El doble de altos cargos de la Generalitat en ocho a?os
La Administraci¨®n auton¨®mica crece, pero s¨®lo por arriba
La m¨¢quina de la Administraci¨®n auton¨®mica es una pir¨¢mide. O era. Durante los ¨²ltimos ocho a?os, el n¨²mero de trabajadores de las escalas m¨¢s inferiores se ha reducido paulatinamente a trav¨¦s de la concesi¨®n a empresas privadas de determinados empleos, la llamada externalizaci¨®n.
El n¨²mero de altos cargos, los que ocupan el v¨¦rtice de la pir¨¢mide, se ha duplicado. El ¨²ltimo gobierno socialista funcionaba con una cincuentena de altos cargos pol¨ªticos, desde consejeros a subsecretarios, y unos 350 cargos considerados de confianza, desde directores generales a jefes de ¨¢rea o jefes de servicio. Cinco a?os despu¨¦s, los cargos pol¨ªticos superaban el centenar y los cargos de confianza, seg¨²n la relaci¨®n de puestos de trabajo de la Generalitat, eran 730.
El ¨²nico segmento de la Administraci¨®n que permanece oficialmente inalterado es, precisamente, el grueso del engranaje de la m¨¢quina. Los resortes del aparato p¨²blico de la Generalitat carecen de soporte. Hasta un tercio de los empleados p¨²blicos de la Administraci¨®n general, al margen de docentes y personal sanitario, ocupan sus puestos de forma interina. S¨®lo en 2001 se convocaron las primeras oposiciones despu¨¦s de ocho a?os sin oferta p¨²blica de empleo.
La pir¨¢mide tiende a convertirse en un rombo con sombrero y un inmenso flotador que no ofrece garant¨ªas.
El PP ha reiterado que el volumen de competencias transferidas a la Generalitat Valenciana durante los ¨²ltimos a?os, por encima de las que gestiona el gobierno vasco, por ejemplo, justifica que se hayan duplicado los altos cargos.
La oposici¨®n, sin embargo, recuerda que las nuevas competencias asumidas no guardan relaci¨®n con el aumento de la n¨®mina de altos cargos, muchos de los cuales ya han consolidado su plaza.
Sin prisa pero sin pausa, la Generalitat ha convocado concursos para cubrir definitivamente plazas de altos funcionarios a trav¨¦s del procedimiento de libre designaci¨®n, que apenas garantizan la transparencia y libre competencia de los aspirantes.
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