"El hombre s¨®lo puede asimilar la esencia del mal a trav¨¦s de la ficci¨®n"
Jorge Sempr¨²n siempre ha dicho que su paso por el campo de concentraci¨®n de Buchenwald es el suceso que ha marcado su vida. Y aun as¨ª, a pesar de una experiencia tan radical y pr¨®ximo a sus 80 a?os, mantiene una vitalidad envidiable. ?El secreto? "La curiosidad, la apetencia por saber qu¨¦ va a pasar ma?ana". Escritor, cineasta y fil¨®sofo, inaugur¨® ayer en la Residencia de Estudiantes el ciclo de Conferencias Aranguren de Filosof¨ªa, sobre la Memoria del
mal, que finalizan ma?ana.
Pregunta. ?C¨®mo explica la idea del mal m¨¢s all¨¢ de una definici¨®n religiosa, de la lucha del bien contra el mal?
Respuesta. El primero que intenta racionalizar esta cuesti¨®n es Kant, y yo parto de ah¨ª para analizar la propensi¨®n de las sociedades al mal. En este sentido, la expresi¨®n masificada y m¨¢s radical y angustiosa del mal en el siglo XX es el totalitarismo, lo cual me permite abordar tanto el estalinismo como el nazismo.
"Lo que me extra?a de Cuba es que ahora algunos se sorprendan de lo que pasa"
"En sociedades enteras, la propensi¨®n al mal puede hacerse banal, burocr¨¢tica, masiva"
P. ?En qu¨¦ medida esa idea del mal puede ser descrita m¨¢s all¨¢ de la propia experiencia?
R. Es muy dif¨ªcil, pero no es inefable. Se puede hablar de todo, del odio, del amor, de Dios... A¨²n existe una memoria de los que sobrevivieron y lo que cuenten puede ser ¨²til y eficaz, pero el testimonio que quedar¨¢ no ser¨¢ en bruto, sino que necesitar¨¢ ser reelaborado. Para que la verdad de aquel horror sea asequible y digerible tiene que expresarse a trav¨¦s de la ficci¨®n. En esa mezcla de verdad y ficci¨®n de la historia, Javier Cercas ha hecho un trabajo espl¨¦ndido en Soldados de Salamina.
P. Parece que aquel horror en toda su desnudez ser¨ªa inasumible por el hombre.
R. Nadie puede contar ni literariamente ni cinematogr¨¢ficamente la verdad absoluta de aquel horror. Parecer¨ªa irreal, nadie se lo creer¨ªa, ser¨ªa una paradoja.
P. Claude Lanzmann, el director de Shoah, dice que el holocausto es imposible de representar desde la ficci¨®n y deja hablar durante casi nueve horas a los que lo vivieron como ¨²nica forma de acercamiento.
R. No estoy de acuerdo, porque ?qu¨¦ pasar¨¢ cuando no haya supervivientes? Lanzmann tiene una posici¨®n muy radical, pero respetable. Mantiene que, si se encontraran documentos cinematogr¨¢ficos, de lo que ocurr¨ªa en las c¨¢maras de gas, habr¨ªa que destruirlos. ?sa es una visi¨®n un poco sagrada y no hay acontecimiento hist¨®rico que no se pueda comprender y expresar. Aunque hay un margen humano del enigma: ?c¨®mo es posible que tanta gente participara en esa matanza?
P. ?Qu¨¦ le parece El pianista, de Polanski?
R. Me interesa mucho porque hay una frialdad, en el buen sentido de la palabra, una ausencia deliberada de patetismo y de exageraci¨®n tan pura de ese calvario que la considero una de las pel¨ªculas m¨¢s importantes sobre el gueto y el exterminio.
P. En un debate, Josep Ramoneda habl¨® de los momentos de felicidad "casi obscena" que usted sinti¨® en Buchenwald. ?C¨®mo viviendo en el mal se obtienen momentos de felicidad?
R. Se puede explicar muy bien. Uno tiene 20 a?os, el campo es lo que es, dur¨ªsimo. Levantarse a las cuatro de la ma?ana, una m¨ªsera raci¨®n de pan para todo el d¨ªa, y 14 horas trabajando. Pero resulta que Buchenwald est¨¢ en una ladera rodeada de bosques por la que sol¨ªa pasear Goethe. Y un d¨ªa sales y ves que los ¨¢rboles han reverdecido, que hay sol, y de repente te entra esa felicidad. Un compa?ero consigue una colilla de tabaco y te regala la mitad, eso es una felicidad incre¨ªble.
P. ?Y qu¨¦ era lo peor?
R. La promiscuidad. No puedes estar un minuto de tu vida, hasta en lo m¨¢s grosero, sin testigos.
P. El mal tambi¨¦n habita en la vida cotidiana. En La semilla del diablo, Polanski ya dice que el diablo es tu vecino.
R. En Par¨ªs, estos d¨ªas se juzga a dos adolescentes, normales, que en el colegio no les apreciaron signos de perversidad, y que encerraron a una compa?era y la torturaron. Eso es el mal absoluto.
P. ?Pero c¨®mo se explica?
R. Es el enigma del mal. Y esa pulsi¨®n existe. El problema es cu¨¢ndo, c¨®mo y por qu¨¦ ocurre que en sociedades enteras esa propensi¨®n al mal pueda hacerse banal, burocr¨¢tica, masiva.
P. ?Por qu¨¦ desde el punto de vista est¨¦tico es m¨¢s atractivo el mal?
R. No coincido con eso. Hay una tradici¨®n de la literatura del bien, endeble, idealista y poco sugestiva, y por eso es m¨¢s atractivo leer Los endemoniados, de Dostoievski. Pero la buena literatura es cuando el bien se impone al mal.
P. ?Qu¨¦ opina de los ¨²ltimos acontecimientos en Cuba?
R. ?De Cuba? Ya lo dije hace muchos a?os. Lo que me extra?a es que ahora algunos se sorprendan de lo que pasa. ?Por favor!
P. Acabamos de asistir a una guerra, que es como la expresi¨®n m¨¢s acabada del mal.
R. La guerra es la ocasi¨®n hist¨®rica masiva de hacer el mal y justificarlo. ?C¨®mo se puede hablar de una guerra limpia?
P. ?Y esto no significa un poco el fracaso de la humanidad?
R. Ese fracaso es cong¨¦nito. Pero la sociedad ha ido progresando a trav¨¦s de utop¨ªas que se han ido desarrollando poco a poco.
P. Y usted, ?c¨®mo se defiende de la melancol¨ªa de vivir?
R. No me defiendo. Intento transformarlo en algo.
P. Desde luego es un ejemplo de vitalismo.
R. La procesi¨®n va por dentro.
Babelia
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