Brindis a Curro

D¨¢vila Miura pidi¨® permiso al presidente para matar a su primer toro y busc¨® con cara de despistado un rostro conocido en la barrera. La gente, que es muy lista, le indicaba "ah¨ª, ah¨ª", aunque el torero no hab¨ªa preguntado por nadie. Pero no se equivocaron. Buscaba a Curro Romero, que ocupaba una barrera del 10, para brindarle el toro. El maestro retirado, muy repeinado, con algunos kilos de m¨¢s, enfundado en un elegante terno azul, se levant¨® sin mucha convicci¨®n mientras D¨¢vila, embelesado ante el ¨ªdolo, le dedicaba un largo parlamento. Tras el brindis, una parte de la plaza le dedic¨® a Romero una sentida ovaci¨®n de reconocimiento y cari?o.

Fue el momento m¨¢s torero de la tarde. Pues, c¨®mo ser¨ªa la corrida... Hombre, de recuerdos tambi¨¦n se vive, y la figura de Curro -inmortalizada ayer en un azulejo en Las Ventas- evoca momentos m¨¢gicos que quedar¨¢n para siempre en la memoria del buen aficionado.

D¨¢vila aprovech¨® las justas fuerzas del toro para pasarlo por alto con pinturer¨ªa y abroch¨® los primeros compases con un excelente cambio de manos. A¨²n tuvo tiempo de pasarlo con la izquierda en dos largos naturales que lig¨® con el de pecho; pero, cuando quiso continuar, el toro se agot¨® y dijo que embistiera el torero. Unos ayudados garbosos pusieron punto y final a una entonada actuaci¨®n que comenz¨® con una larga cambiada en el tercio y unas ver¨®nicas sin hondura pero ejecutadas con mucha decisi¨®n.

Se acab¨® el espect¨¢culo. Punto y final.

Lo anterior y posterior no tiene m¨¢s historia que un nuevo cap¨ªtulo torista de invalidez, de bueyes de carreta, de decadencia absoluta y de unos toreros sin ilusi¨®n ni recursos.

Llama la atenci¨®n c¨®mo se guardan las formas en esta fiesta, c¨®mo se mantienen leyendas y se dedican hip¨¦rboles inmerecidas, aunque la incontestable realidad sea m¨¢s tozuda que las medias verdades. Legendario hierro del Conde de la Corte, dec¨ªa ayer el programa de mano; reses de pura casta Vistahermosa, a?ad¨ªa la rese?a de la ganader¨ªa. Pues ser¨¢ legendario y descender¨¢ de uno de los troncos de la ganader¨ªa brava, pero lo que ayer se lidi¨® en Las Ventas era pura basura ganadera por su falta de fuerzas, su ausencia de casta, de movilidad y de pujanza.

El Fundi, gladiador de anta?o, apareci¨® apagado y triste. Su primero no ten¨ªa un pase, pero qued¨® en total evidencia ante el cuarto, el ¨²nico que se movi¨® por ambos lados. S¨¢nchez estuvo, pero no se not¨®; sin toros, pero muy precavido y con pocas ideas. Lo mejor, el recuerdo de Curro Romero. Quien no se consuela...