Duelo de voces

No pudimos ver el cara a cara, pero escuchamos las voces. Me refiero al debate de ayer entre Camps y Pla por la radio. Se dispararon con argumentos l¨®gicos, con emociones y con im¨¢genes, como debe ocurrir en las campa?as. Pero los contenidos fueron los de siempre, al margen de peque?as an¨¦cdotas y algunos deslices entre la letan¨ªa de promesas electorales.

La verdad es que lo que dicen, en tiempos de campa?a, tiene poca credibilidad para los ciudadanos, porque es la ¨¦poca del puedo prometer y prometo. El problema no es lo que dicen, sino averiguar qui¨¦n hay detr¨¢s, y eso es m¨¢s dif¨ªcil de saber. Eran s¨®lo dos, pero parec¨ªan muchos porque adoptaban m¨²ltiples papeles. Eran gestores, pero tambi¨¦n benefactores, economistas, educadores y hasta ingenieros de caminos. Se examinaban mutuamente, como si estuvieran en la escuela o en un concurso de televisi¨®n, para demostrar que el otro no sab¨ªa d¨®nde estaba un pueblo valenciano, el n¨²mero de diab¨¦ticos por kil¨®metro cuadrado o la cantidad de camas y habitaciones hospitalarias por habitante, incluyendo tambi¨¦n el que fueran ocupadas en solitario o en compa?¨ªa, se supone que en referencia a las habitaciones, aunque no qued¨® muy claro.

Pla suena bien, tanto en valenciano como en castellano, que tambi¨¦n pronuncia en valenciano, algo que le proporciona un aspecto m¨¢s sincero. Se esfuerza en demostrar que representa otra forma de ser, otros valores, menos materialismo desarrollista, m¨¢s humanismo. Menciona con frecuencia sus or¨ªgenes familiares y no es la primera vez que lo hace, puede que por necesidad de sentirse aceptado por los dem¨¢s, persiguiendo el ¨¦xito en forma de reconocimiento social. Si es as¨ª, no es mala cosa, porque ese tipo de pol¨ªticos huye siempre de los conflictos p¨²blicos para evitar las cr¨ªticas.

Camps tiene m¨¢s fluidez verbal, tanto en castellano como en valenciano, que tambi¨¦n pronuncia en castellano, algo que le proporciona un aspecto m¨¢s vers¨¢til, es decir, capaz de adaptarse con facilidad y rapidez a diversas situaciones. Se sabe mejor la lecci¨®n, utiliza como un ariete el famoso balance de gesti¨®n, que no por aburrido deja de ser eficaz, todo hay que decirlo. Hace pocas referencias a s¨ª mismo, como si no existiera, puede que por estar m¨¢s preocupado por conseguir el poder y por construir el futuro valenciano que por sentirse aceptado tal como es. Puede que tampoco sea un mal rasgo, porque as¨ª estar¨¢ totalmente enfocado a la tarea.

Mientras hablaban por la radio, cerr¨¦ los ojos y procur¨¦ imaginarlos. Me vinieron im¨¢genes de prensa. Camps con una mano en alto, como intentando desenroscar una bombilla inexistente, quiz¨¢ la pesada luz que le proyecta la figura de Zaplana. Pla siempre con ambas manos entrelazadas con los que le rodean, como si estuviera iniciando una sardana, dicho sea sin mala intenci¨®n. Todo un s¨ªmbolo para ambos y es que los reporteros gr¨¢ficos son cada d¨ªa mejores.

?Qu¨¦ qui¨¦n gan¨®? Pero bueno, ?que preguntas me hacen! ?Es que tienen alguna duda? Reflexionen, miren en su interior con sinceridad y se dar¨¢n cuenta de que la respuesta es indiscutible. Gan¨® el nuestro, como ten¨ªa que ser. Es m¨¢s, no pod¨ªa ser de otra manera y el que diga lo contrario es que miente, lo siento, pero es as¨ª de simple y de sencillo.