Lara
Todo pensamiento luminoso es in¨²til si no se materializa en un papel escrito. Todo papel escrito carece de validez y de futuro si se archiva en un caj¨®n por los siglos de los siglos. La conclusi¨®n es clara: para que una idea trascienda ha de adquirir consistencia formal y divulgarse a trav¨¦s de mecanismos imperecederos y s¨®lidos. El libro, por ejemplo, es el medio m¨¢s aconsejable para preservar el mayor tesoro humano que conozco: la imaginaci¨®n, el pensamiento y la emoci¨®n de los hombres. No s¨¦ de otro veh¨ªculo m¨¢s eficaz. Tampoco de relaci¨®n m¨¢s gratificante y verdadera que la que se establece entre escritor y lector. Ambos se necesitan para adquirir significado, se complementan como la voz y el eco y pierden su absoluto sentido el uno sin el otro. Pero tambi¨¦n es cierto que tal relaci¨®n ser¨ªa rigurosamente impensable sin la figura medi¨¢tica del editor, esto es, sin el canal de uni¨®n entre ambos mundos. Creer en una aventura as¨ª y, adem¨¢s, fomentar y popularizar el idilio entre ellos (escritor y lector) es la tarea que ha hecho de Jos¨¦ Manuel Lara Hern¨¢ndez, un empresario respetable y legendario. En un tiempo en el que los niveles de lectura tocaban fondo y los intelectuales padec¨ªan un miserable descr¨¦dito, el patriarca de la edici¨®n espa?ola creo la editorial Planeta y convenci¨® al respetable de que el libro era un bien necesario. Sin ajustarse al modelo de hombre refinado y culto, emple¨® su talento en rodearse -sin mirar ideolog¨ªas- de colaboradores de prestigio, contando siempre y en primer lugar -esto es lo envidiable del asunto- con Mar¨ªa Teresa Bosch, su eterna compa?era y una firme enamorada de la literatura. El pasado lunes muri¨® en Barcelona tras sucumbir a una larga enfermedad degenerativa. Fue enterrado el martes entre una nube de empresarios, escritores, libreros, pol¨ªticos, obreros de la edici¨®n y lectores agradecidos.
Si yo, como tantos autores del grupo, le debo algo es, fundamentalmente, haberme trasmitido la sensaci¨®n de respeto que siempre tuvo por quienes nos dedicamos a escribir. Con ese mismo respeto le digo adi¨®s y le agradezco el mecenazgo con este ramo triste de palabras.
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