La ¨²ltima batalla de Microsoft
La compa?¨ªa invierte miles de millones en recuperar la crediblidad y en 'cuidar' a sus clientes frente a la presi¨®n de Linux
Microsoft ha puesto fin a diez a?os de litigio con el Gobierno de EE UU, y aumenta sus ingresos y beneficios en cada trimestre. Pero la compa?¨ªa, acuciada por la creciente competencia de Linux, se centra ahora en mejorar su imagen, la seguridad de sus productos y, sobre todo, la atenci¨®n a sus clientes. Ha invertido miles de millones de d¨®lares en formaci¨®n de empleados y socios, y en campa?as publicitarias, s¨®lo para conseguir un objetivo: recuperar la credibilidad.
El crecimiento de la multinacional vendr¨¢, seg¨²n Deutsche Bank, de los servidores y las empresas. All¨ª donde Linux crece m¨¢s r¨¢pido
Harley Sitner sonr¨ªe. El responsable de la estrategia de Microsoft en los servidores -esas enormes m¨¢quinas que controlan el funcionamiento de las redes inform¨¢ticas- esperaba la pregunta sobre Linux, un sistema que, seg¨²n un an¨¢lisis de la consultora Gartner, es la "m¨¢s compleja amenaza competitiva que Microsoft ha afrontado nunca". "Ver¨¢", explica Sitner, mientras sigue sonriendo, "nosotros sol¨ªamos decir que el mundo ser¨ªa mucho mejor cuando todo fuera Windows [el sistema operativo de Microsoft]; la hierba ser¨ªa m¨¢s verde, los ni?os estar¨ªan m¨¢s felices", se r¨ªe, y contin¨²a: "Ya no lo decimos. Sabemos que eso no ocurrir¨¢. As¨ª que, ahora, se trata de competir sabiendo que no estamos solos".
La gran amenaza de la que habla Gartner no se ha transformado en un impacto en las cuentas de Microsoft. La compa?¨ªa fundada por Bill Gates y Paul Allen aumenta sus ingresos todos los trimestres desde que sali¨® a Bolsa, en 1986. Microsoft es, tambi¨¦n, la empresa con mayor productividad por empleado del mundo del software. Y sigue controlando m¨¢s del 96% del coraz¨®n de los ordenadores personales de todo el mundo, que funcionan gracias a Windows.
Pero el foco de atenci¨®n de Microsoft est¨¢ girando. Un reciente informe de Deutsche Bank exprim¨ªa los resultados de la compa?¨ªa y llegaba a la conclusi¨®n de que el crecimiento de la multinacional proviene de dos negocios: los servidores, que han aumentado un 21% en el ¨²ltimo a?o, y las soluciones para empresas (+96%). "Creemos que estos dos sectores", explicaban los analistas, "determinar¨¢n el crecimiento de la compa?¨ªa en los pr¨®ximos cinco a?os".
Y es, precisamente, este campo de batalla, el de las infraestructuras tecnol¨®gicas de las empresas, el que ha elegido Linux para combatir. Una encuesta de Forrester realizada en marzo a 50 grandes compa?¨ªas -con facturaci¨®n superior a 1.000 millones de d¨®lares- indica que el 72% de ellas tiene pensado implantar Linux en sus sistemas inform¨¢ticos.
Una nueva competencia
No es que la compa?¨ªa de Bill Gates no est¨¦ acostumbrada a competir. Microsoft lleva 28 a?os luchando en el mercado del software, con agresividad, dice la empresa, o con amenazas y presiones, aseguran sus competidores. Su sistema operativo Windows, su procesador de textos Word, su navegador Explorer...; todos ellos compitieron con productos rivales, y ahora son l¨ªderes en sus mercados. Pero Linux es un tipo distinto de amenaza. "Microsoft se siente c¨®modo", explica Ted Schadler, analista de Forrester especializado en el mercado del software, "cuando compite contra otras compa?¨ªas, utilizando sus armas: un enfoque basado en simplificar tecnolog¨ªas complejas, un gran canal de socios y desarrolladores, una estrategia muy agresiva de a?adir constantemente funciones a Windows y, claro, una posici¨®n de dominio en los PC. Pero Linux", a?ade "no es un competidor, es una fuerza del mercado".
Y es que el c¨®digo de Linux puede ser libremente creado y modificado, centenares de miles de programadores escriben para ¨¦l, y los grandes de la industria, con IBM a la cabeza, han equipado sus m¨¢quinas con el programa. Su poder competitivo va en aumento. Una cuarta parte de las compa?¨ªas entrevistadas por Forrester va a implantar Linux sustituyendo a Microsoft.
?Por qu¨¦ hay clientes que se plantean abandonar a Microsoft? Gartner explica que no s¨®lo influyen las virtudes de Linux. Microsoft tiene sus propios problemas, especialmente en su imagen en las empresas, debido a su pol¨ªtica de precios y licencias, y la seguridad de sus productos.
La cuesti¨®n de la imagen es m¨¢s compleja de lo que podr¨ªa parecer. El negocio de venta de inform¨¢tica a una compa?¨ªa no se basa en vender cajas de software, sino en implantar una soluci¨®n y establecer una relaci¨®n de confianza con el cliente. Los comerciales de las grandes, como IBM, HP o Sun, llevan a?os haci¨¦ndolo. Microsoft debe competir con esa relaci¨®n de confianza; por eso, los ejecutivos de la compa?¨ªa dedicados a las empresas ya no hablan de productos. "Se trata de pensar menos en aplicaciones y m¨¢s en procesos de negocio", explica Lindsay Sparks, vicepresidente del grupo Small Business (peque?as empresas).
Microsoft se gast¨® 2.550 millones de d¨®lares el a?o pasado en comprar dos compa?¨ªas de aplicaciones, Navision y Great Plains, lo que en s¨ª ya es noticia porque cada d¨®lar que se gasta tiene que estar perfectamente justificado -ya que, dicen, es un d¨®lar que se resta al I+D, la ni?a de los ojos de Bill Gates-. Con estas compras, Microsoft aumenta su oferta de programas a empresas, y su plantilla dedicada e ellas(unas 4.200 personas).
No se trata s¨®lo de captar nuevos clientes. Cuidar a los actuales se ha convertido en una obsesi¨®n. Los ejecutivos de Microsoft reconocen que la compa?¨ªa ha pecado, en ocasiones, de prepotente, como cuando decidi¨® modificar unilateralmente su pol¨ªtica de licencias.
"Hemos crecido", resum¨ªa esta semana Steve Ballmer, presidente de Microsoft, en su visita a Espa?a. "Y las expectativas de nuestros clientes han crecido con nosotros".
Todos los empleados de Microsoft tienen la orden expresa de pensar en sus clientes actuales antes que en ninguna otra cosa, y esa filosof¨ªa afecta a todos los trabajadores. En los niveles ejecutivos, Ballmer ha decidido reestructurar la empresa en siete divisiones y publicar, por primera vez, los resultados desglosados de cada una de ellas. El responsable de cada unidad supervisa y responde, a su vez, de la marcha de su negocio en las subsidiarias. Los comerciales, por su parte, tienen 72 horas para responder a las quejas de los clientes que llegan al departamento de reclamaciones. Si no lo hacen, la protesta llegar¨¢ a su jefe. Y despu¨¦s, al director general.
En el escal¨®n m¨¢s cercano al producto, el de la programaci¨®n, la compa?¨ªa reconoce que hay mucho trabajo, ya que no se puede "competir en el mercado empresarial sin tener un software fiable", en palabras de Steiner. El 74% de los clientes entrevistados por Forrester dice no confiar en la seguridad de los programas de Microsoft, y este jueves se hizo p¨²blico un fallo que dej¨® al descubierto los datos de sus usuarios en Internet. Por eso, los programadores que dise?an los productos tienen orden de dejar de hacerlo si encuentran un fallo. Cada l¨ªnea de c¨®digo que escriban est¨¢, adem¨¢s, vinculada a su nombre, as¨ª que si hay un problema, se sabr¨¢ el responsable. Es una iniciativa llamada inform¨¢tica fiable, con la que Microsoft pretende conseguir que, en diez a?os, sus programas est¨¦n libres de virus y puertas traseras.
El coraz¨®n de la empresa
Hay un ¨²ltimo detalle. Para Microsoft, el c¨®digo de Windows es el coraz¨®n de la compa?¨ªa, su secreto mejor guardado, el alma de su propiedad intelectual. Lo es todo. Pero la creciente complejidad de los sistemas de informaci¨®n -como los de los grandes bancos o las infraestructuras nacionales de defensa- provoca que quienes los controlan no se conformen con comprar un programa y cruzar los dedos para que funcione. Los clientes quieren observar, estudiar y controlar el c¨®digo, y modificarlo all¨ª donde sea necesario. Linux les permite hacerlo. Microsoft, no.
La iniciativa c¨®digo compartido trata de solucionar la desventaja. A grandes rasgos, permite a los gobiernos de 62 pa¨ªses y a las empresas de otros 28 acceder al c¨®digo de Windows. En el caso de Espa?a, todas las empresas, organismos p¨²blicos y centros educativos que quieran estudiar los millones de l¨ªneas de Windows pueden hacerlo; el Servicio Andaluz de Salud ya lo hace. Hay restricciones. Quien acceda al c¨®digo debe renunciar a programar para otro sistema operativo rival. Y no es un acceso completo. Microsoft calcula que el 85% de su c¨®digo est¨¢ disponible, dependiendo de la versi¨®n de Windows. La licencia m¨¢s amplia es la de CE, la miniversi¨®n del programa para dispositivos port¨¢tiles, donde la compa?¨ªa permite modificar el c¨®digo e, incluso, distribuirlo a terceros. La raz¨®n de esa generosidad es muy simple: la cuota de mercado de CE es del 24,6%. "Probablemente, la idea es atraer a nuevos desarrolladores", explica Matusow.
Microsoft, que ya tiene 50.600 empleados en todo el mundo, reconoce que la conquista del mundo empresarial "es un camino muy largo, en el que hay mucho trabajo por hacer", en palabras de Sitner. Dise?ar productos fiables, convencer a las empresas de que lo son y recuperar la confianza de los clientes son sus objetivos declarados.
Por eso, Susan Koehler, responsable de la iniciativa trustworthy computing, tambi¨¦n sonr¨ªe si se le habla de la seguridad de los productos de Linux frente a los de Microsoft: "Nuestra batalla no es contra Linux. Es contra nosotros mismos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.