Denuncia
A principios de los 80, el veterano corresponsal de guerra Leo Ros recorri¨® el nauseabundo cauce del Segura, tras las sombras de la codicia y de la corrupci¨®n. En sus indagaciones, fue v¨ªctima del desprecio, del alcohol y de un asalto de miles de ranas enfurecidas. Por entonces ya era consciente de que poderosos intereses ajenos a la agricultura hab¨ªan sentenciado al r¨ªo. Y Leo Ros, que sobrevivi¨® al napalm, en la selva vietnamita de Xanu, sucumbi¨® a la n¨¢usea en las aguas podridas de vertidos industriales, junto a una espl¨¦ndida pinada. Pero en el ¨²ltimo instante, hizo un esfuerzo, se acerc¨® a la charca y rescat¨® de tanta podredumbre un modesto bol¨ªgrafo. Sac¨® su libreta y vio, con esperanza, que a¨²n escrib¨ªa. Leo Ros supo que no estaba vencido.
M¨¢s de 20 a?os despu¨¦s, ya no hay r¨ªo. Se ha consumado el disparate en beneficio de los poderosos y sus c¨®mplices; se ha actuado con impunidad, con falacias, con promesas envilecidas. Pero ahora se han puesto sobre la mesa la imperiosa necesidad de unas pesquisas sobre la "grav¨ªsima situaci¨®n en la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Segura y el Ministerio del Medio Ambiente". Pro-R¨ªo, Ecologistas en Acci¨®n de Murcia y dos colectivos m¨¢s han anunciado "la investigaci¨®n abierta por la Fiscal¨ªa del TSJ de Madrid sobre presunta corrupci¨®n en el reparto del agua del r¨ªo Segura y extracciones ilegales". Se habla de unos 1.500 pozos clandestinos, la mayor¨ªa de los cuales canalizan las aguas hasta urbanizaciones y campos de golf. Quien dio la voz de alarma fue Vicenta Oliveros, jefa del servicio jur¨ªdico de la propia CHS, que en compa?¨ªa del responsable de prensa de la instituci¨®n, Antonio Bernabeu, y de uno de sus hijos, salieron en coche hacia Madrid, en julio de 2002. La misma Vicenta Oliveros solicit¨® declarar ante el fiscal de Medio Ambiente, y parece que acud¨ªa con documentos, que nunca alcanzaron su destino. Un accidente de carretera acab¨® con sus vidas. La Guardia Civil de Tr¨¢fico contin¨²a sus investigaciones. Accidente extra?o, sin duda. A m¨¢s de uno no le llega la camisa al cuerpo. Tal vez les lleguen otras cosas.
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