M¨¦dico de cabecera

Durante el pujolismo, Barcelona ha sido un problema para el nacionalismo catal¨¢n. Nunca consigui¨® seducir la ciudad, porque no fue capaz de demostrar un enamoramiento verdadero. Pujol siempre vio a la capital con recelo. En vez de explotar la enorme potencialidad de la capital, temi¨® que un desarrollo excesivo del cuerpo barcelon¨¦s dejara en la sombra al resto de Catalu?a. Ahora que Pujol se va los nacionalistas parecen haber descubierto el barcelonismo. A Trias le ha correspondido liderar lo que dicen que es una nueva apuesta. Lo cual se traduce en un compromiso: pierda o gane, Trias asegura que estar¨¢ 12 a?os en el Ayuntamiento de Barcelona.

La sensaci¨®n de que en el escalaf¨®n nacionalista Barcelona s¨®lo era una etapa de tr¨¢nsito o meritaje impidi¨® que Converg¨¨ncia fuera alternativa cre¨ªble en la capital. Ahora, en el organigrama convergente, Barcelona ya es un destino. Y Trias va a por ¨¦l, jurando fidelidad a Mas y asegurando -se supone que para ahuyentar a los fantasmas nacionalistas- que el gran error de los socialistas que ¨¦l nunca cometer¨¢ es hacer de Barcelona un contrapoder.

Trias sabe que romper definitivamente el consenso de la ciudad de Barcelona con el proyecto socialista es tarea laboriosa y que exige tiempo. Pero sabe tambi¨¦n que su apuesta est¨¢ en la recuperaci¨®n de la pol¨ªtica. Los socialistas en el Ayuntamiento han abandonado paulatinamente el perfil pol¨ªtico por un estilo m¨¢s tecnocr¨¢tico y esto, a la larga, se paga.

Corredor de fondo, Trias tiene un problema: le cuesta decir lo que no cree. Lo cual debe romper los nervios de cualquier asesor de imagen. Le resulta inc¨®modo meterse con sus adversarios, de modo que casi pide perd¨®n antes de hacerlo y avisa "ahora voy a estar petulante" antes de lanzarse una flor a s¨ª mismo. Habla bien de Barcelona, porque sabe que los ciudadanos est¨¢n encantados con la ciudad. Tan bien que uno llega a preguntarse ?por qu¨¦ entonces no pide el voto para el actual alcalde? La respuesta es doble: Trias piensa que falta mayor liderazgo pol¨ªtico para explotar las enormes posibilidades de la ciudad y que la gran asignatura pendiente de Barcelona es la cuesti¨®n social. Algo que, en la era de la competitividad, tan poco dada a la compasi¨®n, no se sabe muy bien c¨®mo debe caer en los o¨ªdos del frente de negocios de CiU o en la importante fracci¨®n acomodada de su electorado.

Como tantos pol¨ªticos en este pa¨ªs, es m¨¦dico. Viendo c¨®mo escucha y contesta, algo nada usual en pol¨ªtica, vienen ganas de contratarle como m¨¦dico de cabecera. Da la sensaci¨®n de que podr¨¢s desahogarte y de que despu¨¦s te dar¨¢ alg¨²n consejo que te har¨¢ sentir mejor. No s¨¦ si as¨ª se ganan unas elecciones. La pol¨ªtica es muy cruel. M¨¢s propia del quir¨®fano y del bistur¨ª que del cabezal de la cama del enfermo.