De formas y colores
Tres galer¨ªas bilba¨ªnas presentan otros tantos modos diferentes de entender el arte y sus correspondientes materiales. Donde mayor aventura y compleja vivacidad encontramos es en los cuadros de Gonzalo J¨¢uregui (Bilbao, 1955), alzados en las paredes de Epelde & Mardaras.
Sus ¨®leos participan en un mundo de formas sencillas, sincopadas. El artista gestiona los cuadros al modo de pausas ralentizadas; pintura que va traz¨¢ndose tras mucha rumia mental. Utiliza formas mutiladas o medio nonatas que parecen caminar hacia zonas determinadas del lienzo y de pronto se quedan sin llegar al lugar se?alado. Se percibe como un rubor de los l¨ªmites o bordes. Si no fuera un contrasentido, hasta se pod¨ªa decir que en sus obras habita una geometr¨ªa org¨¢nica. De ah¨ª que falte poco para creer que algunos momentos estamos frente a un universo de antiformas.
Ante algunas dudas e impericias procedentes del universo de la forma, es el color como energ¨ªa el que insufla vida a sus cuadros, adscribi¨¦ndose con ello la facultad de ir corrigiendo defectos.
Valoramos sobremanera que haya elegido un restringido repertorio de formas, a¨²n sabiendo que con tal restricci¨®n se ver¨¢ limitado a conseguir obras de feliz culminaci¨®n, e incluso aceptando que algunos espectadores crean estar frente a un arte puerilizado. Se equivoca quien as¨ª lo vea. Sin embargo, la aventura de vivir dentro de esos l¨ªmites el arte de la combinatoria de colores y formas le har¨¢ cada vez m¨¢s pintor. De todos modos, precisa adiestrarse m¨¢s en el dominio de la forma, para no tener que depender tanto del color. Lleva ventaja sobre muchos otros artistas, pues es en los cuadros de grandes dimensiones donde raya a mayor altura.
Dos propuestas
El cordob¨¦s, afincado desde hace a?os en Bilbao, Francisco Aliseda (Pe?arroya, 1957) expone en Cat¨¢logo General siete collages (papelillos de m¨²ltiples colores) y cinco ¨®leos muy licuados. Trabajador incansable, con mano solvente para el dibujo, presenta la alegr¨ªa de pintar, bajo su peculiar mirada juvenil del paisaje casi abstraccionista. Org¨ªa de ramas y caminos laber¨ªnticos poblados de ¨¢rboles so?ados. Exacerbaci¨®n de colores puros. Hojarasca jovial. Todo lo mostrado parece venir de un ligero sue?o que pretendiera recuperar un mundo perdido de exultantes colores fe¨¦ricos.
Jorge Olaso (Buenos Aires, 1944) despliega un sinn¨²mero de min¨²sculos grabados al lin¨®leo en Ederti. Los paisajes de Algorta, Las Arenas y la Galea est¨¢n realizados de manera esquem¨¢tica. En realidad, tambi¨¦n las 50 obritas sobre toros las traza con id¨¦ntico o m¨¢s esquematismo. En este apartado hay evocaciones a los soberbios grabados taur¨®macos de lin¨®leo de Picasso y todav¨ªa m¨¢s a las rechonchas figuras de toros y toreros de Botero. Donde se encuentra m¨¢s creativo es en la proliferaci¨®n de marcas o anagramas de tipo publicitario. Ah¨ª su estilo esquem¨¢tico acredita graciosidad, sutileza, al tiempo que redondea exactizando lo que quiere expresar.
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