
El nuevo antisemitismo se nutre ante todo del odio al Estado de Israel y se manifiesta en la agresi¨®n verbal o f¨ªsica contra todo lo jud¨ªo
Llamazares
Que Llamazares no acudiera a la manifestaci¨®n en contra del r¨¦gimen de Fidel Castro de la pasada semana era perfectamente l¨®gico, dada la incondicional defensa de la dictadura castrista que es a¨²n piedra angular del ideario de su formaci¨®n pol¨ªtica. ?Cu¨¢les son, sin embargo, sus motivos para despreciar un acto en honor de millones de jud¨ªos, decenas de miles de ellos comunistas, asesinados por el nazismo, supuesto enemigo mortal del comunismo, ideolog¨ªa que Llamazares dice seguir profesando "a mucha honra"? Todo sugiere que no es el pudor que cualquier comunista podr¨ªa sentir al recordar los dos a?os de vigencia del Pacto Hitler-Stalin de 1939 a 1941, durante los cuales los dos dictadores no s¨®lo se repartieron Polonia, sino que tambi¨¦n intercambiaron febrilmente exiliados en sus respectivos pa¨ªses, en gran parte jud¨ªos, que perecer¨ªan despu¨¦s en los campos de la muerte de ambos reg¨ªmenes. Ni las purgas antisemitas de Stalin, de Clement Gottwald en Checoslovaquia, de Matyas Rakosi -jud¨ªo, por cierto- en Hungr¨ªa o de Wladislaw Gomulka a?os m¨¢s tarde en Polonia. La memoria es selectiva.
Los motivos de Llamazares parecen mucho m¨¢s actuales, seg¨²n coincid¨ªan en se?alar asistentes al acto en Vallecas. Ser¨ªan los mismos que han llevado en los ¨²ltimos dos a?os -y especialmente en los ¨²ltimos meses- a decenas de miles de ciudadanos europeos a manifestarse bajo pancartas que equiparaban al primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, con Hitler, y la estrella de David con la cruz gamada. Las manifestaciones de apoyo a la Intifada palestina en Francia han coreado, con m¨¢s frecuencia de lo que alg¨²n organizador pretend¨ªa, lemas como "muerte a los jud¨ªos" y "muerte a Israel". Periodistas en toda Europa, de derechas y de izquierdas, han hablado de "holocausto palestino" al referirse a la represi¨®n militar del Gobierno de Sharon en los territorios ocupados. Decenas de sinagogas y cementerios jud¨ªos han sido asaltados en los ¨²ltimos tiempos en el Viejo Continente, en el que, salvo en Francia y el Reino Unido, las comunidades jud¨ªas son min¨²sculas, cuando no inexistentes.
El nuevo antisemitismo se nutre ante todo del odio al Estado de Israel y se manifiesta en la agresi¨®n verbal o f¨ªsica contra todo lo jud¨ªo, y especialmente contra aquellos jud¨ªos que decidieron permanecer o volver a la di¨¢spora en Europa y no establecerse en el Estado jud¨ªo en Palestina.
Mala conciencia
Durante a?os, el peligro para los jud¨ªos en Europa proced¨ªa ¨²nicamente del terrorismo ¨¢rabe. El antisemitismo no s¨®lo era pol¨ªticamente incorrecto, sino una actitud y un pensamiento despreciables. Incluso surgi¨® un filojuda¨ªsmo -basado, por lo general, en los mismos prejuicios que el antisemitismo- producto de la mala conciencia europea, que no s¨®lo alemana, por haber participado o colaborado con la desaparici¨®n de los jud¨ªos del propio entorno o haberla aceptado con m¨¢s o menos complacencia.
Hoy, el antisemitismo, el antijuda¨ªsmo por utilizar un t¨¦rmino m¨¢s exacto, celebra su retorno a discursos pol¨ªticos, comentarios y an¨¢lisis de prensa y debate popular. La brutalidad del Gobierno de Sharon y las injusticias que sufren los palestinos han hecho desaparecer esa mala conciencia y cada vez son m¨¢s los que se adhieren al discurso que considera que "los jud¨ªos son los culpables". De la inestabilidad en Oriente Pr¨®ximo, del terrorismo ¨¢rabe que ellos provocan, de la guerra en Irak. Los jud¨ªos son los verdugos de los palestinos hoy, luego tampoco eran tan inocentes entonces, luego nuestra culpa tampoco es grave.
Quienes esto escriben ya no ocultan su antijuda¨ªsmo. La Intifada y la pol¨ªtica de Sharon parecen haber conferido respetabilidad, no a la apolog¨ªa del genocidio, por supuesto, pero s¨ª a esa percepci¨®n de los jud¨ªos como un elemento social indeseable y culpable de males ajenos. Luego si no existieran, el mundo ser¨ªa m¨¢s armonioso. El jud¨ªo vuelve como chivo expiatorio ideal para momentos de crisis e incertidumbre. No todo antisionismo es antijuda¨ªsmo, por supuesto. Si fuera as¨ª, una gran parte de los israel¨ªes tendr¨ªan que ser calificados como tales. El sionismo como sue?o igualitarista, socializante y liberador hace tiempo que no conmueve ya m¨¢s que a los viejos pioneros de aquella causa. Pero secuestrado el t¨¦rmino en su momento por los enemigos del Estado de Israel -la Uni¨®n Sovi¨¦tica y los ¨¢rabes-, hoy sirve, la mayor¨ªa de las veces, para mantener y multiplicar el odio contra la osad¨ªa que para muchos supone la propia existencia de Israel.
Las supuestas conspiraciones para gobernar el mundo de los Sabios de Si¨®n, y las conjuras judeomas¨®nicas de anta?o, han dado paso como mal absoluto y amenaza mundial a la alianza sionista-imperialista. Washington y Bush, seg¨²n esta teor¨ªa judeof¨®bica moderna, son rehenes o lacayos de un oscuro contubernio jud¨ªo. Todos en Europa parecen saber que Wolfowitz y algunos otros miembros de la corriente neoconservadora norteamericana son jud¨ªos. Y a nadie se le olvida recalcarlo mientras que a nadie se le ocurre decir que otros son cat¨®licos, adventistas, agn¨®sticos, de origen irland¨¦s, chino o hispano. Se advierte contra la amenaza judeocristiana. La guerra de Irak, tras dos a?os de Intifada, ha confirmado esta corriente de opini¨®n que genera el clima necesario para que los m¨¢s radicales o consecuentes pasen a la acci¨®n. Las inquietudes que esto genera entre los jud¨ªos de Israel y la di¨¢spora no parecen tomarse en serio.
La di¨¢spora cierra filas
"En Estados Unidos sobre todo, pero tambi¨¦n en Europa, los jud¨ªos de la di¨¢spora han cerrado filas tan incondicionalmente en torno a Sharon que, en vez de ayudarnos, como ellos creen que hacen, est¨¢n ayudando a mantener una pol¨ªtica que nos pone en peligro a todos y que muchos israel¨ªes no desean". El escritor Meir Shalev critica con tanta dureza la radicalidad que ha generado en las comunidades jud¨ªas norteamericanas la Intifada y los atentados suicidas como la pol¨ªtica represiva de Sharon y el apoyo recibido para la misma por parte de Washington. Shalev, veterano de guerra, herido en combate, con su hijo mayor en el ej¨¦rcito, considera que todo lo que no sea crear un Estado palestino libre y viable en los territorios ocupados; desmantelar los asentamientos, muchos repletos de fan¨¢ticos, y firmar la paz con todos los pa¨ªses ¨¢rabes, ser¨ªa un suicidio a medio plazo para un Estado de Israel democr¨¢tico.
Pero tambi¨¦n se muestra indignado con la autocomplacencia y la postura de superioridad moral que han adoptado respecto a Israel la mayor parte de los Gobiernos y las opiniones p¨²blicas de Europa. La cr¨ªtica a la pol¨ªtica del Gobierno de Ariel Sharon en los territorios ocupados y a la actuaci¨®n del ej¨¦rcito israel¨ª es no ya leg¨ªtima, sino imprescindible para buscar una soluci¨®n justa al conflicto. Pero en Israel, la confianza en Europa, que nunca ha sido muy grande, est¨¢ hoy bajo m¨ªnimos por lo que se considera una pol¨ªtica propalestina que no otorga importancia a la seguridad de Israel. La postura de Francia y Alemania ante la crisis de Irak y la consiguiente divisi¨®n en la Uni¨®n Europea han fortalecido la convicci¨®n de los israel¨ªes de que su seguridad depende ¨²nica y exclusivamente de Washington y de s¨ª mismos. Es ¨¦ste un fen¨®meno que se retroalimenta con la influencia de los grupos de presi¨®n jud¨ªos en Estados Unidos, hoy m¨¢s fuerte que nunca, parad¨®jicamente, bajo un presidente del Partido Republicano, que tradicionalmente no tiene unos v¨ªnculos tan ¨ªntimos con la comunidad jud¨ªa como el Dem¨®crata. Esa influencia es para muchos israel¨ªes su ¨²nico seguro de vida. De los europeos esperan muy poco estos europeos milenarios que sobrevivieron a millones de familiares, dieron la espalda a un continente que no supo protegerlos del exterminio y se adaptaron a las duras condiciones de la vida en Oriente Pr¨®ximo, donde las reglas son muy distintas.
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