Kirchner: ?la 'tercera v¨ªa' para Argentina?
UNO DE LOS ESTUDIOSOS m¨¢s interesantes sobre las transiciones en el mundo, el argentino Guillermo O'Donnell, ha descrito a Carlos Menem como "la muerte de la democracia, una muerte lenta y progresiva", si ganaba las elecciones. Sobre N¨¦stor Kirchner, quien ser¨¢ el pr¨®ximo presidente argentino, tampoco dijo nada muy esperanzador, excepto que "es un signo de interrogaci¨®n". As¨ª pues, los ciudadanos de esa naci¨®n eleg¨ªan entre la muerte y la inc¨®gnita. Tienen la segunda.
Consciente de que se hab¨ªa activado el voto anti-Menem para la segunda vuelta, y de que su elecci¨®n era poco menos que segura, Kirchner viaj¨® hace unos d¨ªas a Brasil y Chile en una gira que los analistas consideraron como su primer viaje como presidente. De ese viaje se pueden sacar algunos indicios de los modos de gobernar de Kirchner: primero, que viaj¨® acompa?ado de su ministro de Econom¨ªa, Roberto Lavagna, que as¨ª parece acentuar su ascendente en la nueva Administraci¨®n. Hay numerosos ejemplos del poder de los ministros de Econom¨ªa en Argentina, de los que el ¨²ltimo -antes que Lavagna- fue Domingo Cavallo. Segundo, la pol¨ªtica de gestos: quiso visitar la Casa de la Moneda en Santiago de Chile y record¨® la figura de Salvador Allende; en su discurso en el momento en que supo que Menem se hab¨ªa retirado mencion¨® a los desaparecidos de la dictadura militar argentina. Tercero: habl¨® con los mandatarios chileno y brasile?o de la potenciaci¨®n regional de Mercosur, cuando todo el mundo sab¨ªa de las preferencias por el Acuerdo de Libre Comercio Americano (ALCA) que vinculaba a Menem con George Bush. Y, por ¨²ltimo, y lo m¨¢s importante, el lenguaje del cuerpo: Lula, Ricardo Lagos y Kirchner parecieron sentirse c¨®modos. ?Habr¨¢ nacido una nueva pata de la tercera v¨ªa en el Cono Sur latinoamericano para reconstruir el Estado argentino, frente a la pol¨ªticas neoliberales y las pol¨ªticas populistas de otros tiempos anteriores? De contestarse positivamente a esta pregunta, ¨¦sta ser¨ªa una situaci¨®n muy significativa y novedosa para la regi¨®n.
El nuevo presidente argentino tiene una tarea parecida a la de Lula en Brasil, aunque en un grado m¨¢s explosivo: reducir el paro, acabar con el hambre, reestructurar la deuda externa y animar a unos inversionistas ab¨²licos
De momento, la inc¨®gnita Kirchner se presenta ante los argentinos intentando superar varias debilidades estructurales: el abandono de Menem, que hace que de su ¨²ltimo contraste en las urnas se desprenda que Kirchner accede a la presidencia con poco m¨¢s del 20% de los votos; las elecciones de diciembre al Congreso, en el que la primera minor¨ªa corresponde al hasta ahora presidente Eduardo Duhalde. Duhalde, que ha apadrinado a Kirchner, puede pretender ser presidente de Argentina en el a?o 2007, con lo cual se abrir¨ªa una nueva brecha entre dos peronistas; y tambi¨¦n la decisi¨®n inminente de la Corte Suprema (muy influenciada por Menem) sobre c¨®mo resolver la pesificaci¨®n de la econom¨ªa y el abandono definitivo del corral¨®n.
La agenda del nuevo presidente est¨¢ trazada. No hay espacio para las novedades: primero, renegociar la deuda externa de 150.000 millones de d¨®lares, de los cuales vencen casi de modo inmediato 3.000 millones y otros 14.000 millones entre este a?o y el pr¨®ximo. Ello significa un nuevo acuerdo con el FMI. Segundo, el ajuste de las tarifas de los servicios p¨²blicos, embalsadas hasta la presencia de un nuevo mandatario. Tercero, la reforma del sistema financiero y del sistema tributario. Las dos ¨²ltimas tareas afectar¨¢n decisivamente a la marcha de las empresas multinacionales instaladas en Argentina, entre ellas, las espa?olas. Y por ¨²ltimo, y lo m¨¢s importante, las pol¨ªticas econ¨®micas y sociales tendentes a reducir un desempleo que supera el 17% de la poblaci¨®n activa, y las gigantescas bolsas de pobreza (y de hambre) que afectan a casi la mitad de la poblaci¨®n.
De alguna manera, Kirchner se encontrar¨¢ con un dilema parecido al de Lula: c¨®mo convencer a los mercados de su pol¨ªtica levantando las esperanzas de la poblaci¨®n a la que representa. C¨®mo reestructurar la deuda, reduciendo el hambre y el desempleo, y levantando unas inversiones que est¨¢n completamente paradas.
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