La Botella
Las personas de pensamiento lento estamos imposibilitadas para la discusi¨®n. Se nos ocurren las opiniones m¨¢s agudas cuando ya todo el mundo est¨¢ en otra cosa. Afortunadamente, en el periodismo no s¨®lo cabe ese tipo de analista que siempre tiene una opini¨®n formada. Los paquidermos tambi¨¦n tenemos derecho a la vida. Esto viene al caso porque cuando Ruiz-Gallard¨®n hizo p¨²blica "su" decisi¨®n de incluir a Ana Botella dentro de su lista sent¨ª un desagrado que, en principio, me pareci¨® que ven¨ªa del hecho de que la primera dama quisiera meter cuchara en pol¨ªtica, pero, incluso para un paquidermo, ¨¦ste ser¨ªa un pensamiento demasiado simple, porque el consorte tiene todo el derecho a seguir los pasos de su pareja. La luz para despejar la inc¨®gnita de mi desagrado vino del puesto elegido por Botella: Asuntos Sociales, esa concejal¨ªa en la que gentes valios¨ªsimas trabajan, por encima de todo, para paliar la situaci¨®n de desesperanza de los m¨¢s desfavorecidos, y desde la que se precisa una comprensi¨®n que impide los juicios morales o religiosos. En una sociedad tan exigente con las libertades individuales, y m¨¢s en una gran ciudad que recibe gentes de toda condici¨®n, cuesta creer que alguien tan ligado a una iglesia extremadamente reaccionaria goce de la tolerancia necesaria para aceptar las fisuras de las vidas ajenas. Como bien dec¨ªa el otro d¨ªa Soledad Gallego, lo malo de los m¨ªtines es que luego nadie se acuerda de nada. A m¨ª a¨²n me resuenan algunas declaraciones de Botella cuando hablaba hace tiempo de las pr¨¢cticas contra natura a la hora de procrear o de cu¨¢l es el mejor seno familiar para un ni?o. Ya en faena electoral, la primera dama ha recibido algunos abucheos, como los que le propinaban miembros de ONG o colectivos gays. No siempre los que abuchean son antidem¨®cratas, es que puede que un pol¨ªtico se haya equivocado al elegir su espacio, y esta concejal¨ªa, tan estrechamente ligada a la condici¨®n humana, no est¨¢ dise?ada para el perfil de nuestra dama. Igual que no lo estar¨ªa para ese senador americano que ha soltado semejante perla: "No tengo nada en contra de los homosexuales, pero no comulgo con sus pr¨¢cticas". Son pol¨ªticos que no es que vayan por detr¨¢s de los cambios sociales, es que andan en direcci¨®n contraria.
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