Los indecisos

Soy mujer, soy feminista, no soy del PP ni lo ser¨¦ y creo que el peso de la ley ha de caer implacablemente sobre aquellos que maltratan a sus mujeres. Pero aun cumpliendo todas estas premisas, me parece inaudita la manera en que se est¨¢ juzgando a la directora del Instituto de la Mujer, Miriam Tey, por publicar ese libro que, por otra parte, tiene t¨ªtulo de vulgar chiste franquista. No salgo de mi asombro. Uno siempre cree que las personas adultas saben cu¨¢l es la diferencia exacta entre realidad y ficci¨®n. Cuando uno escribe realidad, como hace un periodista, un ensayista, un historiador, es responsable de sus opiniones; cuando uno escribe ficci¨®n es responsable de que su obra sea buena o mala, tediosa o entretenida, pero nunca se debe confundir la voz de los personajes con la del autor. Cuando algunos autores hemos tenido problemas con la correcci¨®n pol¨ªtica -es f¨¢cil tenerlos en la literatura infantil ante especialistas norteamericanos fan¨¢ticos hasta la estulticia de lo pol¨ªticamente correcto- hemos dado gracias por vivir en Espa?a, donde esa correcci¨®n no ha calado y a¨²n puede uno escribir novelas sin autocensurarse. Porque se da la circunstancia de que en la literatura tambi¨¦n tienen voz los personajes siniestros, perversos, los asesinos en serie. Que me digan a m¨ª esas personas tan llenas de raz¨®n si han le¨ªdo Lolita, o American Psycho, si han le¨ªdo Plenilunio, donde el violador de ni?as se despacha a gusto, o Viaje al final de la noche, o Plataforma, o han visto Torrente, o Harry, retrato de un asesino. Soy feminista, pero en mis libros no todas las mujeres lo son, no s¨¦ si me explico. La defensa de ciertos derechos no es excusa para meter las narices en la literatura. Vean si no c¨®mo ha terminado el cine americano a fuerza de admitir cientos de presiones: el malo siempre fuma, el negro nunca es asesino, y cuidadito con los gays, y con los disminuidos f¨ªsicos, y con... Pero lo que me parece m¨¢s indignante es que el partido socialista haya capitalizado el asunto. Si quieren cambiar algo, se?ores pol¨ªticos, cambien la realidad, y dejen la ficci¨®n en paz. Soy mujer, nunca votar¨¦ al PP, pero estoy entre el elevado n¨²mero de indecisos. Por incoherencias como ¨¦sta. Ahora, l¨ªnchenme a m¨ª tambi¨¦n.