Berlusconi, al ataque
Silvio Berlusconi ha decidido que el ataque contra todo el Poder Judicial es su mejor defensa ante los jueces de Mil¨¢n que le acusan de haber pagado sobornos a otros jueces. Su comparecencia voluntaria de ayer -es el primer presidente de Gobierno que se ve obligado a sentarse en el banquillo en el ejercicio de su cargo- fue un ejercicio de m¨¢ximo cinismo para provocar este choque y salpicar a sus antecesores de la izquierda italiana. Con sus declaraciones victimistas contra la "criminalidad judicial", Berlusconi trat¨® de proteger tambi¨¦n a su amigo Cesare Previti, ex ministro y diputado, que la semana pasada fue condenado a 11 a?os de c¨¢rcel. Ambos casos, el de Previti y el de Berlusconi, forman parte del mismo fil¨®n, llamado de las togas sucias, que investiga sobornos a jueces.
El actual proceso a Berlusconi se refiere a la privatizaci¨®n de la SME, una gran empresa alimentaria que formaba parte del conglomerado estatal IRI. Seg¨²n su declaraci¨®n judicial, Berlusconi intervino en 1985, en "servicio al Estado" y a petici¨®n del entonces primer ministro socialista, el ya fallecido Bettino Craxi, para evitar que se consumara la venta de SME a su rival empresarial Carlo de Benedetti a un precio manifiestamente inferior al de mercado. El presidente de la SME era entonces Romano Prodi, a?os m¨¢s tarde jefe de Gobierno de Italia y actual presidente de la Comisi¨®n Europea. El caso acab¨® en los tribunales, que fallaron en 1986 en contra de Benedetti, pero nueve a?os despu¨¦s una testigo declar¨® que los jueces que dictaron este fallo hab¨ªan sido sobornados por Berlusconi -y otros cuatro acusados m¨¢s -, lo que dio lugar en el a?o 2000 a la apertura del actual proceso.
La sentencia puede llegar, como pronto, en oto?o, en plena presidencia italiana de la UE, que deber¨ªa desembocar en diciembre en la firma del nuevo Tratado Constitucional europeo de Roma. Los males de Italia podr¨ªan, as¨ª, contaminar el complicado proceso constituyente europeo, m¨¢s a¨²n si Berlusconi decide anticipar las elecciones generales ante una eventual condena para convertirlas en un plebiscito.
Forza Italia, el partido de Berlusconi, propugna reintroducir para los altos cargos del Estado, incluyendo al primer ministro, la inmunidad que se suprimi¨® a ra¨ªz de los procesos de manos limpias. Para lograrlo necesita el concurso de una oposici¨®n poco dispuesta a colaborar. La ofensiva de Berlusconi contra el Poder Judicial hace presagiar que, si se blindara con una inmunidad que es normal en otros pa¨ªses, aumentar¨ªa la anomal¨ªa democr¨¢tica en la que vive Italia. Tener al frente de su Gobierno a un personaje que suma al control de sus cadenas privadas de televisi¨®n el de las p¨²blicas, y confunde poder p¨²blico y privado, ya lo es en grado may¨²sculo. Si logra, adem¨¢s, ahogar al Poder Judicial desde el Ejecutivo, se llegar¨¢ a una aberraci¨®n que har¨ªa revolverse a Montesquieu en su tumba e inquietar a todos por el futuro de la democracia en Italia.
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