"Ser¨ªa actriz hasta encima de una caja de cerveza"

Fue la prostituta yonqui de D¨ªas contados; la novia que perd¨ªa novio y sue?o en Insomnio; la infatigable compa?era de desventuras de Silke en Hola, ?est¨¢s sola?; la actriz amante de Marisa Paredes en Todo sobre mi madre; la lechuga enamorada del pescado Lucio (Ernesto Alterio) en Desali?ada, el premiado corto de Gustavo Salmer¨®n; y ahora es Carmen, un ama de casa de los a?os setenta que se convierte, gracias a las pel¨ªculas caseras que hace con su marido (Javier C¨¢mara), en una estrella del cine porno dan¨¦s.

Candela Pe?a (Barcelona, 1976) recibi¨® el premio a la mejor actriz en el pasado Festival de M¨¢laga por Torremolinos 73. C¨¢mara logr¨® el de mejor actor y la pel¨ªcula, dirigida por Pablo Berger, el de mejor pel¨ªcula y mejor direcci¨®n. Durante dos a?os la actriz apenas ha rodado; dice que este tiempo le ha ayudado a entender mejor su trabajo, "a madurar, ?qu¨¦ palabra tan horrible!". Al poco tiempo de terminar Todo sobre mi madre, y animada por Pedro Almod¨®var, public¨® una novela: P¨¦rez Pr¨ªncipe. Mar¨ªa Dolores. "Es un libro sobre la p¨¦rdida de la maldita eterna adolescencia, la historia de una t¨ªa muy fantasiosa que sue?a con casarse con el pr¨ªncipe Felipe", cuenta. Un tiempo para escribir y para dibujar zapatos, su afici¨®n favorita. "Hacer zapatos ser¨ªa mi sue?o", dice. "Me recuerdo de peque?a mirando siempre el zapatero de mi madre. Mi madre es una mujer humilde, que trabaja en un bar, pero que siempre se ha comprado zapatos. Zapatos que nunca ha estrenado porque no pod¨ªa llevarlos en el bar. Yo recuerdo unas sandalias verde manzana con mucho tac¨®n maravillosas o unas botas de tac¨®n cubano. Ella me explicaba cosas de los zapatos, le gustaba hablarme de ellos. Yo he llevado plantillas toda mi vida, de peque?a siempre iba con plantillas y merceditas. Pero me he gastado fortunas en zapatos, porque a las que nos gustan los zapatos, nos gustan los caros. Tengo de todo tipo, del Rastro y de la calle Montera. Los tengo por mi casa como esculturas. Dibujo de todo tipo, y luego les pongo nombres. Hice unos para la reina Sof¨ªa que eran marrones y con una cadenita. Tengo favoritos, como unos botines de serpiente que llev¨¦ al primer casting, el de D¨ªas contados, o unos de corazones que me compr¨¦ con mi primer sueldo. Los m¨¢s preciosos son unos que me regal¨® Gustavo Salmer¨®n despu¨¦s del corto de Desali?ada. En los cortos no te pagan, pero ¨¦l me regal¨® los zapatos m¨¢s incre¨ªbles que tengo".

"Javier C¨¢mara me ayud¨® mucho. De alguna manera, los dos somos el mismo personaje"

"Si me falta trabajo, siempre me quedar¨¢ un cuaderno para dibujar zapatos"

Candela Pe?a se fue a los 18 de su casa: "Mis padres me han dado una educaci¨®n muy libre, me dejaron irme desde muy pronto. Yo era hija de castellanos y me ped¨ªan un nivel de catal¨¢n que no ten¨ªa; eso no me gustaba. Tuve pelea: un d¨ªa en un casting les hizo gracia un chino que hablaba mal catal¨¢n, pero la hija de unos andaluces, no. Me pusieron a un ling¨¹ista y me cabre¨¦. Yo ten¨ªa mi propio acento y no quer¨ªa cambiarlo. Me puse rebeldona y me vine a Madrid".

Ahora vive en pleno centro. Entra en el Delic, un precioso local cercano a su casa donde celebran con cari?o su llegada. La invitan al caf¨¦ y se preocupan por si pasa fr¨ªo durante la sesi¨®n de fotos. "Recuerdo el d¨ªa que llegu¨¦ a Madrid, se estrenaba Jam¨®n, jam¨®n. Fui a verla al cine un domingo. Al d¨ªa siguiente empezaba mis clases de teatro y all¨ª estaban conmigo Javier Bardem y Jordi Moll¨¢".

"Los actores", contin¨²a, "se diferencian unos de otros en el camino que escogen. Hay mil maneras de acercarse al mismo personaje. Nunca me he sentido encasillada porque intento que todos mis personajes sean siempre diferentes. En El Corte Ingl¨¦s hay miles de cajeras. Todas son cajeras y todas son diferentes. Lo bonito es saber escoger a la cajera. La gente siempre dice que tengo miedo a que me encasillen, pero yo creo en la responsabilidad del actor; t¨² est¨¢s frente a los proyectos que te ofrecen y t¨² decides lo que haces y c¨®mo lo haces. Hay una frase de un profesor de teatro que me gusta mucho; ¨¦l dice que un actor intenta abrir siempre nuevas sucursales expresivas. Yo creo que con mi personaje de Torremolinos he abierto una de esas sucursales porque la gente me habla de la ternura del personaje cuando yo me siento una t¨ªa un poco zote. No dejan de sorprenderme las cosas que ve la gente y que uno no puede controlar".

"Javier C¨¢mara me ayud¨® mucho", explica la actriz, "yo no soy una actriz t¨¦cnica, ¨¦l s¨ª lo es. No trabajo para la c¨¢mara y eso no es bueno, estoy tan metida en lo que hago que descuido detalles importantes. Javier no se despistaba de m¨ª. ?l ha sido el 50% de mi trabajo. De alguna manera, los dos somos el mismo personaje. No nos conoc¨ªamos, pero estuvimos muy cerca desde el principio. Apareci¨® como un ¨¢ngel, me prometi¨® que me llevar¨ªa a Venecia despu¨¦s del rodaje y lo cumpli¨®. Es el ¨²nico hombre que me ha llevado a Venecia y supongo que eso es importante. Nosotros nos hemos comprado ropa de los setenta juntos, nos hemos ido as¨ª vestidos a la casa del director y nos hemos acostado en su cama juntos mientras su mujer japonesa nos grababa. El director estaba muy documentado, pero yo quiero creer que la historia forma parte de una leyenda porque, si existe una Carmen de verdad y yo no la he conocido, le ara?o la cara al director".

"Una de las cosas que nos propusimos fue lograr que el espectador se creyera desde el principio que ¨¦se era un matrimonio que se quiere, que se ama mucho, que han follado mucho y que la complicidad es total entre ellos. ?sta es sobre todo una historia de amor. Carmen est¨¢ siempre detr¨¢s de Alfredo, es una mujer sumisa de la ¨¦poca, pero a la vez es moderna, porque, cuando tiene que tomar una determinaci¨®n, la toma. Las decisiones duras las toma ella".

"Los actores", a?ade, "no somos m¨¢s que unos tipos que hacen que la gente se crea cosas que no existen. Jugamos con nuestro propio imaginario, y eso no es f¨¢cil. Yo creo en mi vocaci¨®n, no podr¨ªa ser otra cosa. Ser¨ªa feliz en el Retiro, haciendo teatro encima de una caja de cerveza. Pero soy una persona muy insegura, mucho, y demasiadas veces pienso que no valgo para lo que quiero hacer. Intento llevar mi ritmo, hacer las cosas de coraz¨®n, pero siempre me siento la gran equivocada. El otro d¨ªa me compr¨¦ una camiseta roja que pone mea culpa y que est¨¢ rajada por detr¨¢s: son latigazos. Me sent¨ª muy identificada. Me encant¨®. Siempre pienso que no voy a poder hacer las cosas que quiero, aunque al final las hago. De todas formas, si me falta trabajo, siempre me quedar¨¢ un cuaderno para dibujar zapatos".