Se estrecha el cerco sobre Arafat

El abanico de opciones de que dispone el Ej¨¦rcito israel¨ª para reaccionar ante los atentados terroristas palestinos es cada vez m¨¢s limitado. Tras haber reocupado en sucesivas ocasiones todas las ciudades de Cisjordania con la excepci¨®n de Jeric¨®, efectuado incursiones sistem¨¢ticas en la franja de Gaza, asesinado o detenido a un importante n¨²mero de cabecillas de la Intifada y destruido la infraestructura de las fuerzas de seguridad palestinas, la respuesta que vuelve a debatirse es la eventual expulsi¨®n de Yasir Arafat. Varios ministros del actual Gobierno israel¨ª, entre ellos el titular de Defensa, Sa¨²l Mofaz, abogan en p¨²blico o en privado por la deportaci¨®n del presidente palestino.

Las otras tres opciones restantes ser¨ªan: el asesinato o expulsi¨®n de alg¨²n l¨ªder pol¨ªtico de los movimientos islamistas radicales, como por ejemplo el jeque Ahmed Yasin o Abdel As¨ªs Rantisi; el asalto de la prisi¨®n de Jeric¨®, en la que est¨¢n encarcelados los responsables del asesinato del ministro israel¨ª de Turismo, Rejavam Ze'evi; o la invasi¨®n de la franja de Gaza.

Aun as¨ª, la m¨¢s atractiva ante los ojos de los dirigentes israel¨ªes parece ser la Opci¨®n Arafat. Sobre todo, porque con ella matar¨ªan dos p¨¢jaros de un tiro. Por un lado, dando una satisfacci¨®n a la opini¨®n p¨²blica israel¨ª, donde hasta la izquierda cree que el presidente palestino es la principal causa de todos sus males. Y por otro, abriendo el camino para que el nuevo primer ministro, Abu Mazen, logre hacerse con las riendas de la Autoridad Palestina y aumente sus niveles de popularidad, hoy bajos.

Sin embargo, "podr¨ªa ser peor el remedio que la enfermedad", opina el director del instituto PASSIA, (Palestinian Academic Society for the Study of International Affairs), Mahdi Abdul Hadi. Desde su despacho situado en Jerusal¨¦n Oriental, Abdul Hadi insiste en que "lo que hay que hacer es maniobrar para que Abu Mazen vaya progresivamente haci¨¦ndose con m¨¢s potestas, mientras que a Arafat le quede ¨²nicamente la autoritas". Pero, "si Israel mata o deporta a Arafat, lo que har¨¢ ser¨¢ encumbrarlo y convertirlo de nuevo en un h¨¦roe nacional", se?ala.

"Todo depende de los resultados que presente el nuevo Gobierno", agrega Abdul Hadi, quien piensa que Abu Mazen s¨®lo conseguir¨¢ desbancar a Arafat si demuestra que es capaz de lograr que el Gobierno israel¨ª acepte la Hoja de Ruta. "No vale con que el Ej¨¦rcito se retire del norte de Gaza, sino que el Gobierno debe aplicar las cl¨¢usulas del marco de referencia elaborado por el Cuarteto, esto es, levantar el bloqueo, poner en libertad a los detenidos, congelar la expansi¨®n de los asentamientos y normalizar la vida de los palestinos", se?ala. "Si lo consigue, estaremos presenciando el final de la era Arafat".

Conscientes de la indignaci¨®n que podr¨ªa reportar su deportaci¨®n, los dirigentes israel¨ªes parecen haber optado por contemporizar, guard¨¢ndose esta medida por si se produce el peor escenario de los posibles. No obstante, si se aviene una situaci¨®n intolerable, provocada por una nueva serie de atentados con un gran n¨²mero de muertos, tal como ocurri¨® en el mes de marzo de 2002, el Gobierno no dudar¨¢ a la hora de decretar la expulsi¨®n de Arafat, a trav¨¦s de una operaci¨®n de comandos que podr¨ªa conllevar la muerte del ra?s palestino, dado que ¨¦ste y su guardia pretoriana probablemente defiendan la Mukata de forma numantina.

Entretanto, lo que hay que hacer es "quitarle todo vestigio de poder ejecutivo", dec¨ªa este pasado martes el ex primer ministro Ehud Barak, quien termin¨® exasperado tras negociar con ¨¦l en Camp David bajo el patrocinio del entonces presidente de EE UU Bill Clinton. En una intervenci¨®n en televisi¨®n, Barak argument¨® que "mientras Arafat contin¨²e interfiriendo es imposible que Israel alcance un acuerdo con los palestinos".