El apoyo de Musk a la extrema derecha trastoca la campa?a electoral en Alemania
La candidata Weidel, segunda en los sondeos para los comicios del 23 de febrero, conversar¨¢ en directo este jueves con el hombre m¨¢s rico del mundo y aliado de Trump
Con su apoyo entusiasta a la candidata de la extrema derecha, Alice Weidel, Elon Musk se est¨¢ adue?ando de la campa?a para las elecciones alemanas del 23 de febrero. En vez de debatir sobre la recesi¨®n o la crisis industrial, todo gira estos d¨ªas en torno a ¨¦l y a su idilio con Alternativa para Alemania (AfD), un partido casi apestado en su pa¨ªs, pese a los millones de votos que recibe.
El hombre m¨¢s rico del mundo, y aliado clave del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, conversar¨¢ este jueves a las 19.00, hora europea, con Weidel en X, la red social de la que es propietario. Los sondeos sit¨²an a la AfD de Weidel como segunda fuerza m¨¢s votada, con un resultado en torno al 20%, por detr¨¢s de la democracia cristiana, con un 30%, y por delante de los socialdem¨®cratas del actual canciller, Olaf Scholz, con cerca del 15%.
El apoyo de Musk a Weidel, que el magnate ha acompa?ado de insultos a Scholz y al presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, desconcierta a una clase pol¨ªtica que no est¨¢ acostumbrada a este tipo de injerencias, y menos procedentes de su principal aliado, EE UU. Puede servirle a AfD, que este fin de semana celebra un congreso en la ciudad sajona de Riesa, en su esfuerzo para normalizarse y presentarse como una opci¨®n de Gobierno. Otros expertos sostiene que una excesiva cercan¨ªa con los imprevisibles Musk y Trump puede espantar a los votantes alemanes en busca de estabilidad.
Al partido de Weidel, bajo vigilancia de los servicios de inteligencia por sus conexiones con grup¨²sculos ligados al viejo nacionalismo alem¨¢n, se le aplica un estricto cord¨®n sanitario. Tras el ¨¦xito electoral de AfD en las elecciones de septiembre en tres Estados federados del este, democristianos, socialdem¨®cratas y la izquierda poscomunista y populista se unieron para evitar que la extrema derecha gobernase.
¡°Ni antes, ni despu¨¦s, ni en ning¨²n otro momento habr¨¢ una colaboraci¨®n de mi grupo parlamentario con su gente¡±, prometi¨® en noviembre Friedrich Merz, candidato democristiano a canciller y favorito para suceder a Scholz. El cord¨®n sanitario significa que, por muy buen resultado que saque AfD, sus posibilidades de gobernar son pr¨¢cticamente nulas.
En una entrevista con la revista estadounidense The American Conservative, Weidel acus¨® a los democristianos de ¡°simplemente copiar¡± el programa de AfD. La CDU, dijo Weidel al criticar su defensa de Ucrania ante la invasi¨®n rusa, ¡°est¨¢ yendo m¨¢s all¨¢ que los partidos gubernamentales a la hora de lanzar un grito de guerra m¨¢s ruidoso y vulgar.¡± ¡°Lo que vemos¡±, a?adi¨® la candidata, ¡°son, realmente y de verdad, fantas¨ªas sexuales salvajes de personas impotentes.¡±
El apoyo de Musk a AfD env¨ªa una se?al a los alemanes a unos d¨ªas de que entre en funciones la nueva Administraci¨®n estadounidense: lo que en Alemania es un partido excluido del campo democr¨¢tico y con el que nadie osa pactar, es, para los Estados Unidos de Trump, un interlocutor privilegiado.
Que el amo de X, Tesla y SpaceX desarrollase su argumento en las columnas de Die Welt, propiedad del grupo medi¨¢tico Axel Springer, significa que las peticiones de votos a la extrema derecha ya no se publican solo en prensa marginal, sino en un diario tradicional y un grupo medi¨¢tico de referencia internacional. La petici¨®n de voto para este partido no viene de cualquiera, sino de uno de los empresarios m¨¢s innovadores y exitosos de nuestra ¨¦poca. Esto representa ¡°una cesura en la Rep¨²blica Federal¡±, se lee en el semanario Stern.
¡°Se trata de una injerencia electoral de libro¡±, dice al tel¨¦fono Daniel Eliasson, pol¨ªtico de Los Verdes en Berl¨ªn. ¡°Elon Musk no es solo el hombre m¨¢s rico del mundo, ni solo un empresario, ni solo el propietario de X, sino que, de hecho, es un representante de la Administraci¨®n Trump. Es una crisis diplom¨¢tica, tambi¨¦n.¡± Seg¨²n Eliasson, la injerencia no busca solo reforzar a un partido euroesc¨¦ptico, pr¨®ximo a las tesis rusas sobre Ucrania y contrario a la inmigraci¨®n. ¡°Para Elon Musk, se trata de debilitar las democracias liberales y la Uni¨®n Europea¡±, dice, ¡°y en este sentido persigue el mismo objetivo que Vlad¨ªmir Putin.¡±
Los ecos van m¨¢s all¨¢ de las fronteras alemanas. ¡°Si hace 10 a?os¡±, dijo el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, ¡°nos hubiesen dicho que el propietario de una de las grandes redes del mundo apoyar¨ªa una nueva internacional reaccionaria e intervendr¨ªa directamente en las elecciones, incluidas las de Alemania, ?qui¨¦n lo habr¨ªa imaginado?¡±.
Musk se ha embarcado en paralelo en una campa?a de acoso y derribo contra el primer ministro brit¨¢nico, el laborista Keir Starmer. Y a esto se a?aden las amenazas de Trump de apropiarse de Groenlandia o Canad¨¢, que han merecido una respuesta de Scholz: ¡°El principio de la inviolabilidad de las fronteras vale para cualquier pa¨ªs, no importa si se encuentra en Oriente u Occidente.¡±
Otra se?al llega estos d¨ªas desde Austria, donde la extrema derecha del Partido de la Libertad (FP?) fue la fuerza m¨¢s votada en las elecciones de septiembre. Las negociaciones entre democristianos, socialdem¨®cratas y liberales para evitar que gobernase el FP? se rompieron la semana pasada.
Ahora el presidente federal austriaco, Alexander Van der Bellen, ha encargado la formaci¨®n de un nuevo Gobierno a Herbert Kickl, el l¨ªder de la extrema derecha. Kickl, pr¨®ximo a AfD, podr¨ªa gobernar con los democristianos. En sectores conservadores de Alemania, algunos se preguntan, ?por qu¨¦ no aqu¨ª?
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