Globo pinchado
El juez Ruiz Polanco ha puesto en libertad bajo fianza de 600 euros a las dos ¨²nicas personas que permanec¨ªan en prisi¨®n preventiva de las 16 que fueron detenidas en enero pasado en Catalu?a bajo la acusaci¨®n de tener v¨ªnculos con la red de Al Qaeda. Ninguna de las acusaciones se ha probado y algunas de ellas han resultado rid¨ªculamente falsas. Dada la utilizaci¨®n que Aznar hizo de esas detenciones como argumento en favor del inter¨¦s de Espa?a en intervenir en la guerra de Irak, ser¨ªa de desear que ofreciera, al menos, una explicaci¨®n. Si no por el error, por el exceso de ¨¦nfasis.
Que hubo error parece a estas alturas evidente, aunque la causa no haya sido a¨²n formalmente archivada. Ese error no fue de la polic¨ªa espa?ola, que se limit¨® a atender un requerimiento de la justicia francesa. Pero el exceso de celo pol¨ªtico llev¨® a Aznar a presentar a los detenidos como terroristas de Al Qaeda que preparaban atentados con explosivos y material qu¨ªmico. No parece casual la menci¨®n a tales materiales en un momento en que se buscaban justificaciones a la guerra en la necesidad de hacer frente al riesgo de conexi¨®n entre el terrorismo isl¨¢mico y estados poseedores de arsenales de armas biol¨®gicas y qu¨ªmicas. La exhaustiva investigaci¨®n descart¨® que los productos sospechosos fueran armas qu¨ªmicas, aunque no se ha precisado si eran detergentes dom¨¦sticos, como sostuvieron los detenidos. Tampoco han aparecido pruebas de conexi¨®n con la red fundada por Bin Laden.
El juez puso en libertad en marzo a la mayor¨ªa de los detenidos, pero mantuvo a dos en prisi¨®n, tal vez por un exceso de prudencia, hasta recibir la respuesta de las autoridades francesas a su comisi¨®n rogatoria inquiriendo datos sobre los supuestos v¨ªnculos con Al Qaeda. La falta de respuesta francesa ha decidido a Ruiz Polanco a decretar la libertad bajo una leve fianza de los dos que segu¨ªan en prisi¨®n preventiva.
El juez franc¨¦s que inici¨® el proceso deber¨ªa dar alguna explicaci¨®n; pero tambi¨¦n Aznar, que utiliz¨® las detenciones en suelo espa?ol para ilustrar su idea de que al sumarnos a la guerra de Bush estabamos defendi¨¦ndonos de amenazas terroristas verificables: "No se est¨¢ hablando de fantas¨ªas, sino de realidades", dijo. E incluso permiti¨® que el secretario de Estado norteamericano invocara la falsa conexi¨®n como prueba de cargo ante el Consejo de Seguridad. Ahora que el globo ha quedado judicialmente desinflado, ?no deber¨ªa Aznar devolver los halagos que por entonces le dedic¨® Bush? ?O se limitar¨¢ a decir que si la realidad no confirma los discursos es porque la realidad est¨¢ equivocada?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.