"En Marruecos se consolidar¨¢ la cultura de la violencia suicida"
Desde que se produjeron los atentados en la capital econ¨®mica de Marruecos, Mohamed Darif es uno de los expertos m¨¢s solicitados por la prensa extranjera y publicaciones que le piden art¨ªculos. Profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de Mohamedia, Darif est¨¢ considerado como uno de los mejores conocedores de la nebulosa islamista marroqu¨ª, sobre la que ha escrito numerosos libros.
Pregunta. ?Por qu¨¦ los terroristas quisieron volar un cementerio jud¨ªo cerrado o el restaurante de la Casa de Espa?a y no atacaron representaciones o empresas de Estados Unidos?
Respuesta. Los que planificaron los atentados quisieron, ante todo, enviar un mensaje a las autoridades marroqu¨ªes: aqu¨ª tambi¨¦n, como en Palestina o en Chechenia, hay gente dispuesta a sacrificarse. En Marruecos, les dijeron, se va a consolidar la cultura de la violencia suicida. Esto no es m¨¢s que el principio. Los objetivos son secundarios.
"Espa?a era un blanco f¨¢cil y, adem¨¢s, se aline¨® con EE UU en la guerra de Irak"
P. ??se es todo el mensaje?
R. No. Es tambi¨¦n una reacci¨®n al hartazgo ante la represi¨®n padecida desde hace meses por los islamistas que las fuerzas de seguridad han secuestrado, torturado, exacerbando sus ganas de dar un salto cualitativo en su lucha. Es, adem¨¢s, una protesta ante lo que consideran el apoyo incondicional de Marruecos a EE UU, la superpotencia que arremete contra el mundo ¨¢rabe.
P. ?Por qu¨¦ eligieron, entre sus cinco objetivos, uno de marcado car¨¢cter espa?ol?
R. Porque, probablemente, era un blanco f¨¢cil, y adem¨¢s, Espa?a estuvo alineada con EE UU durante la guerra de Irak. Pero no hay que obsesionarse con los objetivos elegidos. Aqu¨ª se aplica la estrategia del egipcio Ayman Eddhauahri
[n¨²mero dos de Al Qaeda]. Parte de la constataci¨®n de que el desequilibrio entre el r¨¦gimen y los islamistas es excesivo. No se le puede atacar frontalmente. La alternativa consiste en sembrar el miedo y el caos para acabar paraliz¨¢ndolo. Algunos la describen como la teor¨ªa del perro y las pulgas. Los insectos son peque?os, pero el animal no puede deshacerse de ellos y, al final, el perro enloquece y muere.
P. ?Qui¨¦nes son las pulgas en Marruecos?
R. S¨®lo dos grupos pueden llevar a cabo este tipo de acciones. Por un lado, los salafistas combatientes, reagrupados en la V¨ªa Justa. Por otro, los llamados afganos ¨¢rabes, integrados en Heger¨ªa y Excomuni¨®n. Los primeros han pasado por Arabia Saud¨ª y son j¨®venes; los segundos, por Afganist¨¢n, y son algo m¨¢s maduros. Juntos no tienen m¨¢s de unos centenares de militantes. De la coordinaci¨®n y del apoyo log¨ªstico se encarga Al Qaeda. Los atentados tienen, por tanto, la firma de Al Qaeda.
P. ?Qu¨¦ impacto tendr¨¢ la violencia sobre el r¨¦gimen marroqu¨ª?
R. Desde hace tiempo asistimos aqu¨ª a un debate, en el entorno del rey Mohamed VI y en el Gobierno, entre aperturistas, partidarios de buscar f¨®rmulas de integraci¨®n del mayor n¨²mero de islamistas, y los encargados de la seguridad, proclives a reprimir. Estos ¨²ltimos, que en Argelia se llamar¨ªan erradicadores, van a imponer ahora sus criterios.
P. ?C¨®mo reaccionan los marroqu¨ªes ante lo sucedido?
R. Hay de todo. Hemos visto manifestaciones de repulsa. El sustrato islamista de este pa¨ªs opina, sin embargo, que la responsabilidad de los atentados incumbe, en ¨²ltima instancia, a EE UU. Creo que hay un refr¨¢n espa?ol que dice "qui¨¦n siembra vientos recoge tempestades". Eso es lo que piensa buena parte de los marroqu¨ªes.
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