?Sigue EE UU en recesi¨®n?
Dado el tama?o y la importancia econ¨®mica de Estados Unidos, el mundo est¨¢ observando hacia d¨®nde se dirige su econom¨ªa. Alcanz¨® su techo -y el auge de los a?os noventa lleg¨® a su fin- hacia marzo de 2001, cuando la notable expansi¨®n econ¨®mica estadounidense dio paso a la primera recesi¨®n en 10 a?os. Pero ?ha terminado dicha recesi¨®n? La Oficina Nacional de Investigaci¨®n Econ¨®mica (NBER, siglas en ingl¨¦s), ¨¢rbitro semioficial del ciclo econ¨®mico estadounidense, mantiene silencio. Los recientes cambios en la pol¨ªtica econ¨®mica y monetaria han puesto de manifiesto una crucial ambig¨¹edad en la forma en que la NBER se ha planteado los ciclos econ¨®micos.
Desde la Gran Depresi¨®n, casi siempre ha estado claro cu¨¢ndo terminaba una recesi¨®n: la producci¨®n industrial crec¨ªa firmemente, las ventas totales empezaban a aumentar, y la tasa de desempleo bajaba. Todos estos cambios de tendencia se produc¨ªan al mismo tiempo, as¨ª que nunca import¨® realmente c¨®mo se identificase el fin de una recesi¨®n, ni siquiera si se ten¨ªa una definici¨®n al respecto. Como dijo una vez un juez del Tribunal Supremo sobre la obscenidad: "Puede que no sepa c¨®mo definirla, pero la reconozco cuando la veo".
Para la econom¨ªa estadounidense, si se mide por el empleo, ¨¦sta es una de las peores recesiones, si no la peor, desde la Gran Depresi¨®n
Pero este m¨¦todo improvisado ha empezado a resultar ineficaz. En retrospectiva, el primer signo de advertencia fue la denominada "recuperaci¨®n sin empleo" de comienzos de los a?os noventa. En marzo de 1991, la producci¨®n y las ventas tocaron fondo. Pero la tasa de desempleo sigui¨® aumentando m¨¢s de un punto porcentual, hasta alcanzar un m¨¢ximo del 7,6% en junio de 1992. Si el indicador m¨¢s importante del ciclo econ¨®mico es la justificada ansiedad de los trabajadores por la posibilidad de perder el empleo y encontrar uno nuevo, el peor momento c¨ªclico se produjo 15 meses despu¨¦s del fin semioficial de la recesi¨®n. Y esta vez las cosas est¨¢n peor. Si se mide por el empleo, ¨¦sta es una de las peores recesiones, si no la peor, desde la Gran Depresi¨®n: en la econom¨ªa estadounidense trabajan hoy 2,1 millones de personas menos que hace dos a?os. Dado el crecimiento normal de la poblaci¨®n activa, la escasez de empleo hoy en d¨ªa, en relaci¨®n con lo que habr¨ªa sido si continuase el auge de la d¨¦cada de los noventa, asciende a 4,7 millones de puestos de trabajo.
Una raz¨®n para el fallo de los antiguos indicadores de ciclo econ¨®mico es que la Reserva Federal ha actuado de manera diferente en los pasados 15 a?os. La mayor¨ªa de las recesiones anteriores no eran completamente indeseadas: un mayor desempleo ayudaba a reducir la inflaci¨®n. Cuando la Reserva Federal lleg¨® a la conclusi¨®n de que la inflaci¨®n ya no constitu¨ªa una amenaza y pas¨® a centrarse en el aumento de la producci¨®n, se puso fin a la mayor¨ªa de las anteriores recesiones. Los tipos de inter¨¦s m¨¢s bajos provocaron que todos los indicadores del ciclo econ¨®mico -produc-ci¨®n, ventas, empleo y tasa de desempleo- experimentaran un giro ascendente. La segunda raz¨®n es que, aproximadamente de 1970 a 1995, la tendencia subyacente de crecimiento de la productividad era relativamente lenta. Cuando la productividad crece lentamente es extremadamente improbable que el aumento de la producci¨®n vaya acompa?ado por una disminuci¨®n del empleo. Aproximadamente desde 1995, sin embargo, la tendencia de crecimiento de la productividad ha sido bastante r¨¢pida: al menos un 2%-3% anual, no el 0,7% de los 25 a?os anteriores.
Con estas consideraciones en mente, el actual dilema de la NBER resulta evidente. Al contrario que en anteriores recesiones, esta vez no se ha producido un giro repentino en la pol¨ªtica federal que d¨¦ a todos los indicadores macroecon¨®micos del ciclo econ¨®mico el mismo punto de inflexi¨®n. Adem¨¢s, el r¨¢pido crecimiento de la productividad provoca que una recuperaci¨®n respetable, si bien inferior a lo normal, de la producci¨®n vaya asociada a una tasa de desempleo ascendente. Ni "recesi¨®n" ni "expansi¨®n", tal como se utilizaban estos t¨¦rminos en la segunda mitad del siglo XX, describen adecuadamente la actual situaci¨®n. Y ¨¦sa, en mi opini¨®n, es con mucho la cuesti¨®n m¨¢s importante que hay que entender respecto a la actual fase del ciclo econ¨®mico estadounidense.
J. Bradford DeLong es profesor de Econom¨ªa en la Universidad de California en Berkeley, y ex subsecretario del Tesoro estadounidense.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.